sábado, 8 de febrero de 2014

Organicémonos para enfrentar al próximo gobierno y sus políticas pro empresariales



Los resultados de las recientes elecciones presidenciales confirmaron la posibilidad de una segunda ronda  luego de que ningún candidato alcanzara el porcentaje necesario para ser electo, y muestran un panorama marcado entre otros aspectos por el sorpresivo ascenso del PAC  a través de su candidato Luis Guillermo Solís, y las ilusiones de cambio que hoy lo rodean.

Luego de aparecer ubicado detrás del PLN, el FA y el ML, Solís logró quedarse con el primer lugar con un 30.7% de los votos, cerca de 25,000 votos más que el PLN que alcanzó 29,6%, lo que dejó a Araya en segundo lugar; lo cual ha dejado a la luz fricciones internas en el PLN, donde varios dirigentes incluso han planteado incluso que Araya se retire de la disputa con el PAC.

A pesar de ser prácticamente desconocido al  iniciar la campaña, Solís supo aprovechar las distintas apariciones públicas para mostrar al PAC como una opción aún más moderada y conciliadora que el Frente Amplio, lo que le valió atraer el respaldo de un importante sector de la población que busca desplazar al PLN del gobierno.

Más allá de todo esto,  tal como ya lo señalábamos en un comunicado previo, cualquier candidato que resulte electo no cumplirá otro objetivo que administrar el estado capitalista costarricense por los próximos años, y Solís no sería la excepción. Sobre todo porque el próximo gobierno tiene desde ya un reducido margen de maniobra producto de un escenario económico atravesado por un déficit fiscal que alcanzó el 5,4% del PIB al cierre del 2013, y por importantes niveles de endeudamiento interno y externo.

Mientras tanto a nivel internacional la creciente volatilidad e inestabilidad de las llamadas economías "emergentes" como China (de la que Costa Rica necesita para mantener estable su economía) y otros países latinoamericanos como Brasil o Argentina, ya generan tensiones y alertas de nuevas turbulencias por un posible reinicio de la crisis capitalista internacional.

Este panorama afirmamos desde ya que le pondrá un límite al próximo presidente, que muy probablemente deberá poner en marcha ajustes y recortes presupuestarios austeridad (en aspectos como la salud y la educación públicas) con tal de mantener el capitalismo costarricense con vitalidad, lo que implica dejar intactos los millonarios subsidios, exenciones y privilegios que hoy reciben los empresarios. En el caso del PAC, su principal antecedente constituyó el pacto de su cúpula representada por Otton Solís (que vuelve al Congreso) con el PLN para aprobar el proyecto de Plan Fiscal de Chinchilla.

Pero además del factor económico, no debe perderse de vista el importante nivel de abstencionismo  de la primera ronda,  superior incluso al respaldo obtenido por ambos candidatos, y el hecho de que el próximo gobierno se enfrentará con la Asamblea Legislativa más fragmentada de la historia, tal como algunos diarios ya lo señalan; lo que limitaría aún más el margen de acción de cualquier variante que llegue el poder. Lo anterior se presenta en momentos en que podría estallar una grave crisis dentro del PLN, lo que golpearía duramente las filas de uno de los principales partidos de la clase dominante.

Resulte ganador el PAC o el PLN, garantizarán que los intereses del empresariado nacional y transnacional sigan siendo protegidos  en el próximo gobierno, en detrimento de las condiciones de vida de los trabajadores y los sectores populares.

Los trotskistas de la LRS reiteramos nuestro llamado a prepararnos y  organizarnos desde ya en cada centro de trabajo y estudio, en la perspectiva  de enfrentar al gobierno entrante y las distintas políticas anti obreras y antipopulares que pondrá en marcha.

Invitamos a los compañeros del PT y otras organizaciones de izquierda a debatir las vías para organizar la lucha contra la próxima administración gubernamental de los negocios de los capitalistas, así como las vías para poner en pie un verdadero partido de los trabajadores que este apoyado en una estrategia revolucionaria para vencer.