sábado, 8 de diciembre de 2012

Egipto | “El pueblo quiere que caiga el régimen”


Por Claudia Cinatti, FT-CI 

La vieja consigna que gritaban centenares de miles contra la dictadura de Mubarak a principios de 2011 vuelve a resonar con toda su fuerza en las calles de El Cairo y las principales ciudades de Egipto, esta vez dirigida contra el gobierno de M. Morsi del Partido Libertad y Justicia (ligado a la Hermandad Musulmana) y la Asamblea Constituyente con mayoría de partidos islamistas.

Desde hace dos semanas atrás, centenares de miles de jóvenes de clase media, estudiantes, mujeres, trabajadores, sectores populares vienen movilizándose contra el decreto por el cual el presidente egipcio se adjudicó poderes cuasidictatoriales para intentar consolidar un régimen autoritario hegemonizado por el islamismo moderado, y apoyado por el imperialismo a cambio de los servicios prestados por Morsi para lograr el cese del fuego entre Hamas y el estado de Israel.

Lejos de retroceder ante las protestas, la respuesta de Morsi fue hacer votar en tiempo récord el proyecto de nueva constitución y convocar a un plebiscito constitucional para el 15 de diciembre, esperando que la extensión nacional de la Hermandad Musulmana y sus redes clientelares en sectores populares permita ganar la votación, aunque sea por un margen ajustado.

Esta acción ofensiva de Morsi precipitó la dinámica de la movilización: el 4 de diciembre decenas, quizás centenares de miles rodearon el palacio presidencial obligando a Morsi a abandonar a escondidas el edificio. El 5 de diciembre, la Hermandad Musulmana convocó a la base islamista del gobierno a una “contramovilización” desatando violentos enfrentamientos entre ambos bandos con piedras y bombas molotov, con un saldo provisorio de 3 muertos y centenares de heridos. Por ahora el ejército no viene participando en las tareas represivas, intentando preservarse como hizo ante la caída de Mubarak. Al cierre de este artículo continuaban los enfrentamientos en las inmediaciones del palacio presidencial y en otras ciudades importantes del país. De profundizarse esta situación de tensión extrema puede poner en cuestión la continuidad del gobierno de Morsi y la “transición democrática” como forma de desvío del proceso revolucionario.

Una constitución a la medida del islamismo, los militares y el imperialismo

La nueva constitución, producto de un proceso constituyente completamente antidemocrático pactado con el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, es un intento de consolidar un régimen basado en la alianza de la Hermandad Musulmana (y secundariamente otras variantes islamistas como los salafistas) con los militares y el imperialismo que reemplace a la vieja dictadura de Mubarak por una “democracia tutelada” que conserve lo fundamental del viejo régimen.

Entre otras cosas, la nueva constitución proclama al islam como religión de estado (lo que ya regía en la constitución anterior y bajo Mubarak), declara los principios de la ley islámica como la fuente de la legislación, mantiene a las fuerzas armadas como principal institución del régimen, dejándole el control del presupuesto de defensa (al que ingresa 1.300 millones de dólares en concepto de ayuda financiera de Estados Unidos) y el manejo de los asuntos militares, además de respetar en lo fundamental el rol de las fuerzas armadas en la economía y de conservar los odiados tribunales militares para juzgar a civiles (ante los cuales han sido procesados unos 12.000 activistas desde el fin de la dictadura).

Este giro bonapartista tiene un doble propósito: por un lado está destinado a resolver la disputa que tiene el gobierno con el poder judicial, donde se concentra los remanentes del viejo régimen, y por otro, liquidar la resistencia de la juventud y sectores avanzados de la clase obrera. Como parte de esta política de mantener bajo control a la clase obrera, el gobierno de Morsi con una medida demagógica de limpiar a la Federación sindical de la vieja dirigencia mubarakista, dictó un decreto por el cual remueve a la vieja dirigencia pero le da la facultad al ministro de trabajo, un miembro de la Hermandad Musulmana, de nombrar a la nueva dirección, liquidando de esa manera toda posibilidad de democratización de las organizaciones obreras, una demanda muy sentida por amplios sectores de los trabajadores que vienen fundando sindicatos independientes.

De esta manera, el gobierno intenta allanar el camino para avanzar con la implementación de un programa neoliberal de ajuste negociado con el FMI para descargar las consecuencias de la crisis capitalistas sobre los sectores populares y dar confianza oportunidad de negocios a posibles inversores extranjeros.

La Hermandad Musulmana y su brazo político, el Partido Libertad y Justicia, actúan con el apoyo de Estados Unidos y otras potencias imperialistas que ven al islamismo moderado egipcio como un aliado –junto con Turquía, Qatar y Arabia Saudita y el estado de Israel- para mantener la estabilidad regional y liquidar las tendencias revolucionarias de la primavera árabe. Por esto, como explica el diario Washington Post, “Estados Unidos se ha negado a criticar públicamente a Morsi o a condenar directamente la constitución propuesta”, lo que se ha visto claramente en las declaraciones de la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton que se limitó a llamar al diálogo y a que la nueva constitución garantice que Egipto cumpla sus “obligaciones internacionales”, es decir, mantenga su alianza con Estados Unidos y el estado sionista.

Entre el frente popular y la perspectiva de revolución

Esta nueva oleada de luchas enfrenta grandes desafíos. La enorme polarización entre partidarios y opositores de Morsi se basa fundamentalmente en el antagonismo entre el carácter laico o religioso del estado, tras el cual se ocultan los profundos antagonismos de clase. La Hermandad Musulmana es un partido de un sector de la burguesía egipcia que usa la religión y sus redes de asistencia para mantener bajo control a una amplia base popular utilizando la religión como instrumento de sometimiento. Sin embargo, la oposición laica reagrupada en el Frente de Salvación Nacional que hoy se propone dirigir las movilizaciones, aunque con un discurso democrático formal representa los mismos intereses de los enemigos de la clase obrera y los sectores populares. Este frente, que pretende consolidarse como una oposición liberal burguesa seria, está conformado por Mohamed ElBaradei, ex inspector de Naciones Unidas en Irak, el empresario multimillonario Naguib Sawiris, fundador del Partido Libre Egipcio, el exfuncionario de Mubarak y expresidente de la Liga Árabe Amr Moussa y el Partido de la Dignidad (nasserista y tibiamente nacionalista burgués) del excandidato H. Sabbahi. A ese rejunte de figurones y partidos liberales laicos, burgueses y pequeño burgueses, le capitula gran parte de la izquierda y las organizaciones surgidas de la plaza Tahrir, como el Movimiento juvenil 6 de abril.

El Frente de Salvación Nacional pretende usufructuar las banderas democráticas del proceso revolucionario para negociar con la Hermandad Musulmana el retiro del decreto dictatorial de Morsi, la suspensión del referéndum y la elección de una nueva Asamblea Constituyente con mayor representación de sectores laicos pero con el mismo programa de establecer un régimen tan proimperialista y patronal como el actual.

Los jóvenes, los trabajadores de las grandes concentraciones obreras y los sectores populares y empobrecidos por las consecuencias de las políticas neoliberales de Mubarak y de la crisis capitalista han hecho una enorme experiencia de lucha en los casi dos años que transcurrieron desde la caída del dictador, creando organizaciones políticas y sindicatos independientes, protagonizando huelgas y movilizaciones y enfrentando la represión. La oposición burguesa democrática, basándose en la denuncia de la opresión religiosa, intenta limitar esta experiencia reduciendo los términos del enfrentamiento a laicos versus islamistas.

Las movilizaciones actuales muestran que la contención del desvío parece débil y que las tendencias más profundas del proceso revolucionario vuelven a ganar el centro de la escena. Es necesario que los trabajadores y jóvenes combativos forjen sus propias organizaciones revolucionarias que enfrenten la trampa del desvío frente populista y unan la lucha democrática a una perspectiva anticapitalista y antiimperialista.

México: Cientos de presos y heridos en el regreso del PRI al gobierno


Por Sandra Romero, LTS
 

En este momento en México se encuentran presos decenas de jóvenes que fueron detenidos durante las movilizaciones contra la toma de protesta (asunción presidencial) del priísta Enrique Peña Nieto y en la LTS nos encontramos en lucha, junto a organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas por su libertad.
 

Peña toma protesta en medio de la represión

Peña Nieto acudió al Congreso al cambio de gobierno, en medio del repudio en casi todas las capitales del país y la represión a las protestas. Una presidencia asumida entre la indignación popular, con los representantes políticos de la clase dominante, intentando llegar al Congreso, entre autos y ropas de lujo, con la sede parlamentaria amurallada por tanquetas de agua, gases lacrimógenos, balas de goma, miles de policías federales, granaderos y militares y decenas de kilómetros de vallas al Congreso y el centro histórico. Estas fueron las “medidas preventivas” anunciadas por Peña y orquestadas por el estado mayor, para el retorno del PRI a la presidencia.

Peña en sus primeras horas de gobierno y con ayuda del gobierno perredista del Distrito Federal, ya tenía más de un centenar de detenidos, cientos de heridos y la criminalización iniciada por medios de comunicación y Gobernación, marca el inicio de un nuevo gobierno represor.

Con más de un centenar de detenidos en la Procuraduría Capitalina y la orden de “ir hasta el final” por parte del perredista Marcelo Ebrard (jefe de gobierno), en el intento por imponer penas que van de 5 a 30 años de prisión, se condena el “desorden público” y daño en propiedad privada.

Las condenas de medios de comunicación y funcionarios de gobierno buscan minimizar el repudio al arribo de Peña, igual que las calumnias de que nuestros heridos fueron producto de piedras lanzadas por los propios manifestantes y los policías disparando, lanzando balas de goma y gases lacrimógenos sin castigo, mientras Juan Kuy Kendall se debate entre la vida y la muerte por el traumatismo craneoencefálico que le provocaron o la bala que le provocó la pérdida del ojo a Uriel Sandoval. La acción de sectores juveniles, entre los cuales se contaban muchos integrantes del movimiento #yosoy132 y jóvenes independientes, puede ser un síntoma de que el descontento que recorre a la juventud, y que ya se había expresado con la emergencia del #yosoy132, puede dar un salto y apelar a métodos radicales de lucha.

La LTS y la Juventud Anticapitalista, Socialista y Revolucionaria –que impulsamos junto a colectivos y estudiantes independientes- participamos de la movilización, que fue llamada por la Convención Nacional contra la Imposición, el magisterio democrático, el #yosoy132 y organizaciones sociales y populares, planteando la necesidad de preparar una gran movilización y un paro nacional, encabezados por los trabajadores y sus organizaciones, para enfrentar al gobierno de Peña Nieto y sus planes. Con más de 100 compañeros/as que participaron de nuestra columna, nos hicimos presentes desde muy temprano. A partir de la represión salvaje, nos sumamos desde el primer momento a la campaña por la libertad de los presos políticos, que además impulsan nuestros compañeros de la FT en Argentina y otros países de América Latina y Europa.



Fracasa el intento de un cambio de poder ordenado

Tras las medidas represivas, se pretendía transmitir al mundo una imagen ordenada del cambio de gobierno, que permitiera a Peña iniciar su mandato en aparente estabilidad. Ocurrió lo contrario. Los principales diarios del mundo publicaron en primera plana las manifestaciones y la brutalidad policial, mostrando al nuevo gobierno sin legitimidad.

La violenta represión y la dura respuesta del PRD en el DF son muestra del pacto en el régimen contra quienes se decidan enfrentar los planes y a favor de la gobernabilidad. Los hechos del 1/12 muestran lo que vendrá para este gobierno que inicia con mucho cuestionamiento, donde el descontento popular será la constante.

La dura represión también nos plantea la necesidad de cerrar filas en defensa de los detenidos y luchar por su liberación incondicional. Esto nos permitirá estar en mejores condiciones para reorganizar la lucha contra los planes de miseria que busca imponer el gobierno y no permitir que las instituciones represoras del régimen salgan fortalecidas y la criminalización a las protestas se imponga.

Repudiamos la represión y exigimos la libertad inmediata e incondicional de todos los presos. La LTS, junto con otras organizaciones, padres de familia y organismos de derechos humanos, redoblamos esfuerzos por la liberación de los detenidos y un abogado nuestro es parte del equipo jurídico que toma los casos de los compañeros. Llamamos a todas las organizaciones obreras que se reivindican independientes como la CNTE, el SME y la UNT a encabezar un gran movimiento nacional en las calles, sumando a las organizaciones de derechos humanos, a intelectuales, organizaciones políticas, sindicales, y sociales, indígenas y campesinas, a impulsar una Campaña Internacional unitaria por la libertad de todos los presos y contra la represión. Es fundamental una lucha amplia, democrática y masiva por la libertad de los presos, y que los sindicatos llamen a acciones y preparen un paro nacional para exigir su liberación inmediata.

¡Si tocan a uno, nos tocan a todos!

Responsabilizamos al gobierno de Peña y al gobierno capitalino por cualquier agresión que puedan sufrir los compañeros que se movilizan por los presos.
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El PRI, PAN y PRD firman Pacto para estabilizar al régimen mexicano
A pesar del cuestionado triunfo electoral, Enrique Peña Nieto buscará recomponer el sistema de la alternancia tan debilitado luego que el panismo concluye su sexenio con mas 70 mil muertos, para eso, apelará a medidas represivas, como se vio en la acción policial del 01/12 y en su primer anuncio: “el ejército se mantendrá en las calles”. Con el nuevo gabinete salieron a la luz una docena de nombres ligados familiar, política o financieramente al expresidente Carlos Salinas de Gortari [1] . Viejos políticos reciclados que de “nuevo PRI” no tienen nada y encarnan la década de más feroz ofensiva neoliberal de la burguesía y la patronal contra los trabajadores en México.

Sin embargo, aunque el PRI cuenta con el apoyo de los partidos y el Congreso, deberá enfrentar la crisis económica y el descontento social. Ya en su toma de protesta, Peña lanzó un discurso de “unidad nacional” en busca de la estabilidad que le permita avanzar con los planes contra las masas, en lo cual será fundamental el rol del Congreso de la Unión. Además mostró la histórica relación del PRI con el ejército, que en el primer discurso del recién electo Secretario de la Defensa Nacional dijo respetará los derechos humanos, nada más falso, cuando al mismo tiempo los manifestantes evadían las balas y gases lanzados frente al Congreso.

Los acontecimientos del 1/12 y el antecedente de la reforma laboral impuesta por el Congreso las semanas pasadas dejan ver un régimen que se posiciona para avanzar en la ofensiva mandatada por el imperialismo, donde el PRD aparece como una oposición cada vez más leal y adaptada al PRI y al PAN, empezando por la reforma laboral, en negociaciones con el PRI y alianzas con el PAN antes de la votación. Además, el PRD (que gobierna el Distrito Federal) es hoy la punta de lanza de la represión desatada durante la toma de protesta de Peña, con cientos de detenciones arbitrarias. Un gobierno que inicia con respaldo empresarial y que buscará negociar las reformas estructurales para implementar sus planes, entre ellos, su gran objetivo: privatizar Pemex.
[1] El más corrupto en la historia de México, que llegó al poder con un fraude y robo a Pemex, vendió la banca, la telefonía, los ferrocarriles, las carreteras, la aviación, impuso el TLC, se ligó al narco, asesinó opositores de todo tipo, combatió al zapatismo, etc.

Argentina | Multitudinaria asistencia en la presentación de “Mi Vida” de León Trotsky

 
Foto: Jorge Altamira, Gabriela Liszt y Christian Castillo.

El martes 4 se presentó en el Auditorio de la Sede Constitución de la Facultad de Ciencias Sociales el libro Mi vida, el segundo tomo de las Obras Escogidas de León Trotsky. Más de 800 personas asistieron al evento que fue presentado por Gabriela Liszt del CEIP y contó con la exposición de Jorge Altamira, dirigente del Partido Obrero, y Christian Castillo, dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas. En el evento se proyectó un saludo enviado desde México por Esteban Volkov, nieto de León Trotsky. La edición del libro estuvo a cargo del Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones (CEIP) “León Trotsky” y cuenta con el apoyo del Instituto de Derecho de Asilo, Museo Casa León Trotsky de México. La publicación fue realizada a través de Ediciones IPS.

A continuación presentamos extractos de la presentación. Se puede ver completa en www.tvpts.tv.

Jorge Altamira: “El libro de Trotsky es un arma de lucha”

Buenas noches a todos, gracias a los organizadores […] hay que felicitarlos por la publicación del libro Mi vida de Trotsky […] Nosotros tenemos que esforzarnos para que la lectura de Mi vida sea interpretada por los trabajadores más activos, más conscientes, por los luchadores de la clase obrera. Cuando yo leí Mi vida […] sentía que estaba leyendo un libro […] asociado a procesos revolucionarios […] ¿Cómo podemos hacer para que los trabajadores argentinos vivan esa misma experiencia? […] Tenemos que actuar como si cada uno de nosotros, todos los que estamos aquí, fuéramos Trotsky y queremos contribuir a la marcha de la emancipación de la clase obrera y de la humanidad […].

El libro de Trotsky es un arma de lucha. Dentro de los infundios y mentiras, calumnias del estalinismo […] Trotsky escribe Mi vida para combatir esos intentos […] Muchos sacaron la conclusión de que el trotskismo era una réplica del estalinismo […] El trotskismo es antes que nada la defensa de la vigencia histórica de la revolución bolchevique de 1917 […] Es una política por la revolución mundial. No es una querella contra el estalinismo [que] es un aparato contrarrevolucionario que en su defensa adopta todos los recursos políticos posibles […].

Quisiera incorporar también una visión de Mi vida que me viene de un análisis que hace nuestro compañero del Partido Obrero Revolucionario de Grecia […]. Para Savas Matsas, el relato sobre Ulises que se hace en la mitología griega, el Quijote de Cervantes, y el último Ulises del irlandés Joyce; tienen una cosa en común […]. Lo que tienen en común es que son viajes. […] Para descubrir el mundo, para descubrir la naturaleza, para descubrir el Cosmos y para descubrirse a sí mismo […] el Ulises de Homero es un Ulises que recorre el mundo […] el mercado mundial de su época. […] Después dice que el Quijote es alguien que arranca de un pueblo medieval; y es un libro que relata el advenimiento del capitalismo […] Y, finalmente, el Ulises de Joyce es un viaje al interior del personaje Ulises. Y es la expresión de la decadencia capitalista que ya no puede desarrollar objetivamente absolutamente nada y vive una continua introspección. Si nosotros tomamos este modelo ¿Qué significa “Mi vida”? Mi vida es el diario de la revolución mundial […].

Hay tres ideas que son las que ordenan todo su pensamiento político. La primera idea es el problema de la decadencia del capitalismo. […] Estas crisis de hoy, son las del capitalismo senil […] hay corrientes que afirman que la teoría del imperialismo es un invento de Lenin y de algunos más, y que lo que vemos se trata siempre del viejo y mismo capitalismo, y que no hay nada en la forma de dominación del imperialismo que lo haga diferente al capitalismo en general. ¿En qué se manifiesta su decadencia, su declinación? Se tiene que manifestar de una forma histórica concreta […] Por eso esta gente dice, “muchachos, no se preocupen por la crisis capitalista mundial, ya hubo otras y los capitalistas salieron” […] El programa de transición ya comienza con una caracterización del capitalismo en decadencia y, por lo tanto, de la madurez de las condiciones objetivas para la revolución […] Al margen de esto, una teoría revolucionaria no tiene fundamento objetivo.

Y él va insistir sistemáticamente, y quisiera aportar para ustedes que lean […] unas minutas de Trotsky en discusión con el partido norteamericano, el Socialist Workers Party, que trataba de cómo trabajar con un proletariado muy empírico, muy apegado a cosas prácticas, sin aspiración teórica […] siempre les señalaba que la situación de EE. UU. desde el punto de vista histórico mundial, era una situación de decadencia del capitalismo y de perspectivas estratégicas revolucionarias […].

El otro aporte […] es el problema del partido. […] ¿Qué es un partido? El partido no es un aparato […] El partido de la clase obrera es la transformación del proletariado en clase consciente de sus objetivos históricos […]. Nosotros comprendemos perfectamente que el Frente de Izquierda es una forma histórica, como una forma práctica o política, de carácter transitorio que siembra el desarrollo de la conciencia revolucionaria, de la organización, pero la tarea histórica es construir un partido de la clase obrera […] Y en la lectura de Mi vida, la cuestión del partido es fundamental […]. Trotsky se mantiene desde el año 1902 hasta 1917 fuera del partido bolchevique. En Mi vida se va a ver en los diez años posteriores que nadie asimiló como Trotsky la importancia del partido político de la clase obrera […] Nosotros no olvidamos que hay otros partidos obreros, mejor dicho reformistas. Hay partidos centristas que son obreros. Ya Marx en su Manifiesto Comunista toma este punto […] Dice “nosotros los comunistas no queremos un antagonismo con esos partidos sino que representamos en el movimiento histórico de la clase obrera el interés de orden general”. […] ¿Está planteada para la Argentina la formación de otro partido obrero revolucionario? Pensamos que no. […] Y sería un grave error plantear la formación de un partido obrero centrista, que sería centrista porque sería un partido no basado en un programa revolucionario, no basado en la posición histórica, sino que sería un partido basado en las plataformas electorales por las cuales hoy luchan los trabajadores […].

Hay una tercera cuestión […] sobre la actual crisis mundial […] ustedes piensen que mediante la utilización de recursos absolutamente extraordinarios, después de siete años de crisis, la economía no levanta […] Y lo que está en crisis en todo el mundo es el agotamiento de sus recursos extraordinarios […]. Esta crisis mundial abre grandes perspectivas que tenemos que desarrollar, y empieza a manifestarse de nuevo un ascenso de la izquierda, que lamentablemente capitalizan las izquierdas centristas o reformistas, pero que es un indicador del seguro ascenso de una izquierda revolucionaria sobre la base del fracaso de estas corrientes […]

Y para concluir: ¿qué quedó de la Argentina kirchnerista? ¿Qué quedó de la batalla cultural que según Beatriz Sarlo había ganado el kirchnerismo? […] El nacionalismo burgués, pequeñoburgués, ha vuelto a fracasar […] y esta vez de un modo mucho más inmundo que en el pasado, como lo demuestra la alianza kirchnerismo-Macri contra los trabajadores del subte […]. Tenemos que oponer a este gobierno y a la salida que se teje […] una alternativa de la izquierda […].

Porque el objetivo irrenunciable […] es construir un partido para tomar el poder y establecer la dominación política del proletariado […] ¿Qué es la dictadura del proletariado? […] No es una arquitectura institucional, donde las decisiones se toman de una manera o se toman de otra. Es la organización del proletariado como clase dominante bajo la dirección de un partido revolucionario ¿Por qué? Porque el objetivo de la toma del poder y de la dictadura del proletariado es abolir la sociedad de clases [...]. Es la conciencia política, el programa, de que es la última forma de la dominación de clase y el inicio de la transición hacia una sociedad sin clases y sin Estado. Por lo tanto, decadencia del capital, partido, comunismo, emancipación humana, forman un único haz que no puede deshacerse sin pervertir la causa revolucionaria.

Christian Castillo: “Una vida extraordinaria que nos habla del mañana”

Me toca a mí, nuevamente, estar en la presentación de las Obras Escogidas de Trotsky, como estuve con mi camarada Emilio Albamonte en la presentación de Stalin, el gran organizador de derrotas. Y ahora, en la presentación de un libro que estamos reeditando en una situación muy particular que puede ser vista desde dos ángulos. Porque cuando empezaron las compañeras y compañeros del CEIP a trabajar en la reedición de Mi vida todavía no estaba claro qué nivel iría asumiendo la lucha de clases en nuestro país. Ahora acabamos de vivir un hecho muy importante que es el primer paro general en mucho tiempo (11 años), donde la clase trabajadora ha tensado sus músculos. Y, además, este paro general tuvo otra peculiaridad, que la prensa no pudo ocultar el protagonismo muy relevante de la izquierda clasista, anticapitalista, en los piquetes y en el impulso a que el paro se dé aún en las fábricas donde los burócratas sindicales llamaban a que el paro no se haga. Entonces, la edición de Mi vida cobra importancia porque en el país hay un nuevo clima obrero.

El segundo elemento importante es que efectivamente estamos editando las Obras Escogidas de Trotsky y Mi vida cuando una nueva generación despunta a la lucha. Y esa generación es la de los jóvenes estudiantes que combaten en Chile, en México, de los trabajadores que luchan en Europa […] En ese sentido, es fundamental llegar a ellos con las ideas y la tradición del marxismo revolucionario porque, entre otras cosas, la época de restauración conservadora que vivimos ha pretendido borrar la tradición revolucionaria del movimiento obrero.

Trotsky tiene una cita en la autobiografía de un artículo que él había publicado en el periódico que editaba en Francia durante la Primera Guerra que, vista desde un ángulo, es muy arriesgada. Trotsky dice: “en Verdún se forja nuestro mañana”. Verdún fue el combate dado entre las tropas francesas y alemanas, uno de los más sangrientos de la Primera Guerra Mundial. Trotsky decía que Verdún iba a sacar todas las ilusiones patrioteras. Que los sufrimientos de la guerra irían forjando una nueva generación revolucionaria. Y Trotsky no se equivocaba. Las Verdún de aquel entonces, no sólo en esa batalla específica, sino los sufrimientos inauditos provocados por la Primera Guerra Mundial forjaron el temple suficiente de quienes pudieron mantenerse contra la corriente y dieron fuerza a quienes llevarían al triunfo de la Revolución de Octubre. De algún modo en medio de la crisis mundial actual, con la salvedad de que no estamos viviendo circunstancias tan tremendas como en la Primera o en la Segunda Guerra Mundial, las nuevas generaciones que empiezan a poblar las cárceles, que se enfrentan en las calles a los gases lacrimógenos, que van a las fábricas a compartir los piquetes con la clase obrera, que se enfrentan en las calles a la policía, que hacen el trabajo de acercarse políticamente a quienes empiezan a luchar y que a la vez ven cómo los gobiernos capitalistas resuelven atacar las condiciones de vida de las masas para intentar salvar por medios extraordinarios los negocios de los grandes capitalistas, ahí, en estos combates se está forjando también nuestro mañana. […]

Este libro es relevante porque el tiempo que nos toca vivir es posiblemente un tiempo bisagra en donde las nuevas generaciones se enfrenten mucho más a condiciones y situaciones como aquellas en las que se forjaron los Lenin, los Trotsky y también personalidades menos conocidas, pero que son muy bien tratadas en Mi vida en toda su enormidad revolucionaria, aunque no lograron la misma trascendencia en cuanto a nombre y que para Trotsky son enormes símbolos de lo que fue una clase insurrecta, una clase que había protagonizado una experiencia revolucionaria. El marinero Markin, del cual Trotsky narra el papel que juega en la guerra civil […]. El estudiante Poznansky que dice que lo siguió por la calle cuando iba de mitin en mitin por Petrogrado y le dice “yo voy a estar con usted porque tiene muchos enemigos” y a partir de ahí no se separa y, de hecho, es uno de sus secretarios clave que solo los separan cuando lo envían al destierro. Skliansky a quien Trotsky señala como el Carnot de la revolución, un gran organizador del Ejército Rojo […]

Desde que empieza hasta que termina Mi vida es un libro que va narrando un medio siglo extraordinario de la vida de Trotsky. El título que él le quería poner al libro era “Medio siglo”, sus primeros cincuenta años de vida. Y verdaderamente Trotsky pasa por sucesos impresionantes. Desde cuando va a tratar de convencer a los obreros en Nikolaiev en los primeros círculos, siendo un muy joven estudiante y tratando de acercarse a la clase obrera. Algo que lo va a marcar toda la vida. Y Trotsky dice: “enfrentando al populismo y enfrentando a la policía del Zar nos fuimos forjando como políticos proletarios”. Y esa es una definición que Trotsky va a mantener toda su vida. Dice: “¿Qué éramos Lenin y yo? Políticos revolucionarios del proletariado”. Y va a oponer esa categoría, con la que nos queremos identificar los que luchamos por la construcción de un partido revolucionario, la va a oponer a la figura de muchos de los personajes centrales de la socialdemocracia alemana y austríaca. […]

El libro pasa por estos aspectos y uno lo ve a Trotsky en 1905 cuando no estaba con los bolcheviques como señalaba Jorge, cuando estaba en el medio, en esos años en donde estaba separado de Lenin y desarrollando lo que él también denomina el instinto revolucionario para vincularse al soviet de Petrogrado y jugar ese papel central. […]

Trotsky se forja, dice él, como un marxista no dogmático. Y ese marxismo no dogmático le permite a Trotsky formular la Teoría de la Revolución Permanente y le permite plantear un marxismo que capta la discordancia de los tiempos entre la economía, la política, la guerra y la revolución […] Trotsky señala este elemento, se enfrenta, digamos, a un mecanicismo economicista en donde él dice algo así como: “uno de los primeros elementos con los que me formé fue ver que a veces la crisis causa la revolución y a veces no, depende de cómo esté el proletariado. A veces puede desorganizar las filas del proletariado y a veces impulsarlo a la revolución” […].

El otro aspecto que me interesa, muy importante que está en el libro es la relación con Lenin. Al final en uno de los últimos capítulos Trotsky sintetiza cuál es mi relación con Lenin […] Dice que llegaron a una síntesis después de haber trabajado juntos, de haberse enfrentado, y luego haber llegado a formar ese gran equipo revolucionario que pudo dirigir la revolución de Octubre, la guerra civil, y dado ese primer gran ejemplo al proletariado internacional y haber dirigido la III Internacional”.

Trotsky no trata de ocultar las diferencias que tuvo con Lenin. […] Es evidente que su vida está íntimamente relacionada con la lucha del proletariado por construir su propio partido, aun cuando Trotsky no estaba con Lenin era partidista, como lo era Rosa Luxemburgo. […] Para Trotsky como para Lenin, la lucha por el partido era no sólo por construir partidos revolucionarios nacionales sino una internacional revolucionaria […]. En este marco dice: Lenin tuvo razón central en la idea del enfrentamiento a los mencheviques, en la división bolcheviques mencheviques, y Trotsky revaloriza cómo Lenin jugó, en ese aspecto, el papel central.

Trotsky en el período posterior a la edición de Mi vida, piensa decenas de tácticas por las que podía surgir el partido revolucionario. Y no son tácticas abstractas. Trotsky toma en cuenta los momentos de evolución de cada una de las clases obreras con las cuales los revolucionarios tienen que actuar. Y toma también en consideración si esos revolucionarios son decenas, son cientos, son miles o decenas de miles. […] Muestra las distintas mil y una ideas de Trotsky para tratar de hacerse un camino hacia las masas: los entrismos en los partidos reformistas, las tácticas transicionales como las que le planteaba al proletariado norteamericano, un proletariado sin independencia de clase al cual le plantea transicionalmente la lucha por un Partido de Trabajadores, el Bloque de los Cuatro para tratar de confluir en la construcción de una nueva Internacional.

Nuestro tiempo tiene analogías con otros tiempos históricos, el proceso histórico no vuelve siempre al mismo punto ni se repite de la misma manera. Nosotros estamos viendo una historia particular, forjada también por triunfos, por derrotas, por experiencias históricas que no son iguales a las que tenía Trotsky al enfrentar ese momento. […] Entonces en estas nuevas condiciones, nosotros tenemos que enfrentar la construcción de partido revolucionario y de una internacional revolucionaria. Y creo que la edición de estos textos de Trotsky, la edición de las Obras Escogidas, tiene que estar justamente al servicio de todos los que de alguna manera queremos retomar su continuidad en las luchas contemporáneas, en nuestro país y a nivel mundial, al servicio de esa tarea en la cual tenemos que poner toda nuestra fuerza, y que la crisis mundial nos plantea redoblar nuestros esfuerzos en la lucha por la construcción de una internacional revolucionaria, la IV Internacional.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Miles de jóvenes nos movilizamos contra la represión policial y la criminalización de la protesta


Por Brayan Brenes

El jueves 15/11 más de 20 mil jóvenes marchamos por las calles de San José para repudiar la represión policial del 8/11, así como para exigir la renuncia del Ministro de Seguridad Mario Zamora y el Jefe de Policía Raúl Rivera por ser los principales responsables de una jornada en defensa del seguro social que terminó con más de 30 compañeros detenidos y decenas de golpeados.


La acción de repudio a la represión estuvo compuesta por dos columnas centrales: la primera ubicada en el Parque de la Merced y respaldada por masivas asambleas de cientos de estudiantes, y la segunda que tenía como punto de partida el Pretil de la UCR, desde donde el sindicato universitario llamó a marchar a los funcionarios. En menos de una semana se puso de pie el movimiento estudiantil para responder al gobierno, conquistamos el Paro Activo en la UCR para que fuera posible marchar masivamente y pusimos el cuerpo en la calle, acompañados por los piquetes artísticos de los grupos de música y artes dramáticas de la Universidad que representaron escenas sobre la represión en cada intersección vial. A la marcha se integraron importantes personalidades así como decenas de observadores de los Derechos Humanos, colectivos ambientalistas, del movimiento legalized, representantes del movimiento por la diversidad sexual “Invisibles”, delegaciones sindicales de UNDECA, el SISS y otras, en uno de los movimientos por la defensa de los derechos democráticos más dinámico y nutrido en años.

La movilización del 15N constituyó una verdadera proclama por parte de miles de jóvenes que no estamos dispuestos a seguir soportando la represión que protagoniza la policía, no solo frente a la Caja del Seguro Social, sino cotidianamente en los barrios, las calles y los lugares públicos, donde las fuerzas del orden ejercen su poder “especial” para controlar la vida de la juventud y los sectores populares.
 


La Presidenta y los medios de comunicación promueven el silencio sobre la movilización y naturalizan el incremento de la presencia policial 

Más allá de que la jornada del 15/11 resultó exitosa, hay que remarcar que la Presidenta contestó a la movilización dando la orden de sitiar prácticamente la ciudad con miles de policías antimotines que rodearon las cuadras cercanas a la Avenida 2º, al mismo tiempo que colocó a las mujeres represoras como fachada de “tregua” en los costados de la marcha, en un intento por confundir a una franja de la opinión pública que percibe a estas policías como “protectoras”, y no como parte de una institución preparada para sofocar y aplastar la lucha social. La Presidenta Chinchilla y los medios de comunicación intentaron por una parte invisibilizar la acción contra la represión, y por otra ensayaron naturalizar el hecho de que existe una presencia policial cada vez más abrumadora en las calles, que fue patente el día de la marcha. Pero precisamente este operativo de silencio mediático desplegado por el gobierno y la prensa empresarial refleja los temores de la Presidenta y su equipo, que no quieren que se hable más ni de la represión que se viene ejerciendo desde Zapote para garantizar la “gobernabilidad”, y mucho menos que se hable más del agudo descontento que se viene acumulando contra la corrupción y el desmantelamiento acelerado de instituciones públicas centrales para el país como la CC.SS., amenazadas de desaparecer con la política neoliberal de Chinchilla y el PLN.

Es precisamente por lo anterior que los miles de jóvenes que nos movilizamos el 15/11 debemos continuar la lucha y la organización, no solo para defender la seguridad social y denunciar la represión, sino para darle apertura a una gran campaña democrática en contra de la militarización de Costa Rica, para exigir que se anule la autorización de entrada de barcos de guerra yanquis a las costas nacionales, la derogatoria de la Ley Antiterrorista de Bush aprobada en 2009 en el Congreso, así como demandar el desmantelamiento del aparato policial que fortalece Chinchilla, que no es precisamente para garantizar la “seguridad ciudadana”, sino para ahogar las luchas sociales que puedan desarrollarse en Costa Rica.

Es urgente consolidar los espacios organizativos que han surgido en las últimas semanas, darle expresión a la voluntad de lucha que viene demostrando la juventud universitaria, y proponerse el desafío de construir una vanguardia política junto a los trabajadores de la ciudad y el campo, que de respuesta a los grandes problemas nacionales independientemente de los empresarios y sus partidos.
 
 

Dos políticas opuestas frente a la represión 
y la defensa del Seguro Social

El Paro Activo así como la movilización del 15 de noviembre fueron producto del arduo trabajo de decenas de activistas y dirigentes que prepararon y convocaron asambleas, mítines frente a Rectoría, así como jornadas de concientización que incluyeron numerosos performances, proyecciones en video sobre la represión durante tardes enteras, así como una incesante convocatoria en la Universidad. Fue de esta manera como se garantizaron asambleas como la del viernes 9 de noviembre con 600 estudiantes o la del lunes 12 con alrededor de 400, organizadas independientemente de la Federación de Estudiantes de la UCR, anteriormente dirigida por el PT/MAS y ahora por Progre.

Más allá de las dimensiones de una jornada de protesta que se caracterizó por dos muy buenas “columnas” garantizadas por el Paro Activo y el trabajo desplegado durante una semana, hay que aceptar que también aparecieron importantes obstáculos, por ejemplo cuando los “dirigentes” del PT- FA-Progre pasaron de ser espectadores en las primeras asambleas a sabotearlas abiertamente cuando no lograban imponerse a la mayoría. A pesar de haber integrado las dos principales comisiones surgidas de las asambleas (seguridad y comunicación), los dirigentes del PT-FA-Progre se dedicaron más a cuidar los intereses de sus pequeños grupos electorales que a impulsar hacia adelante al conjunto del movimiento. El lunes 12, formados en bloque, llegaron al colmo de exigir con gritos que se declarase la marcha como “pacífica”, asustados ante la idea que comenzaba a circular sobre el derecho a ejercer a la “autodefensa” ante la posibilidad de agresión policial. Pero esto no es todo, el frente PT-FA-Progre rompió el acuerdo de marchar en bloque desde el Parque de La Merced, fracturaron el movimiento y pusieron en peligro desde el Paro Activo, la posibilidad misma de movilización, hasta la integridad de compañeros de la comisión de seguridad, a quienes difamaron curso por curso como “infiltrados”, reflejando su desesperación política al no haber podido controlar importantes asambleas compuestas por centenas de jóvenes independientes que buscan el camino de la lucha, contra la represión y el gobierno.

En contraste con las anteriores organizaciones y a pesar de nuestras modestas fuerzas, los militantes de la LRS hicimos grandes esfuerzos por mantenernos desde el primer momento en la línea del frente, dando la batalla porque se impusiera el paro activo, trabajando por garantizar los mítines a la Rectoría, convocando curso por curso al estudiantado para protestar contra la represión policial; participamos de las asambleas, interviniendo, dando sugerencias, ayudando para que el movimiento en general se desarrollara, más allá de cualquier tipo de interés mezquino de “secta” o de aparato, como hicieron los dirigentes de algunas organizaciones. También fuimos parte de las comisiones formadas en asambleas de cientos de estudiantes, y dentro de ellas continuamos el debate político en contra de quienes dejaban a la suerte la preparación frente a la represión, casualmente los mismos que al final rompieron con las decisiones de las asambleas.

Los trotskistas de la LRS llamamos a apoyarnos en las conquistas políticas y organizativas conquistadas en en estas semanas, con tal de que las asambleas y comisiones que fueron puestas en pie desde el 8/11 sirvan como punto de apoyo para construir un polo combativo y revolucionario dentro del movimiento estudiantil, que se proponga para ser parte de una vanguardia política que defienda los intereses históricos de los trabajadores de la ciudad y el campo, de la juventud y de todos los pobres, especialmente bajo la amenaza de un reinicio de la crisis capitalista mundial, que tendrá agudas repercusiones en la lucha de clases costarricense.



Momentos de lucha y organización

Jueves 8 de noviembre:
-  Se desata la represión contra asegurados, dirigentes sindicales y estudiantes que protestaban contra el cierre de varios centros de salud (EBAIS) frente al Edificio de la CC.SS., resultando detenidos más de 30 compañeros.

-  19h: se organiza la primera Asamblea política en el Auditorio de Ciencias Sociales. Los debates giran en torno a si luchar por un Paro Activo para desarrollar la movilización de miles y exigir la liberación de los compañeros que seguían detenidos o hacer campañas de firmas y pedirle espacio televisivo a Canal 7. Se impuso la línea del Paro Activo y la movilización, que debía garantizarse con mítines y exigencias a las autoridades.

Viernes 9 de noviembre:
-  Desde las primeras horas de la mañana se organiza la convocatoria al mitin en Rectoría. En la concentración el señor Miguel Guzmán -asesor del Rector- comunica que el Paro Activo solo es posible hasta el martes de la semana siguiente que sesiona el CU, y plantea las “jornadas de reflexión” con suspensión de evaluaciones como alternativa para facilitar la movilización.

-  2º Asamblea en el Anfiteatro de Registro: se retrocede de la línea del Paro Activo y se combina con la de “Jornadas de Reflexión” que intentaron introducir Henning Jensen y su asesor con tal de evitar el paro de labores en la UCR.


-  3º Asamblea: se reúnen casi 600 personas en la Plaza de Ciencias Sociales, se ratifica la política del Paro Activo y se forman con respaldo masivo las comisiones de Seguridad y Comunicación. Se acuerda marchar desde el Parque de La Merced, pasando por la periferia de San José, para cerrar en el edificio central de la CC.SS, donde se realiza un gran piquete artístico.

Lunes 12/11:
-  Se desarrolla una nueva asamblea, donde el PT-FA exigen a los presentes declarar la marcha como “pacífica” y se oponen tan siguiera a hablar de autodefensa. Finalmente rompen los acuerdos después de la asamblea, cambian su lugar de salida de la marcha y comienzan una campaña de difamación y miedo entre los estudiantes con tal de evitar que marchen desde La Merced.

Martes 13/11:
-  Se garantiza el último mitin en Rectoría para exigir Paro Activo.

Miércoles 14/11:
-  Una nueva asamblea para ajustar aspectos logísticos relacionados con la ruta y la seguridad se presenta en Sociales. A pesar del sabotaje de algunos grupos se sostuvieron hasta el final los acuerdos.

Jueves 15/11:
-  Parten dos columnas hacia el edificio de la CC.SS. Una desde La Merced pasando por las calles periféricas en claro repudio a la represión policial, y otra desde el Pretil de la Universidad de Costa Rica, las consignas son en defensa de la seguridad social y más diluida la del repudio a la represión policial.

Declaración de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional: Anuncian "Cese del fuego" tras ocho días de bombardeos israelíes

Por FT-CI Fracción Trotskista - Cuarta Internacional 

1. Desde el 14 de noviembre y durante 8 días, el Estado de Israel mantuvo una brutal campaña militar de ataques diarios, mediante bombardeos aéreos y navales, contra la Franja de Gaza, asesinando a Ahmed Jabbari, uno de los principales líderes de Hamas. El operativo llamado “Pilar de Defensa” dejó un saldo de 150 palestinos muertos, entre ellos varios niños y más de 1000 heridos, además de haber causado una gran destrucción de instalaciones civiles, edificios gubernamentales, infraestructura, viviendas e incluso, oficinas de prensa. Por su parte, las fuerzas de la resistencia palestina respondieron a este ataque lanzando más de 1000 cohetes de distinto alcance, de los cuales alrededor de 800 impactaron sobre el sur de Israel, llegando incluso a Tel Aviv y Jerusalén. Estos artefactos, si bien han causado pocas bajas y escaso daño, tienen un enorme efecto psicológico sobre la población israelí, y moralizan a los palestinos. El gobierno derechista israelí de Netanyahu-Lieberman-Barak había amenazado con lanzar una invasión terrestre a la Franja de Gaza para lo cual convocó a decenas de miles de reservistas y envió tropas y tanques a la frontera con Gaza, como forma de presionar en las negociaciones en curso impulsadas por Estados Unidos y Egipto. Finalmente, el 21 de noviembre, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton anunció junto con el ministro de relaciones exteriores egipcio el cese del fuego, aceptado por el estado sionista y Hamas. Aunque aun es muy pronto para evaluar cómo quedará la relación de fuerzas y todavía no se conocen los detalles del acuerdo, este se limitaría a una promesa de Israel de permitir aflojar parcialmente el bloqueo a la Franja de Gaza a cambio de que Hamas garantice que se suspendan todos los ataques palestinos en territorio israelí. Demás está decir que esta “tregua”, de la cual Egipto es el garante, es aun precaria, no da ninguna garantía de que Israel no retome sus ataques militares, y no altera en lo más mínimo las condiciones de opresión del pueblo palestino. El gobierno egipcio en manos de la Hermandad Musulmana fue un actor clave ejerciendo su influencia sobre Hamas al servicio de mantener la estabilidad regional y el tratado de paz con el estado de Israel, mostrando que no está dispuesto a poner en riesgo su alianza con el imperialismo.

2. De ninguna manera puede equipararse la sofisticada maquinaria de guerra israelí que impone la opresión colonialista sobre los palestinos, expulsados de sus tierras y viviendas, sometidos a un régimen de hambre y terror, negados sus más elementales derechos nacionales y democráticos; con las acciones militares de Hamas y otros grupos que más allá de sus programas, son parte de la justa resistencia del pueblo palestino. Desde la inmensa destrucción que dejó la operación “Plomo Fundido” de 2009, Hamas y otros grupos de la resistencia han recuperado fuerzas y muestran su capacidad de asestar golpes con esas andanadas de cohetes que si bien tienen escasa eficacia destructiva, poseen gran importancia simbólica y moral. La prensa mundial e Israel y sus aliados y agentes utilizan el lanzamiento de cohetes y otras acciones de la resistencia para justificar sus masacres en nombre de la “guerra contra el terrorismo”. Ciertos socialdemócratas y “progresistas” ponen un signo igual entre la brutal embestida bélica israelí, y el “terrorismo” palestino, con lo que lavan la cara hipócritamente al verdadero agresor y responsable histórico de la situación: el Estado de Israel con sus métodos terroristas que van desde la tortura a los más de 4.500 palestinos presos y el asesinato “selectivo” de dirigentes de Hamas y otros grupos de la resistencia, a las represalias de castigo a la población palestina en su conjunto, sometida a condiciones de vida equiparables a una “prisión a cielo abierto”.

3. El imperialismo en su conjunto ha salido, una vez más, a respaldar al Estado de Israel, al que protege, arma y financia. La alemana Angela Merkel, como el “socialista” francés Hollande, avalaron la política de Netanyahu. El conservador inglés Cameron se ha permitido apenas insinuarle que no se exceda en las bajas civiles para no desprestigiarse. El reelecto presidente Obama ha tomado partido inmediatamente por el “inquebrantable compromiso con Israel” sugiriendo el lunes 19 “contención” a Netanyahu, ya que “Sería preferible evitar una ofensiva terrestre”. En línea con el apoyo imperialista a Israel, la ONU dejó correr las acciones. Como es habitual, la operación Pilar de Defensa no recibirá ninguna condena de la “comunidad internacional”.

4. De esta manera, el gobierno de Netanyahu cuenta con el respaldo imperialista para tratar de imponer sus objetivos: asestar un nuevo golpe al pueblo palestino impidiendo que siga “levantando cabeza” al calor de los cambios que en la región provocó la “primavera árabe” y debilitar política y militarmente a Hamas; galvanizar a su favor la opinión pública de Israel, donde en enero de 2013 habrá elecciones; y también, presionar a Obama para que privilegie los intereses israelíes en su segunda presidencia, cuando la declinación de la hegemonía yanqui se deja sentir en todo Medio Oriente tras la retirada de Irak y los efectos de la “Primavera árabe”, que derribó a aliados directos de Estados Unidos e Israel, como la dictadura de Mubarak que garantizó durante tres décadas la seguridad del Estado sionista y el mantenimiento de la estabilidad regional. Los dirigentes de Tel Aviv desconfían de la capacidad de Estados Unidos de frenar ese deterioro y hacer frente a lo que identifica como amenazas directas a su seguridad y a su posición privilegiada como enclave y gendarme imperialista en Medio Oriente. Por ejemplo, el fortalecimiento de Irán como potencia regional que podría desarrollar capacidad nuclear (hasta ahora es Israel quien tiene con apoyo imperialista el monopolio del armamento atómico en Medio Oriente); y también, que la guerra civil en Siria termine no sólo extendiéndose a Líbano, sino que Assad termine siendo reemplazado por un régimen con influencia islamista, en un país de gran importancia geopolítica. Esto lo obliga a mirar con creciente preocupación su frontera norte, ya que Israel aún está “técnicamente” en guerra con ese país dado que mantiene la ocupación de las Alturas de Golan desde 1967; mientras una nueva y creciente ola de protestas en Jordania y la recuperación de Hamas en Gaza agitan su frontera sur y este.

5. El régimen sionista, además, muestra importantes elementos de crisis interna: hay un latente descontento con los ajustes neoliberales que impulsa el actual gobierno (el año pasado hubo importantes movilizaciones de “indignados” israelíes), la solidez del bloque social sionista está cuestionada como posiblemente nunca antes. Tel Aviv enfrenta un creciente aislamiento diplomático en la región, con importantes gobiernos, como el de Turquía y el propio Egipto, tomando distancia y buscando mejorar sus relaciones más bien con otros países árabes. Como en otras ocasiones, Israel juega la carta de las provocaciones armadas para imponer sus intereses y torcer a derecha, lo más posible, una coyuntura que amenaza evolucionar de manera desfavorable. Netanyahu se ha aliado al ultraderechista canciller Avigdor Lieberman para las próximas elecciones, en torno a un programa que incluye como uno de sus ejes la extrema dureza hacia los palestinos y sus reclamos, continuando la implantación de colonias sionistas en Cisjordania y todas las medidas que absorben cada vez más los territorios palestinos.

6. En la crisis regional generada por la acción israelí, el gobierno de Egipto, la Liga Árabe y otros gobiernos de la región criticaron los ataques israelíes y han hecho gestos como la vista de ministros y altos funcionarios a Gaza y el retiro del embajador egipcio en Tel Aviv. También el gobierno turco de Erdogan (del Partido del Bienestar y la Justicia de tendencia islamista moderada), que apoya a la oposición armada contra Assad en Siria y busca ampliar su influencia en el mundo árabe, endureció su discurso contra Israel acusándolo de “Estado terrorista”. Pero es el presidente egipcio Morsi, el que ha tomado un alto protagonismo, ubicándose como mediador entre Tel Aviv y Gaza. Egipto pretende poner algún límite al ataque israelí, pero respetando lo esencial de los pactos y acuerdos con Israel y Estados Unidos tejidos por sus antecesores. Pero Morsi se asienta en una situación distinta: debe imponer el desvío y asentar un nuevo régimen después del derrocamiento revolucionario de Mubarak y para ello, tiene que tener en cuenta a su base social, hostil a Israel y que simpatiza con los palestinos. Morsi trata de mantener un delicado equilibrio para no quedar como pro-israelí pero respetar al mismo tiempo los compromisos de seguridad con Israel y EE.UU. (de quien recibe una cuantiosa ayuda militar y apoyo para gestionar fondos en el FMI). Así, hasta ahora y a pesar de los gestos (como enviar a su ministro de relaciones exteriores a Gaza o recibir en El Cairo al líder de Hamas Khaled Meshal y a Abdulah Shaleh, líder de la Yihad Islámica), apenas ha levantado el cierre de algún paso fronterizo con Gaza: su política es mantener semiasfixiados a los palestinos pero poder presentarse como mediador y usarlos como una carta de negociación con Israel y el imperialismo. Esto quedó en evidencia en el rol clave que jugó en la negociación de la tregua junto con el gobierno de Estados Unidos.

7. La eclosión de la “Primavera árabe” a fines de 2010, con levantamientos revolucionarios de masas derribando a agentes clave del imperialismo como Mubarak, significó un cambio cualitativo para la lucha de clases, las relaciones de fuerza y la “geopolítica” en esta estratégica región, cuestionando el statu quo regional montado en las últimas décadas por el imperialismo. Todos los actores en la región están obligados a tener en cuenta ese hecho decisivo que también ha alterado favorablemente las coordenadas de la resistencia palestina. El imperialismo contestó a los procesos de rebelión en los países árabes combinando el apoyo a “transiciones” como la que preside Morsi e incorporando a los partidos islamistas moderados como la Hermandad Musulmana como un interlocutor imprescindible para poder desviar el proceso, con intervenciones como la de la OTAN en Libia, intentando a la vez presentarse como “amigo de los pueblos árabes”. Para recomponer el dominio imperialista, el gobierno de Obama y varios de Europa (como el francés) buscan lavarse la cara frente a los procesos árabes, ya sea por medio de la intervención directa “humanitaria” como fue en Libia, o a través del apoyo a la transición como en Egipto, sin por eso abandonar a sus aliados tradicionales: el Estado de Israel y la monarquía saudita. Si bien la situación de la lucha de clases en la región está marcada por los desvíos bajo los nuevos gobiernos, está lejos de haberse recompuesto el viejo equilibrio. En este marco, la inestabilidad se expresa, entre otras situaciones en la guerra civil en Siria en donde el imperialismo aún no ha logrado orquestar una salida para el reemplazo de Assad. Movilizaciones como las recientes en Jordania o la persistencia de las huelgas y protestas en Egipto, Túnez, etc., indican que las contradicciones profundas que alimentan la rebelión árabe siguen abiertas. La crisis política reabierta en Libia muestra que no es tan fácil para el imperialismo asentar sus planes de contrarrevolución “democrática”. En este marco, el ataque a Gaza juega con fuego, pues al tiempo que deja aún más al desnudo el verdadero rostro de Israel y del imperialismo que lo sostiene, intenta “rayar la cancha” para preservar el statu quo en que juega un papel privilegiado. La estrategia de provocaciones israelí busca compensar el debilitamiento de sus posiciones políticas y diplomáticas con un endurecimiento del régimen sobre los palestinos y amenazando con el uso de su fuerza militar. En este sentido, si bien responde al hecho cierto de la mayor actividad de Hamas y la Yihad Islámica en Gaza, la operación militar israelí tiene rasgos preventivos y busca evitar un mayor deterioro ante el nuevo escenario regional en el cual pesan las fuerzas islamistas en varios países decisivos y con las que el imperialismo negocia, como es el caso de Egipto. Pero en las actuales condiciones puede terminar agriando aún más las relaciones con vecinos importantes como Turquía y Egipto, y despertar mayor rechazo internacional. Por eso, y no por la “preocupación por los civiles” es que desde la “comunidad internacional” se presionó a Israel para que no avance en una ocupación terrestre de Gaza ya que esto podría haber tenido resultados políticos contraproducentes para el statu quo imperialista.

8. En este marco, es también compleja la situación interna en el campo palestino, dividido entre Cisjordania, controlada por Al Fatah, y Gaza donde dirige Hamas. La Autoridad palestina presidida por Mahmoud Abbas, el dirigente de Al Fatah, enfrenta un creciente desprestigio que se expresó en el gran ausentismo en las recientes elecciones municipales de julio, reflejando el descontento popular con su curso completamente subordinado a Israel, su política represiva y la corrupción de su régimen. Abbas se juega a mejorar su imagen con la carta de obtener el reconocimiento como “observador” de la ONU, un status simbólico que aún así, Israel y Estados Unidos se empeñan en vetar. Ante los bombardeos sobre Gaza, demoró días en llamar a “manifestaciones pacíficas”. El deterioro de Abbas se contrapone al relativo fortalecimiento de Hamas, que ha logrado remontar el aislamiento internacional y bloqueo al que fue sometido desde que accedió al poder en Gaza en 2006, y ha logrado ampliar sus relaciones en la región. Esta mejor situación de Hamas se apoya por un lado, en el cambio de clima político en los Estados vecinos, consecuencia del impacto de la “Primavera árabe” al calor de la cual se produjo el ascenso de los partidos islamistas a los que está estrechamente ligado, como es el caso de la Hermandad Musulmana de Morsi en Egipto, y por otro lado, a un profundo viraje político, que se refleja en la alteración de sus alianzas. Los viejos lazos con Irán se han debilitado y con Siria están rotos. De hecho, el comando de Hamas fue expulsado de Damasco por no apoyar a Assad y debió desbandarse en otras capitales árabes. En cambio, se han fortalecido sus lazos con Qatar (el primer viaje a Gaza fue de autoridades qattaríes), Egipto y otros regímenes islamistas. Estos cambios provocan crisis al interior de Hamas, con el actual dirigente Khaled Meshal anunciando su retiro y la pugna por su sucesión entre dos alas rivales. Hasta ahora, Hamas venía administrando la Franja de Gaza de una forma muy moderada, controlando incluso a sectores más radicales para evitar mayores incursiones contra Israel. Sin embargo, tras el asesinato de Jabbari (que estaba negociando una tregua cuando los israelíes lo ejecutaron con un misil), esa puja interna contribuyó a la audacia en los lanzamientos de cohetes sobre Israel, ya que nadie desea aparecer como más blando en la respuesta a la agresión sionista.

9. El lugar de los trabajadores y la juventud es sin duda junto a los palestinos y su justa lucha por la autodeterminación nacional, cuyos más elementales derechos son hoy brutalmente negados bajo la opresión del Estado israelí. No hay, como lo pintan la mayoría de los medios de prensa internacionales, una Israel que “desea vivir en paz” pero debe contestar a la agresión del “terrorismo”. No hay “dos demonios”: una Israel que se defiende con métodos brutales de unos “terroristas” islámicos. Lo que hay es la brutal opresión del Estado sionista sobre el martirizado pueblo palestino que, sin embargo, no ceja en su heroica resistencia y sus justos reclamos históricos. En los países imperialistas, es fundamental la organización de acciones de solidaridad –huelgas, movilizaciones, etc.-, en contra de la política de sus propios gobiernos y por el triunfo de la resistencia palestina; de igual forma, en Estados Unidos, el principal proveedor de armas a Israel, los trabajadores deben organizar acciones efectivas para paralizar el envió de armas y suministros bélicos que masacran y asesinan al pueblo palestino.

10. Para los socialistas revolucionarios, el justo apoyo a la lucha del pueblo palestino, la defensa de sus organizaciones frente al ataque israelí, y estar a favor del triunfo militar de la resistencia y por la derrota de las armas sionistas, no significa dar apoyo político a direcciones con las que tenemos profundas diferencias y cuyas estrategias han demostrado ser impotentes para lograr una salida progresiva a la causa palestina. Al Fatah, la organización nacionalista que hegemonizó la OLP con Arafat, con su estrategia de conciliación con el imperialismo, ha terminado en una completa capitulación ante el Estado de Israel, sintetizada en el actual gobierno colaboracionista de Mahmoud Abbas. Tampoco Hamas, con su estrategia de establecer un estado teocrático marcos del orden burgués, sus métodos completamente alejados de la movilización y autoorganización de masas, su confianza en diferentes regímenes burgueses árabes, puede proporcionar una dirección para llevar al triunfo la causa nacional palestina.

11. El legítimo derecho a la autodeterminación palestina no puede garantizarse a la sombra del Estado sionista armado hasta los dientes. No hay solución con la política de “dos estados” en la cual el lugar reservado a los palestinos es el de mano de obra superexplotada y hacinada en “bantustanes” que no pueden ser más que un remedo de Estado propio. Por otra parte, hay que recordar que el multitudinario movimiento de los “indignados” israelíes del año pasado, que reclamó “justicia social” , se encontró en un callejón sin salida al negarse a levantar “justicia social - también para los palestinos” como proponían algunos sectores de izquierda. Las crecientes contradicciones sociales internas de Israel pueden crear mejores condiciones para que entre los sectores menos privilegiados de la clase trabajadora (que hoy incluye a medio millón de inmigrantes de todo el mundo), comiencen a resquebrajarse los lazos que la subordinan al sionismo y su programa de opresión sobre los palestinos. Aquellos trabajadores y jóvenes judíos que deseen vivir en paz y no sobrellevar la carga de la militarización permanente como gendarmes al servicio imperialista, deben romper con el bloque burgués sionista y tender la mano al pueblo palestino y a los árabes.

12. La única solución de fondo para que los pueblos palestino y judío puedan convivir en paz es desmantelando hasta los cimientos el Estado de Israel, un enclave racista y proimperialista, y derrotando el régimen de “apartheid” que mantiene sobre los palestinos; lo cual es inseparable de la lucha por derrotar la dominación imperialista sobre la región. Los socialistas revolucionarios consideramos que esa gran tarea histórica sólo puede ser resuelta con la estrategia y los métodos de la revolución proletaria, imponiendo un único estado: una Palestina obrera y socialista sobre todo el territorio histórico de Palestina, en el camino a constituir una Federación de Repúblicas Socialistas del Medio Oriente.

13. Ninguna confianza en el rol de los gobiernos árabes surgidos para desviar los procesos de levantamiento de masas y atados por mil compromisos al imperialismo y a los pactos con Israel. La política de “mediación” de Morsi apunta a contener a los palestinos y garantizar la seguridad de Israel y va en contra de la posibilidad de que los palestinos logren un triunfo en su lucha. En la región, el gran aliado del pueblo palestino es la clase obrera, que en Egipto, con su participación en el derrocamiento de la dictadura y las innumerables luchas que viene dando desde entonces, está comenzando a mostrar su enorme potencial revolucionario. La clase obrera debe tomar como propia la causa palestina y la lucha contra el imperialismo y su agente israelí, poniéndose al frente de la alianza de las masas árabes oprimidas y explotadas. El bombardeo israelí sobre Gaza con su secuela de destrucción material y víctimas civiles había comenzado a despertar solidaridad con el pueblo palestino en varias capitales europeas y latinoamericanas, así como en el mundo árabe. Esta tarea sigue planteada más allá de la actual tregua. La solidaridad internacional con el pueblo palestino debe ser inscripta en sus banderas por los trabajadores avanzados y la juventud combativa en los países imperialistas, así como en el mundo semicolonial, que tienen que tomarla como una tarea propia, partiendo de la denuncia de la opresión y la constante represión del Estado sionista, del rechazo a los planes imperialistas (como la utopía reaccionaria de "dos estados") para imponer a los palestinos el abandono de su causa nacional histórica, y el apoyo a su heroica resistencia, bregando por su triunfo.

martes, 13 de noviembre de 2012

¡FUERA MARIO ZAMORA QUE REPRIME IMPUNEMENTE EN CURUBANDÉ DE LIBERIA, MEDIO QUESO Y AL PUEBLO POBRE! ¡DESPIDO INMEDIATO DEL TENIENTE RIVERA! ¡CASTIGO PARA LOS POLICÍAS AGRESORES! ¡BASTA DE ESTE GOBIERNO DE VIOLENCIA Y CORRUPCIÓN!

El pasado 8 de noviembre el gobierno de Chinchilla dio una nueva muestra de la tónica represiva que lo ha venido caracterizando en los últimos meses y que pretende establecer para el próximo período.

Tras la represión a la lucha de los trabajadores portuarios y de la comunidad de Pocora en Limón, y los recientes desalojos en Curubandé de Liberia y Medio Queso,  esta vez la policía arremetió  contra quienes se manifestaban en contra de los crecientes recortes de presupuesto en la salud pública y el desmantelamiento de la Caja Costarricense del Seguro Social por parte del gobierno.

Es que a la vez que el país se cae y se lo roban a pedazos, la tensión acumulada por el deterioro de la infraestructura vial, de las instituciones públicas, y los servicios básicos; ya ha comenzado a tener expresión en jornadas como la del  pasado jueves.

El saldo tras una jornada atravesada por la brutalidad policial, fue  más de treinta detenidos, entre ellos  manifestantes provenientes de distintos lugares del país y estudiantes universitarios; mostrando claramente cuál es la dosis que la democracia costarricense ofrece a cualquiera que luche por sus derechos más básicos.

La salvaje represión demostró que el gobierno se viene fijando como objetivo central imponer una nueva relación de fuerzas a través de la represión de las luchas, intentando quebrar la voluntad de lucha de quienes se movilizan,  para que así los grandes ataques que se avecinan queden sin respuesta. De esta forma, trata de obtener una estabilidad relativa para continuar con las políticas de crecientes recortes de presupuesto en salud, educación, y el conjunto del sector público; mientras sigue protegiendo las ganancias y los negocios de los empresarios.

Así, en un contexto donde crece el descontento en contra de la escandalosa corrupción y las políticas antiobreras y antipopulares del gobierno, Chinchilla intenta despejarse el camino mediante el amedrentamiento y la represión de cualquier nueva lucha que se desarrolle, echando mano de los cuerpos policiales a los que se destinan multimillonarias cifras de presupuesto para acallar cualquier voz que cuestione sus políticas.

Es por todo lo anterior que la jornada del próximo jueves es clave, tanto para repudiar la brutal represión de la semana pasada, como para luchar contra la criminalización de la protesta obrera y popular y defender las libertades democráticas más elementales, hoy amenazadas por el fortalecimiento de los cuerpos represivos y leyes cada vez más represivas como la Ley Mordaza.

Es necesario sumar para esta lucha al conjunto de organizaciones obreras y populares y en primer lugar a los distintos sindicatos del país, en la perspectiva de unificar las distintas luchas particulares que comienzan a librarse y enfrentar conjuntamente la arremetida del gobierno y los empresarios.    

Junto con todo lo anterior es necesario exigir la renuncia del ministro de Seguridad Mario Zamora, así como la del jefe de la Fuerza Pública Raúl Rivera y el castigo a los policías agresores, no sólo por ser los principales responsables de la represión,  sino porque mientras permanezcan en  sus cargos constituyen una amenaza latente a la integridad física de cualquier luchador o luchadora durante próximas protestas y movilizaciones, tal como quedó demostrado con  la brutal represión del pasado 8 de noviembre.

En el marco de  la convocatoria conjunta  para este jueves,  hacemos un llamado a sumarnos y a que convirtamos esta importante jornada en el inicio de la lucha contra la represión y la criminalización de la protesta obrera y popular que impulsa el gobierno corrupto de Chinchilla.

¡Basta de represión y criminalización de las protestas sociales!


¡Basta de militarización en Costa Rica!


¡Paremos la escalada represiva del gobierno!


¡Si tocan a uno nos tocan a todos!


LIGA DE LA REVOLUCION SOCIALISTA | LRS


ESTE JUEVES 15
PARQUE DE LA MERCED | 9:00 A.M.

viernes, 9 de noviembre de 2012

¡PAREMOS LA ESCALADA REPRESIVA DEL GOBIERNO!: ¡PARO ACTIVO HASTA QUE RENUNCIE EL MINISTRO REPRESOR Y SEAN CASTIGADOS LOS AGRESORES!



Las hordas policiales de Chinchilla reprimieron salvajemente la manifestación convocada por un grupo de asegurados y sindicatos para el 8 de noviembre frente al edificio de la Caja del Seguro Social en San José, dando como resultado más de una treintena de compañeros detenidos y fuertemente golpeados; primero confinados a “perreras” de la Fuerza Pública, para posteriormente ser enviados a distintos centros de detención o al hospital.

La brutal represión del jueves 8 de noviembre es el segundo acto de represión en menos de una semana, y se desata apenas días después de los anteriores desalojos de campesinos pobres de la zona de Medio Queso y Curubandé en Liberia, el quiebre de la huelga y toma de los muelles de Moín por parte de la policía antimotines hace apenas unas semanas, así como posteriormente a la represión de los pobladores de Pocora en Guápiles que protestaban contra el aumento desmedido de las tarifas de agua. Mientras EL GOBIERNO DE CHINCHILLA ES CONSIDERADO EL PEOR DE LATINOAMÉRCIA, la Presidenta y su equipo de empresarios responden a las justas demandas populares con macanazos, como si esto fuera a darle mayor estabilidad a un gobierno débil, endeble, y dirigido por una pandilla de mafiosos que se roban el país descaradamente, frente a los ojos de todo el pueblo trabajador.

Desde la LRS repudiamos la brutal represión de este jueves, y creemos que es necesario movilizarnos para que no quede impune así como para detener la escalada represiva del gobierno. Es necesario exigir la destitución del represor Ministro de Seguridad por haber puesto en peligro la vida de centenas de jóvenes, mujeres y niños honrados que salieron a defender su derecho a la seguridad social, así como el castigo y la renuncia de todos los cobardes policías que atacaron e hirieron a manifestantes desarmados.

Tal como se votó la noche del jueves en asamblea en la UCR, llamamos a los estudiantes a concentrarnos de urgencia frente a la Rectoría a partir de la 9 de la mañana para exigir al Consejo Universitario decretar PARO ACTIVO HASTA QUE RENUNCIE EL MINISTRO Y SEAN CASTIGADOS LOS AGRESORES. Llamamos a la comunidad universitaria de la UCR a condenar la represión del jueves 8 de octubre y la política de “mano dura” contra los pobres que aplica el despreciado gobierno de Chinchilla.


¡Paro activo hasta que renuncie el Ministro represor y sean castigados los agresores!


¡Basta de represión y criminalización de las protestas sociales y de militarización en Costa Rica!
 
¡Paremos la escalada represiva del gobierno!

¡Si tocan a uno nos tocan a todos!


LIGA DE LA REVOLUCION SOCIALISTA | LRS