domingo, 29 de julio de 2012

La situación en el ICE y la urgencia de un plan de lucha para enfrentar los planes de ajuste



En las últimas semanas circularon gran cantidad de notas sobre la situación financiera del ICE, a partir de cifras contables publicadas que reflejan por primera vez en la historia del instituto una pérdida de poco más de ¢22 mil millones en la operación para el año 2011. La “preocupación” de medios como La Nación apunta a dar un nuevo impulso a la actual política de recortes de presupuesto y “austeridad” impulsada por el gobierno y los principales partidos empresariales encabezados por el PLN, esta vez  directamente en el ICE. 

En este sentido Chinchilla dijo que el ICE debe “establecer políticas de optimización del manejo de los recursos, especialmente en materia de recurso humano”[1];  Teófilo de la Torre afirmó que “la planilla será afectada en la medida que sea necesario, ya se han tomado una serie de acciones, como disminuir las horas extras y una serie de pluses salariales”[2]; y por su parte el ministro de Hacienda, Edgar Ayales, dijo que “El ICE va a seguir perdiendo mercado, [y que] no puede seguir manteniendo empleados como si tuviera el 100%. Hay que reconsiderar su tamaño, al menos en telefonía”.[3]

De esta forma están colocando en la mira los puestos de trabajo de aproximadamente 9000 trabajadores que actualmente mantienen una condición de “ocasionales” (interinos), entre los que se incluyen cientos de obreros de los proyectos hidroeléctricos, al mismo tiempo que unos 1500 trabajadores con más de 30 años de labores estarían amenazados con mecanismos como el de la movilidad laboral. Todo esto mientras se atenta contra derechos y garantías laborales como las anualidades que hoy son negados a los trabajadores del sector privado por sus patrones.

Adicionalmente  la reciente “recomendación” del gobierno de que el ICE “debe buscar alianzas, socios u otras formas para financiar sus grandes obras”[4] persigue sacar provecho de la coyuntura para abrir las puertas a la figura de los “socios” e inversores privados, que en perspectiva no sería otra cosa que allanar el camino para la privatización ya sea en el sector eléctrico o en las telecomunicaciones mediante la “participación” de empresarios.

La exigencia de apertura de los libros contables en  el ICE. Lo que no se dice sobre las pérdidas

Resultaría ingenuo asumir con actitud indiferente el anuncio de las pérdidas en el ICE y creer ciegamente que se origine en su planilla cuando solo la alta administración, el gobierno y ciertos sectores empresariales tienen acceso total a la información contable,  a partir de la que puede conocerse el resultado de cada proyecto nuevo o el origen y fin de cada una de las transacciones y operaciones que son ejecutadas por las distintas gerencias.

Las figuras nombradas desde el  PLN en gobiernos como el de Oscar Arias y el de Chinchilla, no han hecho más que una ruinosa y corrupta gestión apoyada en una multimillonaria fuga de dinero por el derroche y negociaciones que privilegian a grandes empresas; y todo esto sin duda con el “entorno de competencia” ha adquirido nuevas dimensiones, lo cual vuelve más que nunca necesario exigir que sean abiertos los libros contables del ICE a los trabajadores y al conjunto de trabajadores usuarios de los servicios de telecomunicaciones y electricidad para poner al descubierto las causas reales de la situación financiera actual.

Para citar algunos ejemplos vale la pena mencionar los miles de millones de colones que han dejado de percibirse por la interconexión que deben pagar operadores como Claro (de Carlos Slim) o Telefónica a las redes e infraestructura del ICE,  luego de que el gobierno a través de la SUTEL impusiera tarifas por debajo de su costo real y esto se ejecutara sin más por la alta administración; o la inversión en distintos sistemas informáticos de dudosa utilidad y beneficio por cerca de $270 millones (unos ¢135,000 millones) en el área de telecomunicaciones. Todo esto sin mencionar las millonarias licitaciones y compras de equipos y tecnologías que han constituido pérdidas recurrentes junto a otros gastos millonarios como los salarios de los jerarcas, y los viajes, viáticos y privilegios de que disponen y que siguen siendo completamente desconocidos.

Al mismo tiempo resulta paradójico que mientras se anuncian a toda voz pérdidas y despidos, haya sido aprobada recientemente por la ARESEP una rebaja de tarifas a solicitud de la propia administración del ICE para que empresas como Intel, Holcim o Cemex paguen un 16% menos en las tarifas de electricidad[5], mientras las familias trabajadoras deben pagar cada vez más por este servicio básico.

Un plan de lucha contra la implementación práctica de las leyes complementarias al TLC y la privatización del ICE

La actual situación en el ICE es parte de los efectos de las llamadas leyes complementarias al TLC, que en el caso de las telecomunicaciones despejarían el camino a la privatización completa del sector y la quiebra del instituto. El desmembramiento completo de los servicios públicos de telecomunicaciones  y su privatización con todas las consecuencias que implica no es algo que haya sido completado, ni mucho menos un hecho ya consumado como algunos sectores han insistido en hacer creer  tras la aprobación del TLC vía la trampa electoral del referéndum.

Hoy luchar en contra de los despidos masivos de interinos y las medidas flexibilizadoras que atentan contra las condiciones laborales, así como contra los recortes de presupuesto y las leyes que impulsan la privatización, equivale a luchar contra la implementación en los hechos de las leyes complementarias del TLC. Pero para ser efectiva debe plantearse la unidad con el resto de trabajadores del sector público para enfrentar los planes de "austeridad" y la Ley de Finanzas Públicas que amenaza instituciones como la CCSS y las universidades públicas.

También debe incluir entre sus principales demandas la salida de las empresas transnacionales como Claro y Telefónica, y el traslado de sus recursos a manos del ICE al tiempo que sus trabajadores pasen a formar parte de la planilla del instituto. De igual forma es clave la lucha por la incorporación a planilla permanente de todos los trabajadores subcontratados a través de otras empresas (obreros, técnicos de electricidad y telefonía, misceláneos) incorporándolos a través de la organización y la movilización conjunta.

Es necesario ligarse lo más estrechamente posible al grueso de los trabajadores del sector privado, y para eso la lucha contra las leyes que impulsan la privatización en el sector eléctrico debe vincularse a la pelea contra de las alzas tarifarias en los servicios públicos, planteando la necesidad de luchar para que el ICE como empresa estratégica sea puesto bajo control de los trabajadores y el conjunto de usuarios de acuerdo a un plan nacional, donde tengan plena participación todos los trabajadores urbanos y rurales así como los campesinos pobres, en la definición de las prioridades de producción energética y la prestación de servicios de telecomunicaciones; en lugar de la apertura  y la privatización que impulsan los gobiernos y empresarios.

Sólo es cuestión de tiempo para que la situación dentro del ICE se agudice, y la derrota de los actuales planes de ajuste dependerá enteramente de la movilización independiente de los trabajadores del Instituto en conjunto con el grueso de la clase trabajadora en el plano nacional.
 LRS │LIGA DE LA REVOLUCION SOCIALISTA


[1] “ICE deberá poner finanzas en microscopio del gobierno”. La Nación. 27 de junio del 2012.
[2] “Empleados del ICE en incertidumbre ante posibles despidos”. La Prensa Libre. 27 de junio de 2012.
[3]  Ministro Ayales: “Hay que reconsiderar el tamaño del ICE”. Diario Extra. 20 de junio del 2012.
[4] “ICE deberá buscar aliados para financiar proyectos futuros”. La Nación 29 de junio de 2012.
[5] “Aresep baja costo de luz a 4 grandes empresas”. La Nación. 14 de junio de 2012.