sábado, 2 de febrero de 2008

Editorial, ECR N°7: 2008: las turbulencias en la economía mundial y la situación política costarricense


Editorial
El año 2008, ha comenzado en medio de grandes turbulencias y complicaciones en la economía mundial. Sólo el martes 15 de enero daba la vuelta al mundo la noticia sobre el desplome de las principales bolsas de valores en los centros capitalistas: Estados Unidos, Europa y Japón. El martes 22 se repitió la historia, y nuevamente las principales bolsas del mercado financiero mundial cayeron. Esta vez, según los superficiales economistas a sueldo del imperialismo; las bolsas caían debido a los primeros anuncios respecto a que Estados Unidos, la principal economía del planeta, podría entrar en recesión este año.

La crisis financiera internacional en curso, que ya venía siendo anunciada por la caída de la bolsa china en lo que se conoció como el “martes negro” el 27 de febrero del año pasado, o que se percibía con insistencia con la crisis del sector inmobiliario y los créditos subprime; puede llegar a ser una de las peores crisis desde la Gran Crisis de 1929. Según el conocido intelectual Robert Brenner “La actual crisis puede transformarse en la más devastadora desde la Gran Depresión. Manifiesta problemas profundos no resueltos en la economía real que han sido literalmente disimulados durante décadas por medio del endeudamiento, así como una escasez financiera en el corto plazo de una profundidad nunca vista desde la segunda guerra mundial. La combinación de la debilidad de la acumulación de capital subyacente y la fundición del sistema bancario es lo que hace la caída tan intratable para los gobernantes y tan seria su potencialidad desastrosa.
[1]
Y es que efectivamente, desde el año 2002, Estados Unidos -que venía de las quiebras de gigantes como WorldCom o Enron-; para reactivar la economía apostó al endeudamiento mediante una sobreoferta de créditos fáciles, haciendo que el crecimiento económico se apoyara en bases francamente endebles. Siguiendo con Brenner “El límite es que, en Estados Unidos y en el mundo capitalista avanzado desde el año 2000, hemos visto el crecimiento más lento de la economía real desde la segunda guerra mundial y la mayor expansión de la economía financiera en la historia de Estados Unidos. No es necesario ser un marxista para decir que esto no puede continuar. Por supuesto, así como la burbuja de la bolsa de los años 1990 estalló, la burbuja inmobiliaria también explotó. Como consecuencia, la película de la expansión impulsada por el boom inmobiliario que vimos durante el ciclo ascendente está ahora revirtiéndose.
[2]
La recesión en curso, anuncia un negro panorama para las economías latinoamericanas, y la economía costarricense no es la excepción. Las exportaciones sufrirán un duro golpe, así como la entrada de capital imperialista en general; y toda crisis, como se sabe, genera siempre miles de despidos, cierre de negocios. ¿Y por qué una situación tan complicada para Costa Rica? Por que sencillamente Costa Rica está completamente sujeta a los vaivenes de la economía estadounidense, al ser un país dependiente y atado por mil cadenas al imperialismo norteamericano y su anarquía económica. Refiriéndose a la relación de Costa Rica respecto los Estados Unidos, Eduardo Lizano, un economista de la burguesía costarricense y ex presidente del Banco Central señala que “(…) el comportamiento de EE.UU incide directamente aquí, dado que ese país es el principal socio comercial (…) si la economía estadounidense entra en crisis o se desacelera, las exportaciones ticas, el turismo y la inversión extranjera directa se ven afectadas negativamente.” Y entre otros datos, Lizano señala que “Costa Rica coloca más del 40% de las exportaciones en el mercado estadounidense.
[3]

La burguesía nacional busca poner como carne de cañón a los trabajadores y al pueblo para enfrentar la crisis.
La burguesía costarricense, conciente del impacto que la Crisis Financiera Internacional en curso puede tener sobre la economía y la situación política (hasta hace poco polarizada en torno al TLC) nacional; desde ya se apresura a tomar medidas para contener los posibles efectos de la crisis. En el plano económico, la burguesía prepara nuevos impuestos vía la Reforma Fiscal que se discute en la Asamblea Legislativa; y en el plano represivo viene aumentando la cantidad de policías, presupuesto y equipamiento para el conjunto de los cuerpos represivos (OIJ, MSP, DIS).
El gran temor de la burguesía, viene del lado de suponer que al calor de una crisis económica y una desaceleración (o recesión) en Costa Rica, el movimiento de masas pueda recomponerse y pasar a la ofensiva; como venía (en una situación de gran equilibrio económico) desde antes del 26 de febrero de 2007.
El imperialismo norteamericano, que es medianamente conciente de los grandes desequilibrios de la economía internacional, y de la posibilidad de nuevas “crisis, guerras y revoluciones”; ha implementado mundialmente una política para contener cualquier estallido de masas: la doctrina de la “guerra contra el terrorismo”, la cual ahora quiere plasmarse en su versión costarricense mediante la Ley Antiterrorista. La burguesía costarricense, en alianza con el imperialismo; alistan desde ya nuevos dispositivos para la lucha de clases, en este caso a favor de la clase explotadora.
Esta Ley Antiterrorista, es de carácter abiertamente fascista, y busca recortar los derechos democráticos mínimos a la expresión y a la movilización obrera y popular; y busca darle mayores armas legales a la burguesía para combatir al movimiento de masas.
Todo este escenario, indica que el 2008 será un año marcado muy posiblemente por duros acontecimientos a nivel nacional; al existir posibilidades importantes de que el movimiento de masas pueda recuperarse después de la derrota sufrida por “el NO” al TLC en el Referéndum. Esto sin mencionar, las posibilidades de más duras luchas del proletariado mundial; el cual sin duda será un actor central en el clima de crisis.

Conclusión.
Lo importante ante la crisis financiera internacional, y la agudización de los ataques de la burguesía en el plano nacional; es saber que debemos estar preparados para lo peor, es decir, quiebra de la economía mundial, y un recrudecimiento de la lucha de clases mundial. Lo mejor que podemos hacer los revolucionarios es prepararnos construyendo un verdadero partido revolucionario en Costa Rica, luchando a la vez por reconstruir la IV Internacional como partido mundial de los trabajadores por la revolución socialista, ya que sólo esta perspectiva puede salvarnos de la catástrofe originada por el capitalismo imperialista.

[1] Brenner, Robert. Against the Current Nº 132, enero-febrero 2008.
[2] Ídem.
[3] La Nación. Sábado 19 de enero de 2008. P, 20 A.