Un nuevo acto de persecución sindical ha sido perpetrado por las jerarquías gubernamentales del INS, al ser despedidos los compañeros Luis Salas Sarkis y Alicia Vargas Obando, ambos dirigentes de la Unión del Personal del Instituto Nacional de Seguros (UPINS). Persecuciones que solamente vienen a reflejar el accionar general del gobierno como comando mayor de la burguesía.
Algunas organizaciones centralmente agrupadas en la CGT han venido realizando una campaña en contra de estos despidos y por la "libertad sindical" en general, lo cual desde la LRS vemos como algo positivo en la medida que ha llevado a la acción conjunta de diversas organizaciones del movimiento obrero y se dirige a unir filas alrededor de la defensa de dirigentes sindicales que como Luis Salas y Alicia Vargas, en su momento dedicaron importantes recursos de sus organizaciones para la lucha contra el TLC, y otras causas no menos justas; pero al mismo tiempo no podemos dejar de lado las limitantes que tiene reducir la lucha contra los despidos a "la libertad sindical" en el sector público (que no negamos que sea progresivo).
Es que mientras se vienen realizando acciones muy a nivel de la vanguardia sindical y política (grupos de izquierda y representantes de "comités patrióticos") en contra del despido de los compañeros, somos miles los trabajadores que hemos perdido nuestro trabajo y que en la aplastante mayoría de empresas privadas no contamos con el derecho efectivo ni a la organización independiente frente a los patrones, ni mucho menos a la sindicalización. Lo que si tenemos en común son las consecuencias a las que se ven enfrentados Luis y Alicia: la persecución y la ruina que puede significar el desempleo.
Desde la LRS creemos que en momentos donde los despidos masivos se multiplican cada día, es indispensable hacer extensiva esta campaña a la lucha en contra de los despidos, las suspensiones, y las rebajas salariales en las diversas fábricas e industrias, poniendo de manifiesto un accionar verdaderamente clasista que sirva de apoyo a la gran cantidad de trabajadores privados que vienen siendo los primeros en recibir sobre sus espaldas el peso de la crisis provocada por los patrones. De lo contrario corremos el riesgo de quedar en el mayor de los aislamientos, dejando la campaña únicamente a nivel de la vanguardia política -nacional o internacional-, quedando nuestra lucha en el desconocimiento incluso de los cientos de miles trabajadores costarricenses.
Este acercamiento que proponemos fraternalmente es una acción que puede demostrarle al conjunto de la clase trabajadora que no estamos defendiendo la libertad sindical y de organización sólo para los dirigentes sindicales (y ¡de las instituciones del Estado!), sino que el interés real es que la clase trabajadora costarricense de conjunto tenga la posibilidad de organizarse en sus centros de trabajo especialmente ahora que la amenaza del desempleo está más latente que nunca. Una política de semejantes dimensiones, incluso beneficiaría mucho a Salas, Vargas Obando y al conjunto de dirigentes sindicales del país.
Saludamos toda iniciativa que se encamine a hacer confluir a los sectores de trabajadores organizados con la aplastante mayoría de los que no lo están, de esta forma podemos asegurarnos la reincorporación de los compañeros en el INS, así como la de muchos trabajadores privados que han sido despedidos, a la vez que nos prepararemos como clase para enfrentar en cada lugar de trabajo los ataques de los patrones y del gobierno que los representa, todo esto mediante contundentes acciones de lucha que sólo pueden efectuarse de manera unificada. Una política como la que planteamos, estamos seguros que será vista con una enorme simpatía por la mayoría aplastante de los trabajadores del sector privado.
Es que mientras se vienen realizando acciones muy a nivel de la vanguardia sindical y política (grupos de izquierda y representantes de "comités patrióticos") en contra del despido de los compañeros, somos miles los trabajadores que hemos perdido nuestro trabajo y que en la aplastante mayoría de empresas privadas no contamos con el derecho efectivo ni a la organización independiente frente a los patrones, ni mucho menos a la sindicalización. Lo que si tenemos en común son las consecuencias a las que se ven enfrentados Luis y Alicia: la persecución y la ruina que puede significar el desempleo.
Desde la LRS creemos que en momentos donde los despidos masivos se multiplican cada día, es indispensable hacer extensiva esta campaña a la lucha en contra de los despidos, las suspensiones, y las rebajas salariales en las diversas fábricas e industrias, poniendo de manifiesto un accionar verdaderamente clasista que sirva de apoyo a la gran cantidad de trabajadores privados que vienen siendo los primeros en recibir sobre sus espaldas el peso de la crisis provocada por los patrones. De lo contrario corremos el riesgo de quedar en el mayor de los aislamientos, dejando la campaña únicamente a nivel de la vanguardia política -nacional o internacional-, quedando nuestra lucha en el desconocimiento incluso de los cientos de miles trabajadores costarricenses.
Este acercamiento que proponemos fraternalmente es una acción que puede demostrarle al conjunto de la clase trabajadora que no estamos defendiendo la libertad sindical y de organización sólo para los dirigentes sindicales (y ¡de las instituciones del Estado!), sino que el interés real es que la clase trabajadora costarricense de conjunto tenga la posibilidad de organizarse en sus centros de trabajo especialmente ahora que la amenaza del desempleo está más latente que nunca. Una política de semejantes dimensiones, incluso beneficiaría mucho a Salas, Vargas Obando y al conjunto de dirigentes sindicales del país.
Saludamos toda iniciativa que se encamine a hacer confluir a los sectores de trabajadores organizados con la aplastante mayoría de los que no lo están, de esta forma podemos asegurarnos la reincorporación de los compañeros en el INS, así como la de muchos trabajadores privados que han sido despedidos, a la vez que nos prepararemos como clase para enfrentar en cada lugar de trabajo los ataques de los patrones y del gobierno que los representa, todo esto mediante contundentes acciones de lucha que sólo pueden efectuarse de manera unificada. Una política como la que planteamos, estamos seguros que será vista con una enorme simpatía por la mayoría aplastante de los trabajadores del sector privado.
A la vez que le exigimos al gobierno y a las autoridades del INS la reincorporación de los compañeros Salas y Vargas Obando, le hacemos un llamado a la CGT y a las organizaciones que como el PRT vienen impulsando esta campaña, para que extendamos la lucha contra los despidos a los obreros del sector privado; que por decenas de miles vienen sufriendo las primeras consecuencias de la crisis capitalista.
¡Por la reincorporación de Luis Salas y Alicia Vargas al INS!
¡Por una lucha contra los despidos y el derecho a la organización de los trabajadores del sector privado!
¡Por la unidad de los trabajadores: públicos y privados!