Por Bryan Brenes
En el pasado mes de diciembre después de una sorpresiva segunda ronda electoral en las elecciones para la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), asumió el partido Convergencia para el directorio de esa organización para todo el año 2012. Esto luego de haber vencido 52.4% de los votos contra un 47.5% de Progre, en el marco de un ajustado resultado y más de 75% de abstencionismo por parte de la población estudiantil.
Con esta victoria los compañeros del MAS -que impulsan Convergencia junto a activistas independientes- se han asegurado su regreso nuevamente a una posición relativamente importante dentro del movimiento estudiantil, después de haber cesado su actividad casi por completo en la UCR durante el año 2011, cuando Progre estuvo en la dirección de la FEUCR sin haber promovido una sola movilización de los estudiantes.
Es que los compañeros militantes del MAS/Convergencia en la UCR (que tampoco esperaban la victoria!) ganan la contienda electoral no precisamente por haber significado en el último año una alternativa de lucha, sino por el acelerado desgaste que sufrió Progre. Hay que decir que Convergencia salió beneficiado en buena medida por la actividad que desplegaron los dirigentes de la JFA y sus amigos, que consistió en convertir a la Federación en una oficina auxiliar de las autoridades universitarias, ayudando a realizar los trámites de inclusión en la matrícula o impulsando numerosos foros “informativos” en conjunto con las autoridades de la UCR; lo que fue resentido por algunas franjas del movimiento estudiantil que castigaron a los “progresistas” por su pasividad y decidieron dar un voto a lo que muchos consideraban lo menos malo.
Entre las ilusiones y la realidad
Y es que a pesar de que los compañeros de la dirección del MAS dicen que reconstruyeron a Convergencia con su participación en el Encuentro de Mujeres Universitarias y el Congreso Universitario -y agregaríamos nosotros la marcha del 29 de setiembre, que utilizaron visiblemente para reunir a sus contactos y prepararlos centralmente para las elecciones que se acercaban- no nos dicen que precisamente que fue el desencanto con Progre el factor determinante para su victoria.
Lo anterior es necesario reintroducirlo en el balance porque ya el MAS/Convergencia estuvo durante 6 años dirigiendo la federación universitaria y perdió contra la juventud del FA en 2011, en medio de un importante descontento con su administración, que tuvo como una de sus pruebas decisivas la lucha por presupuesto para las universidades públicas; donde se impuso la política de las autoridades a pesar de las grandes movilizaciones. Más allá de los éxitos del MAS en los espacios institucionales, y los intentos pujantes que vienen haciendo por reconstruir relaciones sociales por abajo (sobre todo en las Asociaciones de Sociales, en conjunto con el PRT) pareciera que fue el estado de ánimo de los estudiantes lo que los ha premiado y castigado electoralmente, y decimos lo anterior porque actualmente existe cierta ilusión en que esta nueva gestión de Convergencia será diferente a las anteriores, aunque sea el mismo grupo, con los mismos métodos y la misma “tradición” con que gobernaron durante un sexenio.
Pero más allá de una Convergencia que ha resucitado gracias a la actividad institucional de sus dirigentes y al declive “progresista”, quienes tengamos y no tengamos ilusiones o fe en su administración, debemos estar dispuestos a unir fuerzas para reorganizar al movimiento estudiantil y prepararnos para retomar la movilización de los estudiantes a gran escala; especialmente en el marco de una situación política transitoria hacia mayores enfrentamientos entre las clases sociales tanto en el plano mundial como en el nacional.
A nivel mundial hemos visto como se han detonado profundos procesos revolucionarios que tienen su epicentro en el mundo árabe, las movilizaciones y huelgas generales en Grecia, el surgimiento del movimiento de los indignados en varios países europeos, el estallido del descontento en las barriadas más empobrecidas de Londres, el Occupy Wall Street, las movilizaciones de cientos de miles contra la reforma a las pensiones en Francia; o en Latinoamérica la lucha de los estudiantes chilenos, una de las más largas e intensas de los últimos años en el movimiento estudiantil latinoamericano.
Dentro de las fronteras nacionales hemos comenzado a ver cómo se ha desgastado el gobierno de Chinchilla en poco más de un año, teniendo que recurrir a crear conflictos internacionales como el de la Isla Calero, no solo para cumplir con el protocolo de sumisión que impone la Casa Blanca, sino para alcanzar la “unidad nacional” necesaria entre las distintas fracciones burguesas para descargar cohesionadamente sus ataques contra los trabajadores. Muchos elementos parecen señalar que este 2012 condensará las fricciones por arriba y la necesidad de la unidad más amplia entre “los de abajo” para responder a los ataques empresariales, sobretodo ante la posibilidad de despidos en el sector público, recortes presupuestarios o alzas generalizadas en los servicios como forma de atacar el salario en momentos de crisis económica.
Todas estas medidas estamos seguros que afectarán tanto a los trabajadores del país como a los estudiantes, entre ellos los de la UCR. Es por eso que le proponemos a los compañeros del MAS/Convergencia unir esfuerzos en el marco de la más absoluta independencia política respecto de las autoridades, el gobierno y los empresarios. Los instamos a impulsar en unidad con todos los grupos oficiales y no oficiales de la universidad el Encuentro Nacional de Estudiantes (que ya los compañeros vienen anunciando), permitiendo democráticamente la participación en su organización y convocatoria, para asegurar un verdadero encuentro de estudiantes que sea democrático, que sirva para discutir y armar al movimiento estudiantil frente a los desafíos que se ven cada vez más cerca.
Pero además de esta propuesta concreta -en la que esperamos estén de acuerdo nuestros interlocutores- desde la LRS llamamos a los estudiantes más activos y que forman parte de las franjas más conscientes y avanzadas políticamente dentro de la Universidad a que hagamos un serio balance de la actuación de las distintas organizaciones dentro del movimiento obrero y estudiantil, especialmente de los momentos decisivos; y así preparar una alternativa que supere la socialdemocratización de las organizaciones y el activismo institucionalista que ha prevalecido históricamente en la UCR en los últimos años.
A todos estos compañerxs lxs llamamos a construir un nuevo movimiento estudiantil, que sea combativo además de internacionalista e independiente de toda fuerza proempresarial, y que aprenda de las lecciones que ya nos dan lxs estudiantes y trabajadorxs que comienzan a luchar en otras partes del mundo, como por ejemplo en Latinoamérica y Europa.
Es que los compañeros militantes del MAS/Convergencia en la UCR (que tampoco esperaban la victoria!) ganan la contienda electoral no precisamente por haber significado en el último año una alternativa de lucha, sino por el acelerado desgaste que sufrió Progre. Hay que decir que Convergencia salió beneficiado en buena medida por la actividad que desplegaron los dirigentes de la JFA y sus amigos, que consistió en convertir a la Federación en una oficina auxiliar de las autoridades universitarias, ayudando a realizar los trámites de inclusión en la matrícula o impulsando numerosos foros “informativos” en conjunto con las autoridades de la UCR; lo que fue resentido por algunas franjas del movimiento estudiantil que castigaron a los “progresistas” por su pasividad y decidieron dar un voto a lo que muchos consideraban lo menos malo.
Entre las ilusiones y la realidad
Y es que a pesar de que los compañeros de la dirección del MAS dicen que reconstruyeron a Convergencia con su participación en el Encuentro de Mujeres Universitarias y el Congreso Universitario -y agregaríamos nosotros la marcha del 29 de setiembre, que utilizaron visiblemente para reunir a sus contactos y prepararlos centralmente para las elecciones que se acercaban- no nos dicen que precisamente que fue el desencanto con Progre el factor determinante para su victoria.
Lo anterior es necesario reintroducirlo en el balance porque ya el MAS/Convergencia estuvo durante 6 años dirigiendo la federación universitaria y perdió contra la juventud del FA en 2011, en medio de un importante descontento con su administración, que tuvo como una de sus pruebas decisivas la lucha por presupuesto para las universidades públicas; donde se impuso la política de las autoridades a pesar de las grandes movilizaciones. Más allá de los éxitos del MAS en los espacios institucionales, y los intentos pujantes que vienen haciendo por reconstruir relaciones sociales por abajo (sobre todo en las Asociaciones de Sociales, en conjunto con el PRT) pareciera que fue el estado de ánimo de los estudiantes lo que los ha premiado y castigado electoralmente, y decimos lo anterior porque actualmente existe cierta ilusión en que esta nueva gestión de Convergencia será diferente a las anteriores, aunque sea el mismo grupo, con los mismos métodos y la misma “tradición” con que gobernaron durante un sexenio.
Pero más allá de una Convergencia que ha resucitado gracias a la actividad institucional de sus dirigentes y al declive “progresista”, quienes tengamos y no tengamos ilusiones o fe en su administración, debemos estar dispuestos a unir fuerzas para reorganizar al movimiento estudiantil y prepararnos para retomar la movilización de los estudiantes a gran escala; especialmente en el marco de una situación política transitoria hacia mayores enfrentamientos entre las clases sociales tanto en el plano mundial como en el nacional.
A nivel mundial hemos visto como se han detonado profundos procesos revolucionarios que tienen su epicentro en el mundo árabe, las movilizaciones y huelgas generales en Grecia, el surgimiento del movimiento de los indignados en varios países europeos, el estallido del descontento en las barriadas más empobrecidas de Londres, el Occupy Wall Street, las movilizaciones de cientos de miles contra la reforma a las pensiones en Francia; o en Latinoamérica la lucha de los estudiantes chilenos, una de las más largas e intensas de los últimos años en el movimiento estudiantil latinoamericano.
Dentro de las fronteras nacionales hemos comenzado a ver cómo se ha desgastado el gobierno de Chinchilla en poco más de un año, teniendo que recurrir a crear conflictos internacionales como el de la Isla Calero, no solo para cumplir con el protocolo de sumisión que impone la Casa Blanca, sino para alcanzar la “unidad nacional” necesaria entre las distintas fracciones burguesas para descargar cohesionadamente sus ataques contra los trabajadores. Muchos elementos parecen señalar que este 2012 condensará las fricciones por arriba y la necesidad de la unidad más amplia entre “los de abajo” para responder a los ataques empresariales, sobretodo ante la posibilidad de despidos en el sector público, recortes presupuestarios o alzas generalizadas en los servicios como forma de atacar el salario en momentos de crisis económica.
Todas estas medidas estamos seguros que afectarán tanto a los trabajadores del país como a los estudiantes, entre ellos los de la UCR. Es por eso que le proponemos a los compañeros del MAS/Convergencia unir esfuerzos en el marco de la más absoluta independencia política respecto de las autoridades, el gobierno y los empresarios. Los instamos a impulsar en unidad con todos los grupos oficiales y no oficiales de la universidad el Encuentro Nacional de Estudiantes (que ya los compañeros vienen anunciando), permitiendo democráticamente la participación en su organización y convocatoria, para asegurar un verdadero encuentro de estudiantes que sea democrático, que sirva para discutir y armar al movimiento estudiantil frente a los desafíos que se ven cada vez más cerca.
Pero además de esta propuesta concreta -en la que esperamos estén de acuerdo nuestros interlocutores- desde la LRS llamamos a los estudiantes más activos y que forman parte de las franjas más conscientes y avanzadas políticamente dentro de la Universidad a que hagamos un serio balance de la actuación de las distintas organizaciones dentro del movimiento obrero y estudiantil, especialmente de los momentos decisivos; y así preparar una alternativa que supere la socialdemocratización de las organizaciones y el activismo institucionalista que ha prevalecido históricamente en la UCR en los últimos años.
A todos estos compañerxs lxs llamamos a construir un nuevo movimiento estudiantil, que sea combativo además de internacionalista e independiente de toda fuerza proempresarial, y que aprenda de las lecciones que ya nos dan lxs estudiantes y trabajadorxs que comienzan a luchar en otras partes del mundo, como por ejemplo en Latinoamérica y Europa.