"Señoras y Señores, Mali enfrenta una agresión de elementos terroristas, que vienen del Norte, cuya brutalidad y fanatismo ahora conoce el mundo entero". Así es como François Hollande presentaba el 11 de enero la puesta en marcha de la máquina de guerra tricolor. Esta no es la primera experiencia de los socialistas y los verdes. Sin remontar demasiado para atrás, recordemos Kosovo en 1999 y en Afganistán, bajo el gobierno de la Izquierda Plural del PS-PC-Verdes de Jospin.
La apuesta es defender la estabilidad del cuadrado neocolonial francés en el oeste de África así como los intereses de las multinacionales francesas. Es evidente que esta nueva intervención imperialista fue planificada desde hace tiempo [1] .
El avance de las fuerzas islamistas hacia Bamako, cuyos objetivos no son claros, fue sólo el pretexto ideal para justificar el ataque. En efecto, el gobierno francés busca justificar su acción detrás de "la lucha contra el terrorismo" y la protección de un "país amigo". Sin embargo, los verdaderos motivos de la intervención francesa son totalmente diferentes. Se trata, en el marco de la crisis capitalista internacional, de garantizar particularmente nuevos sectores de valorización del capital imperialista francés "recuperando el retraso" que existe en la explotación de los recursos naturales en su "patio trasero" africano.
El Ejército francés no traerá nada bueno para las masas de Mali
La entrada de las fuerzas armadas francesas no hará más que reforzar el poder dictatorial del Ejército maliense y de los hombres del capitán Sanogo, que continúa dictando la ley en Bamako desde su golpe de Estado de marzo de 2012. El gobierno fantoche acaba por otra parte de instaurar el estado de emergencia, lo que implica una censura total de la prensa y plena libertad para los militares para indagar, parar y detener a los opositores, comenzando por los militantes del movimiento obrero y sindical del sur maliense, que llevó adelante varios combates en estos últimos meses [2] .
¡En Francia, "unión sagrada" detrás de Hollande y su guerra!
Se conformó un amplio frente entre los medios de comunicación burgueses más importantes y los diferentes partidos que defienden los intereses del capital imperialista francés para alentar, sostener y legitimar esta nueva "aventura" militar de su Ejército. En esta unanimidad militarista, sumado a que según los encuestadores el 75 % de la opinión estaría a favor de la intervención, las declaraciones chauvinistas y proimperialistas de Melenchon y de su partido (el Frente de Izquierda) son mucho más escandalosas ya que sabemos que con esta guerra Hollande se propone ganar fuerza y fortalecer políticamente su gobierno. Esta intervención, para Hollande, es la versión militar, exterior y brutal de la ofensiva francesa que lleva adelante el gobierno en el país sobre el frente de la austeridad y de la reforma del mercado laboral.
¡Hay que combatir "nuestro" imperialismo aquí y ahora!
Es claro que uno de los puntos de apoyo para legitimar la intervención imperialista es el carácter reaccionario y antipopular de los grupos islamistas que tomaron el control de Norte del Mali. El espantapájaros del "terrorismo islamista" permite a Francia presentarse como el "salvador excolonial". Pero todo esto es una mascara. El imperialismo no defiende jamás ni la libertad ni la democracia. Al contrario, en Mali, esta intervención en apoyo a un gobierno fantoche ilegítimo ataca el derecho elemental a la autodeterminación de Azawad (territorio internacionalmente reconocido como parte de Mali). Este elemento de opresión sobre los pueblos del Norte del país y la ofensiva militar francesa, si continúa, harán todavía más difícil para los trabajadores, los campesinos y los pueblos del Sur del Mali, sacarse de encima el yugo del plomo militar, de la corrupción, de los planes de ajuste dictados por el FMI, y tantos otros elementos funcionales a la conservación del orden franco-africano.
Pero sobre todo existe otro elemento en el cual el gobierno del PS puede apoyarse para continuar su campaña militar: el hecho de que la unanimidad militarista y chauvinista sea apoyada por la "izquierda de la izquierda" como acabamos de verlo pero también por las direcciones de las principales fuerzas sindicales del movimiento obrero. Por ello sería esencial que la extrema izquierda, comenzando por nuestro partido, el NPA, pero también Lucha Obrera, que también tomó posición contra la intervención, esté a la vanguardia en impulsar mítines y movilizaciones contra esta nueva guerra imperialista.
Como marxistas revolucionarios, no nos pronunciamos solo contra la intervención, sino por la derrota de "nuestro" imperialismo. Por supuesto que esto no significa apoyar políticamente las fuerzas islamistas que están hoy a la cabeza de la ofensiva. El programa de Ansar-Dine y de otros grupos islamistas consiste por otra parte, en última instancia, en renegociar las condiciones de subordinación de la burguesía del Mali con respecto al imperialismo, particularmente atándose más a las pétro-monarquisas del Golfo, que son fieles aliadas del imperialismo norteamericano. Lo que es seguro sin embargo, es que todo debilitamiento o cuestionamiento de la potencia francesa sólo puede reforzar, localmente, la posición del movimiento obrero y popular que lucha por la defensa de los intereses del pueblo del Mali, contra la burguesía local a las órdenes de las multinacionales francesas. Por ello solo se puede desear que el ejército francés se tope con la resistencia más dura posible y que su ofensiva fracase.
Pero una victoria del Ejército francés en Mali también tendría un impacto extremadamente negativo para nuestra clase. Esto fortalecería al gobierno y al empresariado y le daría todavía más margen de maniobra para hacer más profunda su ofensiva. Los que hacen jugosas ganancias en África son los mismos que nos despiden aquí en Francia. Es por ello que, más allá de las posiciones que deberían defender los revolucionarios, la extrema izquierda debería darse los medios de defender posiciones internacionalistas elementales, proponiéndole al conjunto de las organizaciones del movimiento obrero y de la juventud, tanto sindicales como políticas, llamar, allí dónde es posible, por lo menos en París, a una concentración y movilización contra la intervención en un muy breve plazo.
¡Abajo la intervención imperialista, con o sin mandato de la ONU o del Parlamento!
¡No a la apertura del espacio aéreo argelino a los bombarderos franceses! ¡Por el derecho a la autodeterminación del conjunto de Azawad y de los pueblos de Mali!
¡Retirada de todas las tropas francesas de África y de los terrenos de operación exteriores!
Nota completa en francés disponible en www.ccr4.org