Por Brayan Brenes, delegado a la Asamblea Nacional por la LRS,
En Clave Revolucionaria N°4, agosto- setiembre 2007
El sábado 21 de julio se realizó en el comedor universitario de la UCR, una “Asamblea Nacional contra el TLC”, la cual fue convocada y organizada por la Coordinadora Nacional de Lucha contra el TLC (CNL).
Después de realizada la asamblea, es necesario para los marxistas revolucionarios consecuentes, para el pueblo trabajador y el conjunto de la izquierda; hacer un balance muy honesto sobre la asamblea, sus expectativas, su composición, y más importante aún: sobre las orientaciones votadas para el período político que atravesamos. Esto es necesario para sacar lecciones que nos permitan avanzar objetivamente hacia la derrota del TLC y el gobierno.
a) ¿Para qué la convocatoria a una Asamblea Nacional?
Hay que iniciar recordando, que la asamblea fue producto de una aguda lucha política a lo interno de la Coordinadora Nacional[1], en el sentido de inclinarnos todos los sectores opuestos al TLC, a construir una política que superara los actos políticos electoreros protagonizados en los últimos meses por el empresariado “patriótico” opuesto a “este TLC”. Uno de los objetivos centrales de acordar la convocatoria a una gran asamblea nacional fue superar actos como el del 23 de junio de 2006 realizado en la Conferencia Episcopal, que claramente no ayudan a armar políticamente a las masas para derrotar el TLC y al gobierno. La asamblea también tenía por fin prepararnos para derrotar al TLC y al gobierno, también en caso de perder el Referendo el 7 de octubre (lo cual es muy probable).
La LRS se empeñó con sinceridad y lealtad en esta perspectiva, a pesar de las maniobras burocráticas que más tarde se presentaron.
b) La LRS antes de la asamblea dijo que “el avance real se dará en lo que decida y en quienes asistan a la asamblea”.[2]
Estrictamente desde el punto de vista de nuestra política, es decir, desde el punto de vista de la política revolucionaria y la movilización de masas, la asamblea nacional del 21 fue un total fracaso, que no pasó la prueba de superar un acto formal, ni siquiera superó un acto electorero, como el “lanzamiento oficial de la campaña del NO”.[3]
Lo anterior lo afirmamos haciendo un repaso de los planteamientos previos a la asamblea nacional del 21 por parte de la LRS, y lo que realmente sucedió en la actividad. Desde la LRS afirmábamos sobre la Asamblea:
Después de realizada la asamblea, es necesario para los marxistas revolucionarios consecuentes, para el pueblo trabajador y el conjunto de la izquierda; hacer un balance muy honesto sobre la asamblea, sus expectativas, su composición, y más importante aún: sobre las orientaciones votadas para el período político que atravesamos. Esto es necesario para sacar lecciones que nos permitan avanzar objetivamente hacia la derrota del TLC y el gobierno.
a) ¿Para qué la convocatoria a una Asamblea Nacional?
Hay que iniciar recordando, que la asamblea fue producto de una aguda lucha política a lo interno de la Coordinadora Nacional[1], en el sentido de inclinarnos todos los sectores opuestos al TLC, a construir una política que superara los actos políticos electoreros protagonizados en los últimos meses por el empresariado “patriótico” opuesto a “este TLC”. Uno de los objetivos centrales de acordar la convocatoria a una gran asamblea nacional fue superar actos como el del 23 de junio de 2006 realizado en la Conferencia Episcopal, que claramente no ayudan a armar políticamente a las masas para derrotar el TLC y al gobierno. La asamblea también tenía por fin prepararnos para derrotar al TLC y al gobierno, también en caso de perder el Referendo el 7 de octubre (lo cual es muy probable).
La LRS se empeñó con sinceridad y lealtad en esta perspectiva, a pesar de las maniobras burocráticas que más tarde se presentaron.
b) La LRS antes de la asamblea dijo que “el avance real se dará en lo que decida y en quienes asistan a la asamblea”.[2]
Estrictamente desde el punto de vista de nuestra política, es decir, desde el punto de vista de la política revolucionaria y la movilización de masas, la asamblea nacional del 21 fue un total fracaso, que no pasó la prueba de superar un acto formal, ni siquiera superó un acto electorero, como el “lanzamiento oficial de la campaña del NO”.[3]
Lo anterior lo afirmamos haciendo un repaso de los planteamientos previos a la asamblea nacional del 21 por parte de la LRS, y lo que realmente sucedió en la actividad. Desde la LRS afirmábamos sobre la Asamblea:
“1) solo puede ser un avance enteramente real si discute y vota un plan de lucha que vaya más allá de una simple campaña por el NO AL TLC en la papeleta del Referendo.
2) será un avance efectivo solo si se apoya sobre delegados surgidos de los principales planteles obreros, de los más grandes sindicatos como ANDE, APSE, FIT; así como sobre la representación masiva de integrantes de los comités patrióticos, y las coordinadoras regionales contra el TLC.
3) Una asamblea de este tipo será un éxito, si vota un plan de lucha que se apoye en la huelga y la movilización contra el gobierno y el régimen; si se apoya en representaciones obreras por sindicato, oficina, plantel, lugar de trabajo; y sobretodo será un éxito si se apoya orgánicamente en las “coordinadoras regionales”, y en los “comités patrióticos” de lucha contra el TLC que han venido surgiendo en todo el país.
4) Solo avanzando hacia una política de estas características, superaremos los vulgares actos protocolarios de la burguesía patriótica opuesta al TLC; como el realizado el pasado sábado 23 de junio en la Conferencia Episcopal, donde fue lanzada oficialmente la “campaña del NO”.
Estos eran los puntos necesarios para que la asamblea fuera un avance “enteramente real”. A pesar de que la asamblea no cumplió uno sólo de los requisitos planteados por nuestro pequeño grupo revolucionario; la dirección política de la CNL dice en una sola voz que se realizó una “EXITOSA Y REPRESENTATIVA ASAMBLEA NACIONAL DEL NO…”[4](subrayado en el original).
b.1) El problema de la asistencia.
La dirección política de la CNL, representada por Jorge Coronado, Ricardo Segura del FIT, y José Antonio Barquero de ANDE[5]; ha dicho que en la asamblea “se dieron cita más de 350 participantes provenientes de todas las regiones del país: Sur/Sur, Pérez Zeledón, Limón, Turrialba, Guanacaste, Zona Norte, Puntarenas, Alajuela, San Ramón, Palmares, Heredia, Cartago y San José.” Comenzando por esta afirmación de “350 participantes” hay que decir que es totalmente cuestionable y dudosa, ya que en el instante en que iba a comenzar la deliberación de la asamblea (después de una hora de discursos), se realizó una votación sobre la metodología a implementar para el desarrollo de la asamblea; la propuesta oficial de la CNL era que se hiciera un trabajo en comisiones, lo que claramente se dirigía a fragmentar políticamente a la asamblea, y la contrapropuesta planteada por la LRS de que se hiciera una discusión abierta para toda la asamblea, así como una votación general de todos los asistentes. En el punto de la metodología quedamos: la moción de la LRS con 70 votos a favor, y la propuesta oficial con 91 votos; por supuesto ganó la dirección de la CNL, y se implementó la desastrosa metodología de las comisiones.
Lo que plantea el hecho de la votación, además del problema político de las comisiones (que no fue votado en ningún momento en el seno de la CNL); es que para la actividad práctica de deliberación y votación, sólo participaron poco más de 160 personas. Únicamente se quedaron sin votar algunos pocos, exageraríamos si dijéramos que no votaron tres decenas de personas, o que no votaron 190 personas lo que sería grave. Cabe la pregunta ¿Dónde están los 200 asistentes adicionales de que habla la coordinación de la CNL? ¿Sabrá la coordinación de la CNL que los integrantes de la LRS también hemos organizado actividades y asambleas en el comedor universitario en otros momentos? ¿Sabrán los dirigentes de la CNL que conocemos muy bien las proporciones y la capacidad física del Comedor Universitario?
¿Existirá una lista que demuestre la asistencia de más de 350 asistentes? ¿Si existe una lista así puede ser consultada por cualquier luchador que haya asistido a la asamblea?
b.2) ¿La Asamblea fue sostenida por delegados de las grandes organizaciones obreras?
A pesar del significativo hecho de que la CNL es dirigida por representantes del FIT, ANDE, y APSE; no se vieron delegaciones importantes provenientes de estos grandes sindicatos. ANDE tiene en sus filas 47 mil afiliados, y no se vio una delegación de seccionales por mínima que fuera; APSE tiene casi 15 mil afiliados, pero por tareas organizativas internas, relacionadas con la preparación de una huelga, no pudieron asistir[6]; y en el caso del FIT, que representa a una institución como el ICE, con más de 15 mil trabajadores, tampoco llevó ninguna delegación de obreros u obreras.
En este sentido, la asamblea no fue asistida por los grandes contingentes de trabajadores, que son los únicos que bien organizados, pueden llevarnos a la victoria contra el TLC y el gobierno. Este es un hecho preocupante desde ya, tomando en cuenta también lo que decíamos antes: que la CNL está dirigida por personajes como Ricardo Segura del FIT, José Antonio Barquero de ANDE; que no aportaron una sola delegación obrera, por mínima que fuera, a la asamblea nacional de lucha.
b.3) El problema de lo votado en la asamblea.
El 21 de julio, un mes antes del Referendo, e incluso después del Referendo; será siempre urgente una política para alcanzar la movilización de masas, sin caer en la trampa que significa el terreno institucional.
El “plan de lucha” votado en la Asamblea Nacional del 21 asemeja más a un collage de actividades y pequeñas movilizaciones, que un plan de lucha de combate para derrotar el TLC. En primer lugar no hay acciones centrales de alcance nacional, todo consiste en pequeñas movilizaciones sectoriales o regionales; en función de demostrar fuerza en el marco del Referendo y las votaciones del 7 de octubre. Se votaron decenas de actividades, pero ninguna central y multitudinaria. Talvez la acordada para dos días antes del Referendo.
Lo anterior es grave, como lo es mucho más el hecho de que no se votó absolutamente ninguna acción para después del 7 de octubre. ¿Qué dice este hecho? Que tenemos una borrachera prematura de triunfalismo, la que se sostiene sobre la idea de que la oposición al TLC le ganará al gobierno por medio de los votos, por fuera de los métodos de la clase trabajadora: la huelga general, los paros, los bloqueos y otros.
El punto más importante en cuanto a movilización, se plantea en el punto B.1 cuando se habla de la Agenda de Implementación; cuando dice que se llamará a movilización permanente cuando llegue cualquiera de los proyectos de esta agenda al plenario legislativo. Por supuesto con la estrategia electoralista centralizada toda en torno al Referendo, esperemos que pueda pasar de un planteamiento superior a una amenaza.
Se votaron varias marchas, pero pequeñas, que no contemplan desembocar en la huelga general; ni que decir de la desestabilización del régimen de los Arias Sánchez.
Para rematar, las votaciones en la asamblea no apuntan siquiera a reunir a todo el movimiento contra el TLC en un gran encuentro obrero y popular después del Referendo. Esto quiere decir que si nos derrotan el 7 de octubre (lo que es muy probable), nuevamente queda todo en manos de la improvisación; esto quiere decir que los grandes “dirigentes” pseudoprogresistas se preparan para frenar la lucha después del Referendo, posiblemente llamando a respetar el resultado.
c) El CPOF y los intelectuales pseudoprogresistas impusieron una política para docilizar y esterilizar la asamblea.
Apenas dos semanas antes de la Asamblea Nacional, Jorge Coronado y Ricardo Segura planteaban que las expectativas de asistencia a la asamblea eran de “no menos de 500” personas. Poco más de una semana antes de la asamblea surgió un grave problema político: Eugenio Trejos, junto con otros personajes; tuvieron la iniciativa de formar un “comité político” para centralizar toda la campaña nacional contra el TLC en la perspectiva del Referendo. En las alturas burocráticas se acordó formar el “Comité Político Facilitador” (CPOF). De esta manera se formaría una nueva instancia de “coordinación” burocráticamente con enormes responsabilidades políticas.
Desde la conformación del CPOF, hasta apenas algunos días antes de la asamblea, la coordinación de la CNL cambió de expectativas, y planteó que la asistencia pasaba ahora a ser de “no menos de 300” personas. Esta variación responde a la creación de espacios burocráticos, a la sustitución de la asamblea y a la decisión colectiva prematuramente; por decisiones de unos cuantos “iluminados”.
Con la creación del CPOF, en la supuesta perspectiva de aprovechar el protagonismo de Eugenio Trejos, y en la dirección de coordinar con la Central Sindical Juanito Mora, el Observatorio y otros espacios contra el TLC; ya la prioridad no fue la asamblea. ¿Para qué asamblea si ya deporsí todo estaría coordinado? ¿Para qué asamblea si ya todo se iba a decidir entre unos cuantos? ¿Para qué asamblea si ya deporsí se iba a centralizar toda la campaña contra el TLC en el Comité Político Facilitador?
El procedimiento práctico de la dirección política de la CNL para abortar la asamblea nacional consistió primero en una hora de discursos, compuesta por media hora de discurso de Eugenio Trejos, esto a pesar de que semanas antes de la asamblea la mayor parte de organizaciones que componen la CNL afirmó no estar para discursos. Después de los discursos anestesiantes de Trejos y otros individuos, el método consistió en las comisiones; lo que fragmentó y convirtió en una actividad con rasgos académicos y parlamentarios la asamblea que tenía por misión constituir un plan de combate.
Finalmente todo lo salido de las comisiones, se envió a una plenaria, donde las propuestas eran votadas por la inercia de quienes están cansados, llenos de hambre y urgidos por irse. La metodología y los hechos políticos de fondo, como la creación del CPOF, destruyeron la asamblea nacional del 21 de julio; cuyas tareas siguen siendo igual de urgentes hoy, como es por ejemplo orientarnos a una estrategia de movilización y huelga: contra el TLC, contra los aumentos en la electricidad, el agua, los transportes, por aumentos de salarios, etc. Esta es la única salida para poner en movimiento todo el poder de la clase obrera costarricense, par poder derrotar al gobierno y al conjunto de la burguesía.Los actuales dirigentotes de la CNL, de la CPOF, y especialmente Eugenio Trejos; serán los principales responsables de lo que pase con el movimiento contra el TLC y el gobierno después del 7 de octubre. Desde la LRS estamos esperando con ansias el día después del Referendo, por que estamos seguros de que nuestra política que no es oportunista; nos dará la oportunidad de ajustar cuentas con Eugenio Trejos y con todas las direcciones oportunistas que han intoxicado a las masas con la posibilidad de derrotar a la burguesía de manera “democrática”, por fuera de los métodos naturales de la clase obrera y el pueblo pobre. Después del 7/10 veremos si es posible derrotar el TLC y a la burguesía en las urnas o en las calles.
2) será un avance efectivo solo si se apoya sobre delegados surgidos de los principales planteles obreros, de los más grandes sindicatos como ANDE, APSE, FIT; así como sobre la representación masiva de integrantes de los comités patrióticos, y las coordinadoras regionales contra el TLC.
3) Una asamblea de este tipo será un éxito, si vota un plan de lucha que se apoye en la huelga y la movilización contra el gobierno y el régimen; si se apoya en representaciones obreras por sindicato, oficina, plantel, lugar de trabajo; y sobretodo será un éxito si se apoya orgánicamente en las “coordinadoras regionales”, y en los “comités patrióticos” de lucha contra el TLC que han venido surgiendo en todo el país.
4) Solo avanzando hacia una política de estas características, superaremos los vulgares actos protocolarios de la burguesía patriótica opuesta al TLC; como el realizado el pasado sábado 23 de junio en la Conferencia Episcopal, donde fue lanzada oficialmente la “campaña del NO”.
Estos eran los puntos necesarios para que la asamblea fuera un avance “enteramente real”. A pesar de que la asamblea no cumplió uno sólo de los requisitos planteados por nuestro pequeño grupo revolucionario; la dirección política de la CNL dice en una sola voz que se realizó una “EXITOSA Y REPRESENTATIVA ASAMBLEA NACIONAL DEL NO…”[4](subrayado en el original).
b.1) El problema de la asistencia.
La dirección política de la CNL, representada por Jorge Coronado, Ricardo Segura del FIT, y José Antonio Barquero de ANDE[5]; ha dicho que en la asamblea “se dieron cita más de 350 participantes provenientes de todas las regiones del país: Sur/Sur, Pérez Zeledón, Limón, Turrialba, Guanacaste, Zona Norte, Puntarenas, Alajuela, San Ramón, Palmares, Heredia, Cartago y San José.” Comenzando por esta afirmación de “350 participantes” hay que decir que es totalmente cuestionable y dudosa, ya que en el instante en que iba a comenzar la deliberación de la asamblea (después de una hora de discursos), se realizó una votación sobre la metodología a implementar para el desarrollo de la asamblea; la propuesta oficial de la CNL era que se hiciera un trabajo en comisiones, lo que claramente se dirigía a fragmentar políticamente a la asamblea, y la contrapropuesta planteada por la LRS de que se hiciera una discusión abierta para toda la asamblea, así como una votación general de todos los asistentes. En el punto de la metodología quedamos: la moción de la LRS con 70 votos a favor, y la propuesta oficial con 91 votos; por supuesto ganó la dirección de la CNL, y se implementó la desastrosa metodología de las comisiones.
Lo que plantea el hecho de la votación, además del problema político de las comisiones (que no fue votado en ningún momento en el seno de la CNL); es que para la actividad práctica de deliberación y votación, sólo participaron poco más de 160 personas. Únicamente se quedaron sin votar algunos pocos, exageraríamos si dijéramos que no votaron tres decenas de personas, o que no votaron 190 personas lo que sería grave. Cabe la pregunta ¿Dónde están los 200 asistentes adicionales de que habla la coordinación de la CNL? ¿Sabrá la coordinación de la CNL que los integrantes de la LRS también hemos organizado actividades y asambleas en el comedor universitario en otros momentos? ¿Sabrán los dirigentes de la CNL que conocemos muy bien las proporciones y la capacidad física del Comedor Universitario?
¿Existirá una lista que demuestre la asistencia de más de 350 asistentes? ¿Si existe una lista así puede ser consultada por cualquier luchador que haya asistido a la asamblea?
b.2) ¿La Asamblea fue sostenida por delegados de las grandes organizaciones obreras?
A pesar del significativo hecho de que la CNL es dirigida por representantes del FIT, ANDE, y APSE; no se vieron delegaciones importantes provenientes de estos grandes sindicatos. ANDE tiene en sus filas 47 mil afiliados, y no se vio una delegación de seccionales por mínima que fuera; APSE tiene casi 15 mil afiliados, pero por tareas organizativas internas, relacionadas con la preparación de una huelga, no pudieron asistir[6]; y en el caso del FIT, que representa a una institución como el ICE, con más de 15 mil trabajadores, tampoco llevó ninguna delegación de obreros u obreras.
En este sentido, la asamblea no fue asistida por los grandes contingentes de trabajadores, que son los únicos que bien organizados, pueden llevarnos a la victoria contra el TLC y el gobierno. Este es un hecho preocupante desde ya, tomando en cuenta también lo que decíamos antes: que la CNL está dirigida por personajes como Ricardo Segura del FIT, José Antonio Barquero de ANDE; que no aportaron una sola delegación obrera, por mínima que fuera, a la asamblea nacional de lucha.
b.3) El problema de lo votado en la asamblea.
El 21 de julio, un mes antes del Referendo, e incluso después del Referendo; será siempre urgente una política para alcanzar la movilización de masas, sin caer en la trampa que significa el terreno institucional.
El “plan de lucha” votado en la Asamblea Nacional del 21 asemeja más a un collage de actividades y pequeñas movilizaciones, que un plan de lucha de combate para derrotar el TLC. En primer lugar no hay acciones centrales de alcance nacional, todo consiste en pequeñas movilizaciones sectoriales o regionales; en función de demostrar fuerza en el marco del Referendo y las votaciones del 7 de octubre. Se votaron decenas de actividades, pero ninguna central y multitudinaria. Talvez la acordada para dos días antes del Referendo.
Lo anterior es grave, como lo es mucho más el hecho de que no se votó absolutamente ninguna acción para después del 7 de octubre. ¿Qué dice este hecho? Que tenemos una borrachera prematura de triunfalismo, la que se sostiene sobre la idea de que la oposición al TLC le ganará al gobierno por medio de los votos, por fuera de los métodos de la clase trabajadora: la huelga general, los paros, los bloqueos y otros.
El punto más importante en cuanto a movilización, se plantea en el punto B.1 cuando se habla de la Agenda de Implementación; cuando dice que se llamará a movilización permanente cuando llegue cualquiera de los proyectos de esta agenda al plenario legislativo. Por supuesto con la estrategia electoralista centralizada toda en torno al Referendo, esperemos que pueda pasar de un planteamiento superior a una amenaza.
Se votaron varias marchas, pero pequeñas, que no contemplan desembocar en la huelga general; ni que decir de la desestabilización del régimen de los Arias Sánchez.
Para rematar, las votaciones en la asamblea no apuntan siquiera a reunir a todo el movimiento contra el TLC en un gran encuentro obrero y popular después del Referendo. Esto quiere decir que si nos derrotan el 7 de octubre (lo que es muy probable), nuevamente queda todo en manos de la improvisación; esto quiere decir que los grandes “dirigentes” pseudoprogresistas se preparan para frenar la lucha después del Referendo, posiblemente llamando a respetar el resultado.
c) El CPOF y los intelectuales pseudoprogresistas impusieron una política para docilizar y esterilizar la asamblea.
Apenas dos semanas antes de la Asamblea Nacional, Jorge Coronado y Ricardo Segura planteaban que las expectativas de asistencia a la asamblea eran de “no menos de 500” personas. Poco más de una semana antes de la asamblea surgió un grave problema político: Eugenio Trejos, junto con otros personajes; tuvieron la iniciativa de formar un “comité político” para centralizar toda la campaña nacional contra el TLC en la perspectiva del Referendo. En las alturas burocráticas se acordó formar el “Comité Político Facilitador” (CPOF). De esta manera se formaría una nueva instancia de “coordinación” burocráticamente con enormes responsabilidades políticas.
Desde la conformación del CPOF, hasta apenas algunos días antes de la asamblea, la coordinación de la CNL cambió de expectativas, y planteó que la asistencia pasaba ahora a ser de “no menos de 300” personas. Esta variación responde a la creación de espacios burocráticos, a la sustitución de la asamblea y a la decisión colectiva prematuramente; por decisiones de unos cuantos “iluminados”.
Con la creación del CPOF, en la supuesta perspectiva de aprovechar el protagonismo de Eugenio Trejos, y en la dirección de coordinar con la Central Sindical Juanito Mora, el Observatorio y otros espacios contra el TLC; ya la prioridad no fue la asamblea. ¿Para qué asamblea si ya deporsí todo estaría coordinado? ¿Para qué asamblea si ya todo se iba a decidir entre unos cuantos? ¿Para qué asamblea si ya deporsí se iba a centralizar toda la campaña contra el TLC en el Comité Político Facilitador?
El procedimiento práctico de la dirección política de la CNL para abortar la asamblea nacional consistió primero en una hora de discursos, compuesta por media hora de discurso de Eugenio Trejos, esto a pesar de que semanas antes de la asamblea la mayor parte de organizaciones que componen la CNL afirmó no estar para discursos. Después de los discursos anestesiantes de Trejos y otros individuos, el método consistió en las comisiones; lo que fragmentó y convirtió en una actividad con rasgos académicos y parlamentarios la asamblea que tenía por misión constituir un plan de combate.
Finalmente todo lo salido de las comisiones, se envió a una plenaria, donde las propuestas eran votadas por la inercia de quienes están cansados, llenos de hambre y urgidos por irse. La metodología y los hechos políticos de fondo, como la creación del CPOF, destruyeron la asamblea nacional del 21 de julio; cuyas tareas siguen siendo igual de urgentes hoy, como es por ejemplo orientarnos a una estrategia de movilización y huelga: contra el TLC, contra los aumentos en la electricidad, el agua, los transportes, por aumentos de salarios, etc. Esta es la única salida para poner en movimiento todo el poder de la clase obrera costarricense, par poder derrotar al gobierno y al conjunto de la burguesía.Los actuales dirigentotes de la CNL, de la CPOF, y especialmente Eugenio Trejos; serán los principales responsables de lo que pase con el movimiento contra el TLC y el gobierno después del 7 de octubre. Desde la LRS estamos esperando con ansias el día después del Referendo, por que estamos seguros de que nuestra política que no es oportunista; nos dará la oportunidad de ajustar cuentas con Eugenio Trejos y con todas las direcciones oportunistas que han intoxicado a las masas con la posibilidad de derrotar a la burguesía de manera “democrática”, por fuera de los métodos naturales de la clase obrera y el pueblo pobre. Después del 7/10 veremos si es posible derrotar el TLC y a la burguesía en las urnas o en las calles.
[1] Ver: Kote Tsintsadz. En Clave Revolucionaria N°3. “21 de julio, Asamblea Nacional contra el TLC: un primer intento por superar los actos políticos electoreros y protocolarios de la burguesía patriótica ‘opuesta a este TLC’.” Liga de la Revolución Socialista. Julio 2007. P, 6. O ver el sitio web: www.lrscostarica.blogspot.com
[2] Ídem.
[3] Una prueba de esto está en el documento llamado “EXITOSA Y REPRESENTATIVA ASAMBLEA NACIONAL DEL NO”, donde la dirección política de la CNL no tiene problema en decir que entre los protagonistas de la asamblea se encontraban “… representaciones de la Junta Patriótica encabezada por el Rector Eugenio Trejos, del Frente Liberacionista contra el TLC, [o] la Fracción Legislativa del PAC, entre otras.” Es más, el título de la actividad pasó a llamarse en el balance de la dirección política de la CNL, “asamblea nacional del NO”, demostrándose que se quedó en eso; en una asamblea por un simple “NO” en el Referendo. “EXITOSA Y REPRESENTATIVA ASAMBLEA NACIONAL DEL NO.” 21 de julio de 2007. P, 1.
[4] Ídem. P, 1.
[5] Frente Interno de Trabajadores del ICE (FIT), Asociación Nacional de Educadores (ANDE).
[6] El caso de APSE, que tenía varias actividades internas en la perspectiva de la preparación de su LII Congreso Nacional, y de una huelga sectorial el 26 de julio; no pudo enviar delegaciones; lo que es un hecho hasta cierto punto justificable. Aún así, hubiera sido más apropiado lograr enlazar en un solo movimiento nacional la lucha contra el TLC, con las reivindicaciones propias del sector docente, en la mira de salir todos fortalecidos y enfrentar con movilización multitudinaria de masas al gobierno. La Asamblea Nacional del 21 hubiera sido un buen espacio para combatir por esta política.
[2] Ídem.
[3] Una prueba de esto está en el documento llamado “EXITOSA Y REPRESENTATIVA ASAMBLEA NACIONAL DEL NO”, donde la dirección política de la CNL no tiene problema en decir que entre los protagonistas de la asamblea se encontraban “… representaciones de la Junta Patriótica encabezada por el Rector Eugenio Trejos, del Frente Liberacionista contra el TLC, [o] la Fracción Legislativa del PAC, entre otras.” Es más, el título de la actividad pasó a llamarse en el balance de la dirección política de la CNL, “asamblea nacional del NO”, demostrándose que se quedó en eso; en una asamblea por un simple “NO” en el Referendo. “EXITOSA Y REPRESENTATIVA ASAMBLEA NACIONAL DEL NO.” 21 de julio de 2007. P, 1.
[4] Ídem. P, 1.
[5] Frente Interno de Trabajadores del ICE (FIT), Asociación Nacional de Educadores (ANDE).
[6] El caso de APSE, que tenía varias actividades internas en la perspectiva de la preparación de su LII Congreso Nacional, y de una huelga sectorial el 26 de julio; no pudo enviar delegaciones; lo que es un hecho hasta cierto punto justificable. Aún así, hubiera sido más apropiado lograr enlazar en un solo movimiento nacional la lucha contra el TLC, con las reivindicaciones propias del sector docente, en la mira de salir todos fortalecidos y enfrentar con movilización multitudinaria de masas al gobierno. La Asamblea Nacional del 21 hubiera sido un buen espacio para combatir por esta política.