Los obreros de Gestamp que el martes 27 subieron al puente grúa
para luchar por sus derechos, mientras sus compañeros bloqueaban la
fábrica con las organizaciones solidarias, delegados, internas y
trabajadores y estudiantes, se mantuvieron en ese lugar hasta el sábado
al mediodía, cuando lograron que el gobierno bonaerense decretara una
conciliación obligatoria con los despedidos en sus puestos de trabajo.
Lo que se hizo en esos días es histórico. Una tenacidad ejemplar que despertó la solidaridad de miles y miles de trabajadores y estudiantes. Las muestras de apoyo en fábricas, colegios y facultades fue creciendo y esta lucha se convirtió en una causa popular. Se mostró en la cálida solidaridad de los vecinos, que alentaban, traían café y facturas al acampe. De ahí el respeto conquistado por los compañeros es realmente merecido, de la misma forma que suscitó el odio de patrones, burócratas y funcionarios.
Estuvieron 4 días y medio en la altura, respondiendo al hostigamiento
permanente de los gerentes, la policía, los burócratas del SMATA, el
fiscal y el juez. Pasaron hambre y sed porque la empresa no dejaba
ingresar sus alimentos y bebidas hasta que por presión de los militantes
de los DD.HH. se rompió ese cerco brutal. Les cortaron la luz,
quisieron aislarlos, sacaron al delegado de la fábrica. Hicieron de todo
pero no lograron que se bajen. Afuera, al menos una vez al día, la
policía hacía movimientos para mover los camiones y esto era respondido
por los compañeros que llegaron a organizar 7 piquetes que se
mantuvieron firmes todos esos días.
Lo que se hizo en esos días es histórico. Una tenacidad ejemplar que despertó la solidaridad de miles y miles de trabajadores y estudiantes. Las muestras de apoyo en fábricas, colegios y facultades fue creciendo y esta lucha se convirtió en una causa popular. Se mostró en la cálida solidaridad de los vecinos, que alentaban, traían café y facturas al acampe. De ahí el respeto conquistado por los compañeros es realmente merecido, de la misma forma que suscitó el odio de patrones, burócratas y funcionarios.
La fuerza de los compañeros hizo que se parase VW, Ford y Peugeot, y
faltaban pocos días para que suceda lo mismo en General Motors. La mitad
de la industria automotriz paralizada por la lucha de esos obreros y el
apoyo de los compañeros que hacían el aguante afuera. Entonces el
conflicto se convierte en un problema de Estado y pasa a las primeras
planas de los diarios. Una lucha obrera otra vez en el centro de la vida
política nacional, que se sostiene por su valentía y por la relación de
fuerzas más general que la clase trabajadora conquistó.
El gobierno toma cartas en el asunto. Capitanich dice en su
conferencia de prensa que Scioli tiene que resolver el conflicto y se
llama a una reunión en Casa de Gobierno donde concurren –además de
Scioli y Capitanich –Berni y Granados, Débora Giorgi, la empresa y el
titular del SMATA. La reunión es un cónclave de la reacción contra los
trabajadores. Los encargados de la mal llamada seguridad, represores
confesos, están en la cita para discutir sobre una lucha obrera. Quieren
que las huelgas vuelvan a la sección “policiales” de los diarios. Gran
parte del poder de un país conjurado para derrotar a los obreros de
Gestamp. Un homenaje a la fuerza que pueden lograr los trabajadores. La
reunión es hermética y no se sabe qué se discute.
La jornada del sábado
El sábado por la mañana la presidenta le dedica unos minutos al
conflicto de Gestamp y para no perder la costumbre hace un discurso
antiobrero acusando a los luchadores de Gestamp y a la izquierda. La
trascendencia del conflicto, atacado desde lo más alto del poder, pega
un salto.
Ese día logró un enorme paso adelante cuando se dictó la conciliación
obligatoria con todos adentro. El Ministro Cuartango llega en
helicóptero con una resolución favorable a los obreros. Apoyado por el
Jefe de la Policía Bonaerense Matzkin, que fue en persona a la planta a
las 4 de la mañana junto con el Juez, y les dijo que si no acataban iban
a comenzar con las tareas de desalojo. Allí en asamblea decidieron
acatarla y bajar. Afuera se festejó este paso adelante, sabiendo que la
lucha por hacer cumplir con la conciliación iba a ser difícil. Por eso
se convocó a una gran movilización para el lunes a las 5 de la mañana.
El acto fue emotivo, hablaron los compañeros que habían pasado los
últimos 4 días en el puente grúa, recibieron a sus compañeros y sus
familias, a los amigos y a todos los compañeros que estaban apoyándolos.
Su valentía fue reivindicada por todos, y no es para menos. Los
militantes del PTS que estuvieron en los piquetes todos estos días
sosteniéndolos, no solo de la Regional Norte sino también delegaciones
de Oeste, de Sur, Capital, de La Plata y de la UBA que llegó en la
semana con un micro lleno de estudiantes a dar su apoyo a los
compañeros, estábamos allí. El Encuentro Sindical Combativo de Norte
había votado el apoyo absoluto a los compañeros de Gestamp y lo mismo
hicieron los compañeros del Encuentro en Capital. Para nuestro partido
esos días fueron parte de la pelea por hacer de esta lucha un gran
combate.
La reacción del gobierno y la burocracia
Cuando el acto terminaba, la Ministra Débora Giorgi abría su boca
gorila para tirarse contra la conciliación del gobierno provincial al
que también ataca. Comenzaba la presión, y una campaña de engaños en los
medios para voltearla. Era la reacción del gobierno nacional y de la
burocracia contra el logro de los obreros.
El lunes por la mañana una importante marcha llegó hasta la puerta.
Más de 400 militantes del PTS y de las Comisiones Internas combativas de
la zona se movilizaron hasta la puerta de acceso. Allí, ante todos los
medios, la empresa informa que no iban a dejar pasar a los despedidos.
La excusa, que había que poner todas las máquinas a punto. Ante los
canales de TV y las radios más importantes, los obreros denunciaron esta
maniobra dilatoria para incumplir con la resolución que los obligaba a
reinstalar a los trabajadores. A las 8 se hace una audiencia donde la
empresa envía un “gestor” para desconocerla y el SMATA directamente no
va. En ese momento pega un salto la campaña brutal encabezada ahora por
Capitanich, que asegura que la conciliación no es correcta. Luego, el
inimputable Aníbal Fernández sale con los tapones de punta, y para
finalizar el SMATA con Pignanelli a la cabeza llega al extremo de decir
que ellos van a garantizar que la conciliación no se cumpla y no
ingresen los despedidos. Pignanelli se pregunta “¿que hace una nieta de
desaparecidos en la puerta de Gestamp?”. Alejandrina Barry y Victoria
Moyano le responden “es nuestro deber estar allí” y recuerdan que sus
padres fueron asesinados luego de que gente como esos burócratas hiciera
campañas fascistizantes contra los obreros en lucha. Le responde a este
burócrata que ataca brutalmente a la izquierda el diputado de PO y el
FIT el compañero Néstor Pitrola que es atacado por Pignanelli. Nicolás
del Caño y Christian Castillo le contestan al Jefe de Gabinete que llega
al colmo de afirmar que la posición del gobierno en el conflicto ya
había sido dada por la empresa y el sindicato, en un caso de cipayismo
extremo. Roberto Amador, trabajador despedido que subió al puente grúa y
militante del PTS, le contesta a Pignanelli acusándolo de “mentiroso
serial”. Este burócrata oficialista había dicho que los compañeros
despedidos habían agredido a los demás trabajadores, y que una asamblea
mayoritaria había votado aceptar las suspensiones, cuando la realidad es
que una asamblea las había rechazado, y la violencia fue ejercida
contra los despedidos precisamente por la patota del SMATA en la puerta
de VW semanas atrás.
Fraude antiobrero
La patota SMATA se alistaba para ir a Gestamp a la mañana del martes
temprano y Pignanelli twiteaba que ellos iban a impedir que ingresaran,
en un claro mensaje mafioso. Los trabajadores en asamblea resolvieron
concurrir con una delegación de compañeras nuevamente. A la mañana la
patota no fue a la cita y luego se sabrá porqué. La empresa hizo una
nueva chicana dilatoria al decir que ahora faltaba hacer una revisación
médica. Pocas horas después se conoce que el Ministerio de Trabajo
provincial había revocado su propia Conciliación a dos días de haberla
dispuesto. La presión de la patota y el gobierno nacional surtió efecto,
y Scioli, que había dado una conciliación favorable por temor a una
represión que terminara con su carrera presidencial, dio vuelta su
propio fallo. Un caso único, un mamarracho jurídico y un ataque a los
derechos de los obreros. Los diputados Castillo y Del Caño denuncian
esta maniobra declarando que “frente a la presión de la patota del SMATA
al servicio de la patronal, Scioli rompe con la legalidad al revocar su
propia conciliación obligatoria”. El abogado de los trabajadores
Agustín Comas dice que “la revocación de la conciliación es nula y sus
fundamentos son ilegales, absurdos y contradictorios”. Una burla burda.
El Ministerio de Scioli dice que la conciliación no corre más porque
cambió la situación de cuando fue dictada. Pero es el acatamiento de la
conciliación lo que cambia la situación, como sucede ante a cada
conciliación. Un fraude que pasará a la historia por lo obsceno que fue,
mostrando el carácter antiobrero de todos los gobiernos que intervienen
y su sumisión a una patota que había amenazado con salir en defensa de
una multinacional utilizando la violencia, como hizo la Unión
Ferroviaria cuando asesinaron a Mariano Ferreyra. El miércoles la
burocracia del SMATA dijo que iba a convocar a un congreso de los
sindicatos de la industria para discutir como frenar el avance de la
“infiltración de la izquierda” en las fábricas. Dan cuenta del
desarrollo de los sectores antiburocráticos que se expresaron
centralmente en el Encuentro Sindical Combativo de Atlanta y en sus
encuentros regionales.
Les preocupa el creciente peso político de la izquierda que se
expresa en los 1.200.000 votos de los cuales no pocos son de
trabajadores que ya no votan al peronismo y tambien se expresa cada vez
que se venden periódicos masivamente en la puerta de las automotrices y
autopartistas que sufren ataques con suspensiones por parte de las
patronales en complicidad con la burocracia. Todo esto les inquieta y
les genera sobre todo una fuerte paranoia que tienen como toda
burocracia odiada por la base de las fábricas, que perdió todo contacto
con la realidad y le apunta a cualquiera que se les oponga.
Con ese temor fueron a VW a hacer “asambleas” (ver recuadro) donde el
impresentable Manrique fue a pasar papelones cuando se preguntaba si
esa fábrica debía ser dirigida por el SMATA o por “gente de afuera”,
metiendo cámaras y delegados para obligar a los obreros a votar.
Como no podía ser de otra manera y sin cuidar las formas, el
miércoles la empresa agradeció públicamente a los gobiernos de Cristina y
Scioli, al SMATA y a las fuerzas de seguridad. Un verdadero desnudo del
gobierno “nacional, popular y de los derechos humanos”, ahora al
servicio de un monopolio extranjero apoyado por una mafia de un
sindicato que colaboró con la desaparición de trabajadores. Por ello
resonó tanto que en el Congreso nuestro compañero Nicolás del Caño le
dijera al Jefe de Gabinete “Usted y la ministra (Débora) Giorgi actuaron
como voceros y agentes de una multinacional como Gestamp, ¡y después
dicen que se enfrentan a las corporaciones!”.
Los compañeros de Gestamp sintieron este golpe pero se mantuvieron en
pie de lucha. Este miércoles convocaron a una reunión muy importante en
el Hotel Bauen para discutir nuevas acciones (ver nota). La lucha de
los compañeros va a continuar. Nosotros reafirmamos el apoyo
incondicional de nuestro partido con la lucha de los obreros de Gestamp.