por : S. (militante de la Tendencia CLAIRE del NPA y miembro del grupo de simpatizantes de la FT-CI en Francia) Jueves 19 de marzo de 2009
La situación social y política en Francia está marcada por el desarrollo de la crisis económica mundial del capitalismo. Una huelga general acaba de conmover a las Antillas, los planes de despidos se multiplican, el gobierno debilitado prosigue con sus contrarreformas y la bronca de los trabajadores se amplifica.
Las luchas se desarrollan a pesar de la concertación de los burócratas con Sarkozy
La jornada de acción convocada por todas las centrales sindicales el 29 de enero fue respondida masivamente, expresada por tasas de huelguistas y un número de manifestantes (2.500.000) sin precedentes desde 2006 y una fuerte presencia de trabajadores privados, generalmente en retirada desde hace más de 25 años en este tipo de movilizaciones. Pero las direcciones sindicales, que no establecieron ninguna plataforma de reivindicaciones claras, se han negado a darle continuidad a esta acción, lo que hubiera permitido amplificar la movilización al extenderse la huelga a otros sectores que podrían haber actuado como un foco para organizar la huelga general.
Prefirieron adaptarse al calendario fijado por Sarkozy, aceptando diferir e ir a la “concertación” del 18 de febrero. Si bien el gobierno ha tirado algunas migajas, su objetivo sobre todo era el de asociar a las direcciones sindicales con la puesta en marcha de su supuesto “plan de reactivación”. Ante el aumento de la bronca obrera, los jefes sindicales no tenían otra alternativa que llamar a una nueva jornada de movilización, para no desacreditarse demasiado evidentemente ante los trabajadores. Pero la fijaron para el 19 de marzo, lo más lejos posible del 29 de enero, para darle tiempo al gobierno a terminar con la huelga general en Guadalupe, colonia francesa, y evitar el contagio a Francia. Sin embargo, desbordando a las direcciones sindicales mediante la realización de asambleas generales, la elección de delegados mandatados y coordinadoras nacionales, primero los docentes universitarios, a los que luego se suman los estudiantes, realizan una huelga prolongada e ilimitada desde el 2 de febrero, y han confluido con un número creciente de estudiantes, a pesar de la política anti huelga de la UNEF, principal sindicato estudiantil, ligado al Partido Socialista. A pesar de los esfuerzos del gobierno para terminarla, combinando pseudo negociaciones con los sindicatos amarillos para “reescribir” el proyecto y la represión a los más activos, el movimiento se mantiene globalmente, incluso fortaleciéndose entre los estudiantes y en parte radicalizándose con el bloqueo de un número creciente de universidades (alrededor de 44 a la fecha). En los hospitales, los trabajadores comenzaron a movilizarse contra la ley Bachelot. En el Correo, huelgas prolongadas, impulsadas desde la base por militantes combativos, a pesar de la oposición de todas las direcciones nacionales, y frecuentemente impulsadas por los jóvenes, se desarrollan en el departamento de Hauts-de-Seine y de l´Essonne. En el sector privado, las reacciones de los trabajadores frente a los planes de despidos se multiplican.
Los obreros de la STPM impiden los despidos mediante una huelga con piquetes
El líder mundial de la producción de baterías, Exide Technologies, ha decidido cerrar su fábrica en Auxerre y llevar su producción a España, Italia y Polonia, dejando en la calle a 350 asalariados. Los trabajadores reaccionaron con una huelga a reglamento y con la presencia de una guardia alrededor de la fábrica para impedir que se lleven las máquinas. El 29 de enero llevaron por la fuerza a su patrón a manifestar con ellos. A fines de febrero, la intersindical organizó un mitin en las puertas de la fábrica e invitó a Olivier Besancenot, muy aplaudido cada vez que tenía un lenguaje radical. En Clairoix, en l´Oise, el grupo alemán Schaefller anunció su decisión de cerrar la fábrica de neumáticos Continental, que emplea a 1.200 asalariados. Los obreros reaccionaron con la huelga el jueves, recibieron a su patrón tirándole huevos el viernes, y organizando una manifestación al comité de empresa en Reims el lunes. También los trabajadores de la fábrica Sony de Pontonx-sur-l´Adour han secuestrado a su patrón durante toda una noche para obtener mejores indemnizaciones por despido. Todo esto es un testimonio del aumento de la rabia obrera. Pero el límite de estas movilizaciones es que, en general, no tienen otra perspectiva que ésta. En este sentido, la acción más destacable es la de los obreros de la STPM, una pequeña fábrica de un grupo contratista automotor. No han peleado por mejores indemnizaciones, sino por impedir sus propios despidos. Y provisoriamente han ganado. Una huelga con piquete de 9 días de 22 de los 28 obreros de la fábrica obligó a ceder al patrón: la presión de Peugeot y de Renault, para los que la fábrica produce chasis, ha sido muy fuerte. Ni el chantaje del patrón por la deslocalización, ni la presión del prefecto (el representante del gobierno en el departamento) hicieron replegar a los obreros. Su ejemplo debe popularizarse para instalar en la conciencia de los trabajadores la idea de que es posible impedir los despidos con la lucha de clases. Hay que buscar centralizar estos combates dispersos. Finalmente, y más importante, es necesario comenzar a levantar la consigna de nacionalización sin pago ni indemnización bajo gestión obrera de las empresas automotrices como única solución, en última instancia, para impedir los despidos.
La huelga general en las Antillas: los trabajadores de las colonias muestran el camino a la clase obrera de Francia
La huelga general de los trabajadores de Guadalupe y Martinica ha constituido una poderosa respuesta obrera a la crisis, a las agresiones de Sarkozy, a la dominación de un puñado de patrones criollos y metropolitanos y del Estado colonialista francés. La definición de una plataforma de reivindicaciones precisas, la realización de un frente único de organizaciones políticas y sindicales, la preparación de éstapor medio de manifestaciones y mítines, el llamado a la huelga general, la realización de piquetes de huelga y la extensión de la huelga desde las grandes empresas hacia las pequeñas, son métodos ejemplares para la clase obrera de Francia. Sin embargo, la traición de los dirigentes de las centrales de la metrópoli que dejaron aislada a la huelga general, los esfuerzos del gobierno para pudrir el conflicto y los límites del método reformista de los dirigentes combativos de la UGTG y de la CGTG que la encerraron en un marco puramente económico, cuando los trabajadores de hecho empezaban a poner en marcha a la economía ellos mismos (distribución de acuerdo a las necesidades de gas, de nafta, etc.), hacen que el éxito sea solamente parcial. Esta es una de las razones por las que, si bien constituye una referencia para todos los trabajadores, no tuvo un efecto de contagio inmediato. Pero también, porque ninguna organización de la extrema izquierda, mientras saludaba esta lucha, levantó una orientación concreta para la preparación política de la huelga general en Francia.
La necesidad de un combate político por la huelga general
Es verdad que el NPA defiende correctamente la perspectiva de la huelga general y, en su visita de solidaridad a los trabajadores y al pueblo de Guadalupe, Olivier Besancenot ha levantado la necesidad de creación de “comités contra la explotación”, siguiendo el modelo del LKP. Pero, lamentablemente, la dirección del NPA no ha hecho nada para pasar de las palabras a los hechos. La Tendencia CLAIRE del NPA está proponiendo desde hace varias semanas a todo el NPA adoptar y poner en marcha concretamente esta orientación, es decir:
• Tomar la iniciativa de lanzar comités de preparación de la huelga general en todas las empresas y establecimientos en los que intervienen sus militantes. Se trata de reunir el máximo de trabajadores combativos para discutir las condiciones políticas de la huelga general, para convocar lo antes posible a asambleas generales y luchar con el objetivo de la huelga prolongada y la convergencia de las luchas como medios de ir concretamente hacia la huelga general.
• Proponer sin demoras a los comités de preparación de la huelga general, a los trabajadores reunidos en asambleas y a las organizaciones políticas y sindicales del movimiento obrero adoptar una plataforma reivindicativa inmediata unificadora.
• Satisfacción de las reivindicaciones de los trabajadores de Guadalupe, Martinica, Guyana y Reunión.
• No a la represión, retiro inmediato de las fuerzas represivas del Estado francés de todos los DOM-TOM (departamentod de territorios de ultramar, N.deT.).
• 300 euros de aumento mensual para todos los asalariados ya.
• Ningún despido ni cierre de empresas.
• Anulación de todas las supresiones de puestos en la función pública.
• Retiro de todas las contrarreformas en curso en el gobierno: Revisión General de Políticas Públicas (RGPP), cambio del estatuto del Correo, reforma de los liceos, decretos que modifican el estatuto de los profesores-investigadores y los concursos de los profesores, ley LRU, proyecto de ley Bachelot contra el hospital público, cierres y deslocalización de los servicios públicos útiles a la población.
• Regularización colectiva de todos los sans-papiers (sin papeles, trabajadores inmigrantes o hijos de inmigrantes, N.deT.)
• Combatir frontalmente la política de las direcciones sindicales, exigir que dejen su “concertación” con el gobierno y su táctica de “jornadas de acción” sin perspectivas; por el contrario, hay que luchar en todos nuestros sindicatos, en las asambleas generales y en los comités de preparación de la huelga general para exigirle a las direcciones sindicales del movimiento obrero (CGT, FO, FSU, Solidaires…) que retomen esta plataforma de reivindicaciones claras y precisas y llamen a los trabajadores a movilizarse inmediatamente, preparando y llamando a la huelga general en el plazo más breve.
Solamente con la condición de que esta perspectiva logre trazar un camino entre la vanguardia y los trabajadores movilizados, abriendo la vía para la prolongación de la huelga en uno o varios sectores significativos, el 19 de marzo podrá ser algo más que una nueva jornada de acción, que aunque seguramente será masiva, también será impotente si queda sólo como una jornada aislada y no como parte de un plan de lucha contra los planes del gobierno y la patronal.
La situación social y política en Francia está marcada por el desarrollo de la crisis económica mundial del capitalismo. Una huelga general acaba de conmover a las Antillas, los planes de despidos se multiplican, el gobierno debilitado prosigue con sus contrarreformas y la bronca de los trabajadores se amplifica.
Las luchas se desarrollan a pesar de la concertación de los burócratas con Sarkozy
La jornada de acción convocada por todas las centrales sindicales el 29 de enero fue respondida masivamente, expresada por tasas de huelguistas y un número de manifestantes (2.500.000) sin precedentes desde 2006 y una fuerte presencia de trabajadores privados, generalmente en retirada desde hace más de 25 años en este tipo de movilizaciones. Pero las direcciones sindicales, que no establecieron ninguna plataforma de reivindicaciones claras, se han negado a darle continuidad a esta acción, lo que hubiera permitido amplificar la movilización al extenderse la huelga a otros sectores que podrían haber actuado como un foco para organizar la huelga general.
Prefirieron adaptarse al calendario fijado por Sarkozy, aceptando diferir e ir a la “concertación” del 18 de febrero. Si bien el gobierno ha tirado algunas migajas, su objetivo sobre todo era el de asociar a las direcciones sindicales con la puesta en marcha de su supuesto “plan de reactivación”. Ante el aumento de la bronca obrera, los jefes sindicales no tenían otra alternativa que llamar a una nueva jornada de movilización, para no desacreditarse demasiado evidentemente ante los trabajadores. Pero la fijaron para el 19 de marzo, lo más lejos posible del 29 de enero, para darle tiempo al gobierno a terminar con la huelga general en Guadalupe, colonia francesa, y evitar el contagio a Francia. Sin embargo, desbordando a las direcciones sindicales mediante la realización de asambleas generales, la elección de delegados mandatados y coordinadoras nacionales, primero los docentes universitarios, a los que luego se suman los estudiantes, realizan una huelga prolongada e ilimitada desde el 2 de febrero, y han confluido con un número creciente de estudiantes, a pesar de la política anti huelga de la UNEF, principal sindicato estudiantil, ligado al Partido Socialista. A pesar de los esfuerzos del gobierno para terminarla, combinando pseudo negociaciones con los sindicatos amarillos para “reescribir” el proyecto y la represión a los más activos, el movimiento se mantiene globalmente, incluso fortaleciéndose entre los estudiantes y en parte radicalizándose con el bloqueo de un número creciente de universidades (alrededor de 44 a la fecha). En los hospitales, los trabajadores comenzaron a movilizarse contra la ley Bachelot. En el Correo, huelgas prolongadas, impulsadas desde la base por militantes combativos, a pesar de la oposición de todas las direcciones nacionales, y frecuentemente impulsadas por los jóvenes, se desarrollan en el departamento de Hauts-de-Seine y de l´Essonne. En el sector privado, las reacciones de los trabajadores frente a los planes de despidos se multiplican.
Los obreros de la STPM impiden los despidos mediante una huelga con piquetes
El líder mundial de la producción de baterías, Exide Technologies, ha decidido cerrar su fábrica en Auxerre y llevar su producción a España, Italia y Polonia, dejando en la calle a 350 asalariados. Los trabajadores reaccionaron con una huelga a reglamento y con la presencia de una guardia alrededor de la fábrica para impedir que se lleven las máquinas. El 29 de enero llevaron por la fuerza a su patrón a manifestar con ellos. A fines de febrero, la intersindical organizó un mitin en las puertas de la fábrica e invitó a Olivier Besancenot, muy aplaudido cada vez que tenía un lenguaje radical. En Clairoix, en l´Oise, el grupo alemán Schaefller anunció su decisión de cerrar la fábrica de neumáticos Continental, que emplea a 1.200 asalariados. Los obreros reaccionaron con la huelga el jueves, recibieron a su patrón tirándole huevos el viernes, y organizando una manifestación al comité de empresa en Reims el lunes. También los trabajadores de la fábrica Sony de Pontonx-sur-l´Adour han secuestrado a su patrón durante toda una noche para obtener mejores indemnizaciones por despido. Todo esto es un testimonio del aumento de la rabia obrera. Pero el límite de estas movilizaciones es que, en general, no tienen otra perspectiva que ésta. En este sentido, la acción más destacable es la de los obreros de la STPM, una pequeña fábrica de un grupo contratista automotor. No han peleado por mejores indemnizaciones, sino por impedir sus propios despidos. Y provisoriamente han ganado. Una huelga con piquete de 9 días de 22 de los 28 obreros de la fábrica obligó a ceder al patrón: la presión de Peugeot y de Renault, para los que la fábrica produce chasis, ha sido muy fuerte. Ni el chantaje del patrón por la deslocalización, ni la presión del prefecto (el representante del gobierno en el departamento) hicieron replegar a los obreros. Su ejemplo debe popularizarse para instalar en la conciencia de los trabajadores la idea de que es posible impedir los despidos con la lucha de clases. Hay que buscar centralizar estos combates dispersos. Finalmente, y más importante, es necesario comenzar a levantar la consigna de nacionalización sin pago ni indemnización bajo gestión obrera de las empresas automotrices como única solución, en última instancia, para impedir los despidos.
La huelga general en las Antillas: los trabajadores de las colonias muestran el camino a la clase obrera de Francia
La huelga general de los trabajadores de Guadalupe y Martinica ha constituido una poderosa respuesta obrera a la crisis, a las agresiones de Sarkozy, a la dominación de un puñado de patrones criollos y metropolitanos y del Estado colonialista francés. La definición de una plataforma de reivindicaciones precisas, la realización de un frente único de organizaciones políticas y sindicales, la preparación de éstapor medio de manifestaciones y mítines, el llamado a la huelga general, la realización de piquetes de huelga y la extensión de la huelga desde las grandes empresas hacia las pequeñas, son métodos ejemplares para la clase obrera de Francia. Sin embargo, la traición de los dirigentes de las centrales de la metrópoli que dejaron aislada a la huelga general, los esfuerzos del gobierno para pudrir el conflicto y los límites del método reformista de los dirigentes combativos de la UGTG y de la CGTG que la encerraron en un marco puramente económico, cuando los trabajadores de hecho empezaban a poner en marcha a la economía ellos mismos (distribución de acuerdo a las necesidades de gas, de nafta, etc.), hacen que el éxito sea solamente parcial. Esta es una de las razones por las que, si bien constituye una referencia para todos los trabajadores, no tuvo un efecto de contagio inmediato. Pero también, porque ninguna organización de la extrema izquierda, mientras saludaba esta lucha, levantó una orientación concreta para la preparación política de la huelga general en Francia.
La necesidad de un combate político por la huelga general
Es verdad que el NPA defiende correctamente la perspectiva de la huelga general y, en su visita de solidaridad a los trabajadores y al pueblo de Guadalupe, Olivier Besancenot ha levantado la necesidad de creación de “comités contra la explotación”, siguiendo el modelo del LKP. Pero, lamentablemente, la dirección del NPA no ha hecho nada para pasar de las palabras a los hechos. La Tendencia CLAIRE del NPA está proponiendo desde hace varias semanas a todo el NPA adoptar y poner en marcha concretamente esta orientación, es decir:
• Tomar la iniciativa de lanzar comités de preparación de la huelga general en todas las empresas y establecimientos en los que intervienen sus militantes. Se trata de reunir el máximo de trabajadores combativos para discutir las condiciones políticas de la huelga general, para convocar lo antes posible a asambleas generales y luchar con el objetivo de la huelga prolongada y la convergencia de las luchas como medios de ir concretamente hacia la huelga general.
• Proponer sin demoras a los comités de preparación de la huelga general, a los trabajadores reunidos en asambleas y a las organizaciones políticas y sindicales del movimiento obrero adoptar una plataforma reivindicativa inmediata unificadora.
• Satisfacción de las reivindicaciones de los trabajadores de Guadalupe, Martinica, Guyana y Reunión.
• No a la represión, retiro inmediato de las fuerzas represivas del Estado francés de todos los DOM-TOM (departamentod de territorios de ultramar, N.deT.).
• 300 euros de aumento mensual para todos los asalariados ya.
• Ningún despido ni cierre de empresas.
• Anulación de todas las supresiones de puestos en la función pública.
• Retiro de todas las contrarreformas en curso en el gobierno: Revisión General de Políticas Públicas (RGPP), cambio del estatuto del Correo, reforma de los liceos, decretos que modifican el estatuto de los profesores-investigadores y los concursos de los profesores, ley LRU, proyecto de ley Bachelot contra el hospital público, cierres y deslocalización de los servicios públicos útiles a la población.
• Regularización colectiva de todos los sans-papiers (sin papeles, trabajadores inmigrantes o hijos de inmigrantes, N.deT.)
• Combatir frontalmente la política de las direcciones sindicales, exigir que dejen su “concertación” con el gobierno y su táctica de “jornadas de acción” sin perspectivas; por el contrario, hay que luchar en todos nuestros sindicatos, en las asambleas generales y en los comités de preparación de la huelga general para exigirle a las direcciones sindicales del movimiento obrero (CGT, FO, FSU, Solidaires…) que retomen esta plataforma de reivindicaciones claras y precisas y llamen a los trabajadores a movilizarse inmediatamente, preparando y llamando a la huelga general en el plazo más breve.
Solamente con la condición de que esta perspectiva logre trazar un camino entre la vanguardia y los trabajadores movilizados, abriendo la vía para la prolongación de la huelga en uno o varios sectores significativos, el 19 de marzo podrá ser algo más que una nueva jornada de acción, que aunque seguramente será masiva, también será impotente si queda sólo como una jornada aislada y no como parte de un plan de lucha contra los planes del gobierno y la patronal.