Por Brayan Brenes
Desde hace poco más de 4 meses desde la LRS hemos venido desplegando una modesta pero intensa campaña política, propagandizando y agitando el tema de la necesidad de luchar contra las alzas energéticas como una cuestión central, de primera importancia para el movimiento de masas; y especialmente para los trabajadores del ICE. Este planteamiento de la oposición a las alzas energéticas, en el marco de la necesidad de una lucha más general contra la carestía de vida. Por ejemplo en enero publicamos un primer texto llamado “una propuesta a los sindicatos del ICE”, luego reproducimos masivamente “una propuesta a la asamblea general de trabajadores del ICE” realizada el 25 de febrero en la Conferencia Episcopal, para continuar precisamente en esa asamblea planteando en una moción en el sentido de “Convocar a una manifestación a la ARESEP a todas las organizaciones sindicales y políticas para el jueves 28 de febrero; y así repudiar el aumento tarifario solicitado por las jerarquías del ICE… bajo las consignas: ¡NO más alzas energéticas! ¡NO a la Agenda de Implementación!”[1]
Aunque las mociones propuestas por los militantes de la LRS fueron aprobadas por unanimidad por los trabajadores de base del ICE, las direcciones sindicales (todas juntas) de ASDEICE, SITET, ANTTEC y otras; no hicieron caso a nuestros llamados en el sentido de colocar como punto de partida para toda política de movilización para los trabajadores del ICE la oposición a los aumentos en las tarifas eléctricas. Este espíritu llevó a los dirigentotes de los sindicatos del ICE a sustituir la propuesta de movilización (mitín) en la ARESEP por un simple pronunciamiento contra las alzas, ya que afectarían “a la familia costarricense”, y se sustituyó además por una acción totalmente incoherente de movilización para el día 29 de febrero “para denunciar que supuestamente ese día acababa el plazo para aprobar las leyes de la Agenda de Implementación”, es decir; se sustituyó una acción que requería relativamente poca movilización de fuerzas (como la concentración en la ARESEP) pero de gran impacto político, por una política de “pronunciamientos” y de movilización, que ni siquiera se sabe si se cumplió pues no hubo una convocatoria oficial a participar en la tal movilización de “denuncia”.
El resultado de esta falta de claridad política y en buena medida de visión estratégica, llevó a los dirigentes sindicales del ICE a entregarle en bandeja de plata la delantera a los empresarios, que sí fueron a la ARESEP a oponerse a su manera a los aumentos; en el sentido de exigirle a la “autoridad reguladora” que eliminase los impuestos que ellos pagan por consumo de electricidad, y que de esa manera fuera la gente trabajadora la que pagara más por el consumo de electricidad. Es decir, sinistras intenciones movilizaron a los empresarios a oponerse al aumento general en las tarifas eléctricas, y las grandes ausentes en la cita fueron las organizaciones de los trabajadores del ICE. Todo esto ayudó para que el débil pero importante mitín del 10 de marzo en las afueras del ICE de la sabana, se hiciera sin la menor simpatía del conjunto del pueblo y bajo ejes completamente mal utilizados.
Aunque las mociones propuestas por los militantes de la LRS fueron aprobadas por unanimidad por los trabajadores de base del ICE, las direcciones sindicales (todas juntas) de ASDEICE, SITET, ANTTEC y otras; no hicieron caso a nuestros llamados en el sentido de colocar como punto de partida para toda política de movilización para los trabajadores del ICE la oposición a los aumentos en las tarifas eléctricas. Este espíritu llevó a los dirigentotes de los sindicatos del ICE a sustituir la propuesta de movilización (mitín) en la ARESEP por un simple pronunciamiento contra las alzas, ya que afectarían “a la familia costarricense”, y se sustituyó además por una acción totalmente incoherente de movilización para el día 29 de febrero “para denunciar que supuestamente ese día acababa el plazo para aprobar las leyes de la Agenda de Implementación”, es decir; se sustituyó una acción que requería relativamente poca movilización de fuerzas (como la concentración en la ARESEP) pero de gran impacto político, por una política de “pronunciamientos” y de movilización, que ni siquiera se sabe si se cumplió pues no hubo una convocatoria oficial a participar en la tal movilización de “denuncia”.
El resultado de esta falta de claridad política y en buena medida de visión estratégica, llevó a los dirigentes sindicales del ICE a entregarle en bandeja de plata la delantera a los empresarios, que sí fueron a la ARESEP a oponerse a su manera a los aumentos; en el sentido de exigirle a la “autoridad reguladora” que eliminase los impuestos que ellos pagan por consumo de electricidad, y que de esa manera fuera la gente trabajadora la que pagara más por el consumo de electricidad. Es decir, sinistras intenciones movilizaron a los empresarios a oponerse al aumento general en las tarifas eléctricas, y las grandes ausentes en la cita fueron las organizaciones de los trabajadores del ICE. Todo esto ayudó para que el débil pero importante mitín del 10 de marzo en las afueras del ICE de la sabana, se hiciera sin la menor simpatía del conjunto del pueblo y bajo ejes completamente mal utilizados.
Así desde aquel día 25 de febrero en la Conferencia Episcopal se valoró la petición de aumento de las jerarquías del ICE, así como la petición de los industriales de eliminar el pago de impuestos de su parte para el consumo a gran escala de energía eléctrica, el producto de esta combinación de solicitudes e intereses desembocaron en un aumento escalonado del 11% al 72% para las familias trabajadoras, y apenas un 22% para los empresarios que son los que sacan enormes ganancias por el uso a gran escala de la electricidad: en palabras simples la decisión de la ARESEP fue un descaro total.
¿Por qué creemos que la lucha contra las alzas energéticas debe ser una cuestión central?
En primer lugar creemos que la movilización y la resistencia obrera contra las tarifas debe ser central por la importancia económica y social que tienen los trabajadores del ICE para el país. No es lo mismo que un pequeño comerciante, un campesino o incluso un docente se oponga a las tarifas eléctricas; a que se opongan en primera línea los trabajadores encargados de la electricidad. Por otra parte, los trabajadores del ICE son quienes mantienen y distribuyen hacia prácticamente todo el país los servicios de energía eléctrica, telefonía e Internet; por tanto, colocar en movimiento este gran potencial (que definitivamente NO lo tiene ningún otro sector de los trabajadores) significaría una superioridad aplastante de fuerzas en la relación entre los trabajadores y la burguesía costarricense.
En segundo lugar, si bien es cierto que los precios de los bienes básicos vienen disparándose en el mercado; no se puede olvidar ni por un momento que el aumento más violento es el de las tarifas eléctricas que rondan el 11 y el 72%. Es el mayor aumento entre todos los bienes de consumo básico, inclusive que los transportes, los granos básicos, el pan y otros.
Pero hace falta estrategia política, hace falta no desaprovechar las condiciones
Si por lo menos los dirigentes sindicales del ICE hubieran ido a la ARESEP a oponerse a las tarifas eléctricas el 28 de febrero, por lo menos así se hubiera impuesto una oposición de clase –por débil que fuera- a semejantes aumentos; y por lo menos así los empresarios no se hubieran colocado a la delantera. Ir a la ARESEP a establecer una oposición desde aquel momento hubiese significado mejores condiciones hoy para enfrentar semejantes aumentos.
Desde la LRS creemos que la lucha contra las alzas energéticas todavía tiene un gran potencial movilizador, eso sí no reduciéndola a las marchas importantes pero conmemorativas como la del 1° de mayo, sino llevándola a la senda del paro y la huelga en los días laborales. Por otra parte la lucha contra los aumentos energéticos debe vincularse con los aumentos en el arroz, los granos, y otros bienes de consumo básico; que al dispararse en el mercado lo único que hacen es beneficiar a los grandes empresarios agroindustriales. Debe iniciarse una gran lucha nacional contra los aumentos energéticos y la carestía de vida, que ponga en pie verdaderos comités obreros y populares de control de precios, y comités para el control directo del ICE por parte de obreros y usuarios; solo de esta manera evitaremos que el ICE sea el botín de unos cuantos empresarios corruptos que se benefician con el aumento de tarifas a los trabajadores, y solo de esta manera lograremos frenar en seco los grandes negocios de los agroindustriales, preparándonos para la expropiación de los grandes terratenientes y explotadores del campo.
¿Por qué creemos que la lucha contra las alzas energéticas debe ser una cuestión central?
En primer lugar creemos que la movilización y la resistencia obrera contra las tarifas debe ser central por la importancia económica y social que tienen los trabajadores del ICE para el país. No es lo mismo que un pequeño comerciante, un campesino o incluso un docente se oponga a las tarifas eléctricas; a que se opongan en primera línea los trabajadores encargados de la electricidad. Por otra parte, los trabajadores del ICE son quienes mantienen y distribuyen hacia prácticamente todo el país los servicios de energía eléctrica, telefonía e Internet; por tanto, colocar en movimiento este gran potencial (que definitivamente NO lo tiene ningún otro sector de los trabajadores) significaría una superioridad aplastante de fuerzas en la relación entre los trabajadores y la burguesía costarricense.
En segundo lugar, si bien es cierto que los precios de los bienes básicos vienen disparándose en el mercado; no se puede olvidar ni por un momento que el aumento más violento es el de las tarifas eléctricas que rondan el 11 y el 72%. Es el mayor aumento entre todos los bienes de consumo básico, inclusive que los transportes, los granos básicos, el pan y otros.
Pero hace falta estrategia política, hace falta no desaprovechar las condiciones
Si por lo menos los dirigentes sindicales del ICE hubieran ido a la ARESEP a oponerse a las tarifas eléctricas el 28 de febrero, por lo menos así se hubiera impuesto una oposición de clase –por débil que fuera- a semejantes aumentos; y por lo menos así los empresarios no se hubieran colocado a la delantera. Ir a la ARESEP a establecer una oposición desde aquel momento hubiese significado mejores condiciones hoy para enfrentar semejantes aumentos.
Desde la LRS creemos que la lucha contra las alzas energéticas todavía tiene un gran potencial movilizador, eso sí no reduciéndola a las marchas importantes pero conmemorativas como la del 1° de mayo, sino llevándola a la senda del paro y la huelga en los días laborales. Por otra parte la lucha contra los aumentos energéticos debe vincularse con los aumentos en el arroz, los granos, y otros bienes de consumo básico; que al dispararse en el mercado lo único que hacen es beneficiar a los grandes empresarios agroindustriales. Debe iniciarse una gran lucha nacional contra los aumentos energéticos y la carestía de vida, que ponga en pie verdaderos comités obreros y populares de control de precios, y comités para el control directo del ICE por parte de obreros y usuarios; solo de esta manera evitaremos que el ICE sea el botín de unos cuantos empresarios corruptos que se benefician con el aumento de tarifas a los trabajadores, y solo de esta manera lograremos frenar en seco los grandes negocios de los agroindustriales, preparándonos para la expropiación de los grandes terratenientes y explotadores del campo.
[1] Propuesta de resoluciones a la asamblea general de trabajadores del ICE. Liga de la Revolución Socialista. En Clave Revolucionaria N°8. Lunes 25 de febrero de 2008.