Desde el 2005, la dirección general del ICE ha impulsado la construcción de una represa hidroeléctrica sobre el cauce medio del río General Superior, principal afluente del río Grande de Térraba, este proyecto ha sido llamado El Diquís, se caracteriza por ser el más grande entre los proyectos desarrollados y hasta el momento planeados, con 622 megavatios.
Pero no solo esto caracteriza este proyecto y el plan de construir por lo menos otras tres grandes represas (Reventazón, Savegre y Pacuare), pues según el discurso oficial estás servirán para "satisfacer la demanda" y "garantizar el abastecimiento de electricidad de aquí al 2021"[1], ya que según estas fuentes se ha vuelto insuficiente la labor del ICE, debido a que "nuestras hidroeléctricas son unos trastos viejos"[2]; esta dura ofensiva contra el ICE y la supuesta necesidad de construir represas gigantescas encubren los verdaderos motivos para contar con la producción de grandes cantidades de energía, aprovechando además los apagones sufridos en el país entre abril y mayo del 2007 para, además, descaradamente justificar las alzas en las tarifas de electricidad que golpean duramente a los trabajadores y al pueblo pobre, no así a los empresarios.
El Diquís: los grandes intereses empresariales le abren las puertas
El más grande sueño de la burguesía nacional en cuanto a negocios energéticos se vería concretado en este megaproyecto hidroeléctrico, el cual supera en 3,5 veces la capacidad de Angostura, la planta de mayor potencia en la actualidad. El Diquís junto con las hidroeléctricas Reventazón, Pacuare y Saavegre se han convertido en la columna vertebral del plan de expansión eléctrica, pero este plan no es de gran beneficio para los trabajadores y el pueblo pobre como lo han querido mostrar; los grandes ganadores con la concreción de estos proyectos son los empresarios; no por nada en el mes de marzo, en coordinación con el MINAE el gobierno decretó eliminar el tope a las concesiones para la cogeneración eléctrica privada; y es que como lo dijo Gilberto de la Cruz[3] (Director de Planificación del ICE) iniciarán con una "pequeña" participación privada, en la cual contratarán "toda la energía posible a los ingenios azucareros"[4]de los cuales, no hay que olvidar, es parte la familia Arias Sánchez.
El Diquís arrastra una gran cantidad de intereses económicos y políticos, aún sin estar terminados los estudios de impacto ambiental, Oscar Arias ya decretó de interés público su construcción, en las páginas 8 y 9 del diario oficial La Gaceta Nº 31 del 13 de febrero de 2008, se publicó el Decreto Ejecutivo Nº 34312-MP-MINAE que pone de manifiesto la entrada en vigor de la "Declaratoria de Conveniencia Nacional e Interés Público del P.H. El Diquís" y no sólo de este proyecto sino todos los proyectos de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. En este decreto se indica que "se requiere que los distintos órganos; y entes públicos brinden un trámite prioritario, expedito y efectivo a las gestiones del Instituto con la finalidad de asegurar la implementación oportuna del Proyecto",[5]
En este contexto y con estas grandes facilidades que se ofrecen, los empresarios muestran gran satisfacción, ya que la mayor parte de la energía producida será utilizada para la venta, el mismo de la Cruz, y el ministro de Energía Roberto Dobles, ya han hablado del interés de impulsar una ley marco de electricidad para así poder integrar a todos los productos eléctricos (públicos y privados) a un mercado mayorista de energía; ante esto el sector empresarial aplaude el rumbo que está tomando el ICE, el cual se ve acelerado hacia su privatización, ya que las represas construidas por los trabajadores serán puestas en manos privadas; todo esto se facilitaría totalmente con la aprobación de las leyes complementarias y el TLC.
Avanza la burguesía, y avanza el deterioro y sobreexplotación de los trabajadores
Para el gobierno y la burguesía nacional el único fin es satisfacer sus intereses económicos, los trabajadores que día a día entregan todas sus fuerzas para la concreción de estos proyectos son los menos beneficiados pero sí los más afectados. Con jornadas que muchas veces superan las 12 horas, labores que ponen en riesgo su vida y que ya en varios proyectos han terminado muertos. No sobra decir que miles de trabajadores se desempeñan en la construcción de los proyectos hidroeléctricos.
Mientras los obreros de construcción, mantenimiento, choferes (que en este caso laboran para patrones privados que son quienes perciben la ganancia) misceláneos, tuneleros, y sus familias tienen que sobrevivir y enfrentar las brutales alzas en las tarifas eléctricas y el costo de la vida con sólo 120 mil colones mensuales, las jefaturas se embolsan hasta dos millones de colones por mes, al mismo tiempo que el gobierno de los Arias y el conjunto del empresariado presenta en la propaganda tales proyectos de generación eléctrica como igualmente beneficiosos para todos los costarricenses. Es repugnante como tratan de engañar a nuestro pueblo pobre y trabajador, cuando los empresarios protagonizan una explotación sobre los trabajadores tan horrenda.
Mientras no logremos la unidad entre todos los trabajadores explotados por la patronal, la burguesía seguirá sobreexplotando la fuerza de trabajo para después simplemente desecharla y dejar a los trabajadores en peores condiciones.
Por todo lo que hemos dicho, los miles de trabajadores de proyectos, junto con los trabajadores de ICE Central debemos hacer una sola fuerza, un solo bloque que golpee duramente a la burguesía y así despojarla de lo que verdaderamente pertenece a la clase trabajadora y al pueblo pobre; para comenzar una batalla de más grande envergadura en donde el ICE y todas las empresas estratégicas sean puestas bajo control de sus propios obreros y usuarios; poniéndolo todo al servicio de la lucha por un gobierno de los trabajadores y el pueblo…
Pero no solo esto caracteriza este proyecto y el plan de construir por lo menos otras tres grandes represas (Reventazón, Savegre y Pacuare), pues según el discurso oficial estás servirán para "satisfacer la demanda" y "garantizar el abastecimiento de electricidad de aquí al 2021"[1], ya que según estas fuentes se ha vuelto insuficiente la labor del ICE, debido a que "nuestras hidroeléctricas son unos trastos viejos"[2]; esta dura ofensiva contra el ICE y la supuesta necesidad de construir represas gigantescas encubren los verdaderos motivos para contar con la producción de grandes cantidades de energía, aprovechando además los apagones sufridos en el país entre abril y mayo del 2007 para, además, descaradamente justificar las alzas en las tarifas de electricidad que golpean duramente a los trabajadores y al pueblo pobre, no así a los empresarios.
El Diquís: los grandes intereses empresariales le abren las puertas
El más grande sueño de la burguesía nacional en cuanto a negocios energéticos se vería concretado en este megaproyecto hidroeléctrico, el cual supera en 3,5 veces la capacidad de Angostura, la planta de mayor potencia en la actualidad. El Diquís junto con las hidroeléctricas Reventazón, Pacuare y Saavegre se han convertido en la columna vertebral del plan de expansión eléctrica, pero este plan no es de gran beneficio para los trabajadores y el pueblo pobre como lo han querido mostrar; los grandes ganadores con la concreción de estos proyectos son los empresarios; no por nada en el mes de marzo, en coordinación con el MINAE el gobierno decretó eliminar el tope a las concesiones para la cogeneración eléctrica privada; y es que como lo dijo Gilberto de la Cruz[3] (Director de Planificación del ICE) iniciarán con una "pequeña" participación privada, en la cual contratarán "toda la energía posible a los ingenios azucareros"[4]de los cuales, no hay que olvidar, es parte la familia Arias Sánchez.
El Diquís arrastra una gran cantidad de intereses económicos y políticos, aún sin estar terminados los estudios de impacto ambiental, Oscar Arias ya decretó de interés público su construcción, en las páginas 8 y 9 del diario oficial La Gaceta Nº 31 del 13 de febrero de 2008, se publicó el Decreto Ejecutivo Nº 34312-MP-MINAE que pone de manifiesto la entrada en vigor de la "Declaratoria de Conveniencia Nacional e Interés Público del P.H. El Diquís" y no sólo de este proyecto sino todos los proyectos de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. En este decreto se indica que "se requiere que los distintos órganos; y entes públicos brinden un trámite prioritario, expedito y efectivo a las gestiones del Instituto con la finalidad de asegurar la implementación oportuna del Proyecto",[5]
En este contexto y con estas grandes facilidades que se ofrecen, los empresarios muestran gran satisfacción, ya que la mayor parte de la energía producida será utilizada para la venta, el mismo de la Cruz, y el ministro de Energía Roberto Dobles, ya han hablado del interés de impulsar una ley marco de electricidad para así poder integrar a todos los productos eléctricos (públicos y privados) a un mercado mayorista de energía; ante esto el sector empresarial aplaude el rumbo que está tomando el ICE, el cual se ve acelerado hacia su privatización, ya que las represas construidas por los trabajadores serán puestas en manos privadas; todo esto se facilitaría totalmente con la aprobación de las leyes complementarias y el TLC.
Avanza la burguesía, y avanza el deterioro y sobreexplotación de los trabajadores
Para el gobierno y la burguesía nacional el único fin es satisfacer sus intereses económicos, los trabajadores que día a día entregan todas sus fuerzas para la concreción de estos proyectos son los menos beneficiados pero sí los más afectados. Con jornadas que muchas veces superan las 12 horas, labores que ponen en riesgo su vida y que ya en varios proyectos han terminado muertos. No sobra decir que miles de trabajadores se desempeñan en la construcción de los proyectos hidroeléctricos.
Mientras los obreros de construcción, mantenimiento, choferes (que en este caso laboran para patrones privados que son quienes perciben la ganancia) misceláneos, tuneleros, y sus familias tienen que sobrevivir y enfrentar las brutales alzas en las tarifas eléctricas y el costo de la vida con sólo 120 mil colones mensuales, las jefaturas se embolsan hasta dos millones de colones por mes, al mismo tiempo que el gobierno de los Arias y el conjunto del empresariado presenta en la propaganda tales proyectos de generación eléctrica como igualmente beneficiosos para todos los costarricenses. Es repugnante como tratan de engañar a nuestro pueblo pobre y trabajador, cuando los empresarios protagonizan una explotación sobre los trabajadores tan horrenda.
Mientras no logremos la unidad entre todos los trabajadores explotados por la patronal, la burguesía seguirá sobreexplotando la fuerza de trabajo para después simplemente desecharla y dejar a los trabajadores en peores condiciones.
Por todo lo que hemos dicho, los miles de trabajadores de proyectos, junto con los trabajadores de ICE Central debemos hacer una sola fuerza, un solo bloque que golpee duramente a la burguesía y así despojarla de lo que verdaderamente pertenece a la clase trabajadora y al pueblo pobre; para comenzar una batalla de más grande envergadura en donde el ICE y todas las empresas estratégicas sean puestas bajo control de sus propios obreros y usuarios; poniéndolo todo al servicio de la lucha por un gobierno de los trabajadores y el pueblo…
[1] La Nación, 9 de febrero de 2008. Sección: El País. Pág. 4A
[2] Óscar Arias al ser entrevistado sobre el tema de la generación de energía eléctrica y el Instituto Costarricense de Electricidad dijo: “Unos trastos viejos son nuestras plantas térmicas, con más de 30 años… está esa actitud de no dejar hacer las cosas. Hoy estamos pagando esa negligencia. Prevaleció un espíritu ideológico estatista, de que solo el ICE genere electricidad, y no el sector privado. Esto tiene que acabar ya.” La Nación. Domingo 29 de abril de 2007.
[3] Op, cit. Nación, 9 de febrero…
[4] Ídem,
[5] Diario Oficial La Gaceta, 13 de febrero de 2008. Pág. 8
[2] Óscar Arias al ser entrevistado sobre el tema de la generación de energía eléctrica y el Instituto Costarricense de Electricidad dijo: “Unos trastos viejos son nuestras plantas térmicas, con más de 30 años… está esa actitud de no dejar hacer las cosas. Hoy estamos pagando esa negligencia. Prevaleció un espíritu ideológico estatista, de que solo el ICE genere electricidad, y no el sector privado. Esto tiene que acabar ya.” La Nación. Domingo 29 de abril de 2007.
[3] Op, cit. Nación, 9 de febrero…
[4] Ídem,
[5] Diario Oficial La Gaceta, 13 de febrero de 2008. Pág. 8