Por Diana Assunção, directora del Sintusp y Alexandre Guimarães, delegado del Comando de Huelga, presos políticos de la USP
La huelga de los estudiantes de la Universidad de San Pablo (USP) ha sido un ejemplo, en primer lugar por la constitución de un Comando de Huelga con delegados electos y revocables en las asambleas de curso, y también porque hay importantes sectores estudiantiles que buscan vincular la lucha contra la policía dentro de la universidad con la represión policial que sufren cotidianamente los trabajadores y la población pobre en los barrios y favelas. El movimiento democrático en apoyo a los estudiantes no deja de crecer, como se expresó en el texto publicado por renombrados profesores en la Folha de San Pablo, uno de los más importantes diarios del país.
Aún así, es urgente que este movimiento ponga como un eje central la campaña por la anulación de las averiguaciones policiales contra los 73 presos políticos de la USP y por el retiro de todos los procesos contra estudiantes y trabajadores. El PSOL y el PSTU, que dirigen las principales entidades estudiantiles, han tenido la política de, por un lado vaciar y boicotear el Comando de Huelga, no reconociéndolo como organismo democrático de lucha de los estudiantes, y por otro lado han insistido en el debate de “más seguridad” en la USP, adaptándose al sentido común general de los estudiantes.
En este sentido, como decía la prensa, las alas de los “moderados” y de los “radicales” se diferencian tanto por los objetivos de la huelga, cuanto por los métodos y por la estrategia. Si la política del PSOL y del PSTU no lleva a la huelga a un “desvío” del tipo “reformar el convenio de la Policía Militar con la USP”, podrá llevar al vaciamiento lento de la huelga hasta que deje de existir. Entre la llamada ala de los radicales, donde se organizan los sectores más combativos, también hay diferencias de estrategia sobre transformar los métodos, como la ocupación y los piquetes, pero principalmente sobre el contenido de la consigna Fuera la Policía Militar de la USP, a la cual nosotros buscamos llenarla de contenido no corporativo ni elitista.
Pero para que esta huelga se fortalezca, es necesario profundizar sus elementos de democracia, como el Comando de huelga, forjar un ala anti-policía fuerte entre los sectores de vanguardia y construir la más amplia campaña por el retiro de los procesos contra los 73 presos políticos, que se suman a la persecución a los luchadores de la Universidad Federal de Rondonia, a centenas y miles de estudiantes chilenos que han sido criminalizados. Con esta perspectiva, que nosotros a través de la Agrupación Juventud a las Calles actuando al lado de decenas de activistas, y del Sindicato de Trabajadores de la USP que apoya firmemente la lucha de los estudiantes, buscamos abrir un debate de estrategias dentro de este movimiento para que la defensa de los 73 sea una cuestión de principio para todos los estudiantes en esta lucha contra el Rectorado de la USP y el gobierno del Estado.
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El PSTU es el principal grupo de la LIT, cuya sección costarricense es el MAS.