domingo, 30 de septiembre de 2012
Huelga General paraliza Grecia contra el nuevo ajuste
Por Diego Dalai y Juan Andrés Gallardo
La huelga general con grandes movilizaciones y combativos choques callejeros contra la represión policial han vuelto a Grecia. El 25/9 se realizó la primera huelga general al recientemente electo gobierno del conservador Antonis Samarás y el verano europeo parece tener un final abrupto. Los trabajadores y el pueblo griego dejaron en claro que no existe “luna de miel” con el gobierno que asumió hace solo tres meses y ante el anuncio de un nuevo ajuste volvieron a salir a las calles. Desde muy temprano 5.000 policías se apostaban en la plaza Syntagma y sus alrededores. La movilización superó las 70.000 personas y se produjeron enfrentamientos que terminaron con más de 120 detenidos y varios heridos.
Nuevos recortes en una delicada situación política
Esta nueva huelga general que paralizó el país fue convocada por las dos principales centrales sindicales contra un nuevo recorte de 13.500 millones de euros que prepara el gobierno en respuesta a las exigencias de la Troika (FMI, BCE y UE). Se trata de destrabar una nueva partida por 31.000 millones de euros del rescate financiero acordado en 2011 (por un total de 130.000 millones). El plan incluye elevar la edad de jubilación a 67 años y más recortes de salarios y pensiones. Así todo, los emisarios de la Troika abandonaron el país porque les parece poco el ajuste (exigían 15.000 millones) y la UE deberá dar el visto bueno al plan en una reunión a realizarse el 8/10.
En el marco de una creciente pobreza, desocupación y precarización laboral, los nuevos recortes pueden erosionar rápidamente la escasa legitimidad del nuevo gobierno. Recordemos que el derechista partido de Samarás, Nueva Democracia, ganó las elecciones con solo el 29,9% de los votos y pudo formar gobierno con el apoyo del desprestigiado PASOK (Partido Socialista), que venía de pasar el ajuste durante los últimos años, e Izquierda Democrática (DIMAR).
El propio ministro de Finanzas griego, el tecnócrata Yannis Sturnaras, alertó que los nuevos recortes pueden poner en peligro la estabilidad del gobierno y sus socios del PASOK y DIMAR manifestaron “reservas” frente a los ajustes.
Descargan la crisis sobre los trabajadores y el pueblo
La economía griega ya lleva 5 años consecutivos de recesión y su PBI ha caído desde entonces más del 30%. Los capitalistas vienen descargando esta crisis sobre las espaldas obreras y populares. A pesar de una dura resistencia que incluyó 18 huelgas generales, grandes movilizaciones sistemáticamente reprimidas y el surgimiento de una combativa juventud en las calles, los planes de ajuste han logrado imponerse hasta ahora con recortes salariales y de pensiones, cientos de miles de despidos y el intento de privatizar las mayores empresas estatales. Esto no se debe a la falta de disposición a la lucha de los trabajadores y el pueblo griego, sino al rol conciliador de las dos principales centrales sindicales, GSEE y ADEDY (ligadas mayoritariamente al PASOK), que sólo llaman a huelgas aisladas, sin continuidad, actuando como mecanismo de presión para negociar los ajustes en lugar de llamar a una huelga general por tiempo indeterminado para acabar con los recortes y las coaliciones de gobierno que los aplican.
A la pérfida política de las dos principales centrales sindicales se suma el Partido Comunista con su central sindical, PAME, que tras una política autoproclamatoria se vino negando en los últimos años a llamar a acciones coordinadas con los sindicatos mayoritarios. De esta manera impidieron durante todo este tiempo que la lucha pegara un salto, sobre todo durante la caída de Papandreu (PASOK) en 2011, para derrotar los planes del gobierno y pasar a la ofensiva para que la crisis la paguen los capitalistas. Ese momento de aguda crisis se resolvió con la imposición de un gobierno "técnico" (no votado en elecciones sino puesto por los banqueros y capitalistas nacionales y extranjeros) encabezado por Lucas Papademos que gozó de unos pocos meses de "impasse" en la explosiva situación griega producto de las expectativas que millones pusieron en las elecciones de mayo de 2012 donde lo novedoso fue la importante elección de la coalición reformista Syriza que se transformó en la segunda fuerza electoral.
Por una salida obrera independiente
Esta coalición centroizquierdista defiende la permanencia de Grecia en el euro, y apostaba a renegociar mejores condiciones con la Troika, manteniendo intacta la subordinación del país a las condiciones de la Unión Europea. Más allá del discurso demagógico que pueda tener, su política no era más que la de intentar negociar las condiciones del mismo ataque que hoy aplica el gobierno de Samarás. La otra salida capitalista a la que algunos, como el PC, apuestan, la salida del euro y la vuelta al dracma que incluiría una fuerte devaluación monetaria, no significa ninguna alternativa para las masas.
Los trabajadores y el pueblo pobre están dando muestras nuevamente de que les sobran fuerzas para enfrentar la ofensiva capitalista. Para vencer, deben orientarse hacia una salida independiente y de clase para que la crisis la paguen los capitalistas. Frente a lo que parece ser el inicio de un “otoño caliente” que recorre Europa, con importantes marchas antigubernamentales en el Estado español y multitudinarias movilizaciones en Portugal, que hicieron retroceder el ajuste del gobierno de Passos Coelho, es indispensable que la lucha por una salida obrera, tanto en Grecia como en el resto de los países, esté íntimamente ligada a la perspectiva de los Estados Unidos Socialistas de Europa.
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