Por Bryan Brenes
El viernes 4 de mayo fue juramentado Henning
Jensen como nuevo Rector de la Universidad de Costa Rica. Su asunción se da
varios meses después de haber salido por la puerta “trasera” como Vicerrector
de Investigación de la administración de Yamileth González, que utilizó
términos como el de “traición” para referirse a las declaraciones que el hoy
Rector brindó a algunos medios en relación a los pactos logrados con el Banco
Mundial.
La administración de Jensen, posiblemente se
desarrollará en palalelo a la configuración de una nueva situación política,
tanto en el plano nacional como internacional. Lo anterior porque al mismo
tiempo que a nivel internacional la crisis económica empeora, suscitando casi
que todo tipo de fenómenos políticos (desde los Indignados, hasta los Occupy
Wall Street en Europa y Norteamérica respectivamente) en Costa Rica el gobierno
intenta con todo reducir el déficit fiscal, recargando el “faltante” de
recursos del Estado sobre los hombros de los trabajadores y los sectores de
clase media, que de una u otra manera están relacionados con la Universidad.
Este hecho, es muy probable que repercuta, a favor o en contra de la nueva
administración de la UCR, y quizás, sobre el conjunto de universidades
estatales.
POR LA RUPTURA DE LOS ACUERDOS CON EL
BANCO MUNDIAL Y POR UNA UNIVERSIDAD AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES Y SUS HIJOS
El señor Jensen dijo hace unos meses que el
Banco Mundial “Es un banco que otorga dinero condicionado a la aplicación de políticas
públicas que él define según su visión de mundo”, que “Es un banco que tiene al
mundo en su mira y una concepción perfectamente articulada, aunque no
necesariamente afortunada, de la educación superior” y que “es un instrumento
para alcanzar fines políticos.”[1]
Partiendo de esas definiciones anteriores y
contra toda ingenuidad Jensen alertaba que “un crédito para las universidades públicas
ha de engarzar con las políticas expresas de este organismo y responder a sus
lineamientos (…) [y que este] no es el primer ensayo del Banco Mundial en esta
materia. Por el contrario, su experiencia es vasta y en algunos países le ha
dado forma y contenido a su sistema educativo; por ejemplo en Chile (…)”.[2]
Aunque Jensen no planteó estas posiciones
durante la negociación del FEES o frente a los representantes del Banco
Mundial, son declaraciones progresivas muy concretas con las que se puede
coincidir en términos generales. Ahora bien, de lo que se trata es de que no
queden como meras proclamas retóricas (preelectorales) y que se conviertan en
un estandarte en la defensa de la educación pública, contra este Banco
imperialista y contra el gobierno que busca por todos los medios como asfixiar
la educación y dejarla reservada solo para los sectores más acomodados de la
sociedad.
Si no quiere imitar el ejemplo de las
Universidades chilenas, donde los estudiantes muchas veces terminan pagando
decenas de miles de dólares al año por acceder a la educación, la UCR debe ser
convertida en un verdadero centro de conocimiento y cultura para los trabajadores,
los sectores populares y sus hijos; en contraste con la visión que promueve el
BM y los sectores de la burguesía nacional que pretenden que la Universidad se
encuentre exclusivamente al servicio de lo que ellos llaman “los sectores
productivos”, es decir, empresariales.
El Banco Mundial, creemos que no está de más
decir, es en el encargado de hacer las “recomendaciones” necesarias a los
países semicoloniales como Costa Rica en la dirección de que se realicen todos
los gastos posibles en carreras vinculadas con la tecnología o las ingenierías,
y que así las grandes corporaciones multinacionales tengan una garantía para
penetrar en nuestros países y explotar su mano de obra barata. Desde ya que
este modelo de universidad se opone por el vértice a un modelo para los
trabajadores y los sectores populares.
Entre el déficit fiscal, los acuerdos con
el BM y la Ley para el Manejo Eficiente de las Finanzas Públicas
Como producto de la crisis capitalista
mundial en algunos momentos la economía costarricense se ha contraído,
afectando la recaudación tributaria y en consecuencia al conjunto de las
finanzas estatales. Esta situación llevó en un primer momento al gobierno de
Chinchilla a intentar imponer nuevos impuestos vía el Plan de Solidaridad
Tributaria (Plan Fiscal), pero, ante el fracaso de éste ha intentado reencauzar
la estrategia para lograr una mayor recaudación, y pretende hacerlo a través de
recortes al presupuesto de las instituciones públicas, así como del
establecimiento de nuevas reglas para disponer de los superávits de estas
instituciones.
Este es el caso de la Ley para el Manejo
Eficiente de las Finanzas Públicas, que busca entre otras cosas que
instituciones autónomas como las Universidades puedan redirigir sus superávits
hacia el gobierno central, además de poder aumentar con mayor flexibilidad el
costo de matrículas, cursos y otros “servicios”, con tal de lograr generar un
mayor volúmen de recursos propios.
La estabilidad financiera de la UCR “por
los próximos 42 años” y los problemas de depósitos para los becados
Durante
la ceremonia de traspaso de poderes, la señora Yamileth González dijo que su
administración fue tan buena “que garantiza estabilidad financiera en los
próximos 42 años”,[3] en una aseveración
bastante temeraria ya que de esa estabilidad no goza ni el país ni las
principales economías del mundo, atenazadas más bien por la incertidumbre
frente a la peor crisis económica desde los años ’30. Si la afirmación de
González fuera real, estaríamos hablando de una Universidad de nuevo tipo, “a
prueba de todo” y con una estabilidad superior incluso a la de la Unión
Europea, que se debate si podrá continuar o no en pie dependiendo de lo que
ocurra en Grecia.
Más
allá de las afirmaciones de doña Yamileth, lo cierto es que los recortes de
presupuesto en algunas carreras ya comenzaron, lo que se refleja por una parte
en la carencia de profesores para algunos cursos, y el cierre de grupos como
sucedió con el curso de Inglés en la Facultad de Letras, con más de 15 grupos
que fueron clausurados a inicio de semestre.
Pero
esto no es todo, sino que en el marco de la nueva administración encabezada por
Jensen, han comenzado a desarrollarse problemas en los depósitos para miles de
becados 11, lo que en cierta medida constituye una señal del nuevo contexto que
podría abrirse en la universidad, por lo menos en la relación entre el
movimiento estudiantil y las autoridades de la casa de estudios.
Tanto
el recorte de presupuesto según la “productividad” de la carrera, así como el
cierre de grupos, la falta de profesores o cupos, así como los problemas en
depósitos; tienen una razón común, y es el nuevo curso que viene tomando la UCR
desde la firma de los acuerdos del FEES, que exigen minimizar los gastos y
maximizar las ganancias, tal cual si se tratara de una empresa neoliberal; que
es lo que aconseja el Banco Mundial.
A
la vez que es necesario luchar por depósitos iguales al salario mínimo de un
trabajador que permitan estudiar y vivir dignamente a los becados 11, y a la
vez que es necesario poner la UCR al servicio de los trabajadores y sus hijos,
garantizando cursos, cupos y el financiamiento correcto de las diversas
carreras; es urgente obligar al señor
Jensen a que sea consecuente con sus denuncias de intromisión del Banco Mundial
en la autonomía universitaria, y que exija una nueva negociación del FEES al
gobierno, lo que conlleva tirar abajo la Ley para el Manejo Eficiente de las
Finanzas Públicas donde se concentran las “recomendaciones” del BM no solo en
contra de la autonomía de la UCR, sino del conjunto de instituciones públicas.
Esta
lucha si bien es cierto requiere de la unidad más amplia para librarla, solo
podrá desarrollarse con la movilización independiente de los trabajadores y
estudiantes de la UCR y demás universidades; y será la única garantía de lograr
detonar una poderosa lucha contra la injerencia del BM y de parar la arremetida
que viene organizando el gobierno bajo la excusa del déficit fiscal.
[1]
Jensen Pennington, Hening. El Banco Mundial y la Autonomía Universitaria.
Diario Extra. 4/10/2011.
[2]
Íbidem.
[3]
Villegas, Jairo. Que la ‘U’ no se duerma en los laureles, dice el nuevo Rector.
La Nación. 19/5/2012.