Por Tonia Tumánovich
La defensa del ICE como institución pública ha sido producto de duras luchas por parte de sus trabajadores de base y del pueblo. Hoy la situación nacional (atravesada de lado a lado por el TLC) obliga a que sus trabajadores y el pueblo pobre y explotado se sigan manteniendo en pie de lucha por la defensa del ICE, el cual ha sido duramente atacado por parte de la burguesía a través de sus medios de prensa y televisión.[1] Pero esta lucha no inicia ni acaba con el TLC, es una gran lucha que se debe dar para lograr una verdadera institución que beneficie por igual a todos los trabajadores y los pobres, lo que únicamente se puede lograr poniéndola bajo control directo de obreros y usuarios. Ya que aunque público, el ICE sigue siendo parte de un estado burgués.
Poco a poco se han ido llevando adelante políticas privatizadoras por parte de las altas cúpulas al servicio de la burguesía y de grandes intereses económicos y políticos. A lo interno de esta institución funcionan las Unidades Estratégicas de Negocios (UEN), que no son más que secciones privadas; las cuales "administran" un total de seis áreas (Centro Nacional de Planificación Eléctrica, Centro Nacional de Control de Energía, Servicio al cliente, Transporte de Electricidad, Proyectos y Servicios Asociados), allanándole el camino a la pretensión de la privatización total del servicio. Es decir, crecientemente de manera solapada, el capital privado va profundizando su dominio en cuanto a la infraestructura del ICE.
Los trabajadores al servicio de estas Unidades, son contratados como "funcionarios privados pero pagados con fondos públicos", lo cual hace que se encuentren en una situación de exposición total al deseo de la patronal y cómo esta les aplique las leyes; ya que en la mayoría de las ocasiones ven coartados sus derechos bajo la mampara de "funcionarios privados".
¿Cuál es la realidad de los obreros dentro de los Proyectos Hidroeléctricos?
Antes y después de que un proyecto sea declarado como tal, son miles los trabajadores que se encuentran en los diferentes frentes de trabajo, pero son muy pocos los que han sido contratados con plaza por el ICE, los obreros son contratados y pagados por horas, asegurándose de esta manera que en cualquier momento pueden ser despedidos sin previo aviso; además que cuando un proyecto llega a su fin o bajan su presupuesto son esos miles de trabajadores los que quedan desempleados.
La situación en que viven los obreros en estos frentes es de inseguridad constante, ya que mientras un proyecto no sea declarado como tal y solamente se estén realizando los "estudios previos" (de hasta más de cinco años); no se les brinda en la realidad equipos de seguridad para llevar adelante sus labores; sin exponer a peligros constantes su estado físico y su propia vida. Esto último se refleja en la cantidad de heridos y hasta muertos que se han dado durante la construcción de varios de los Proyectos Hidroeléctricos.
En el caso de los vehículos utilizados, se recurre a "contratar los vehículos", pagándoles sumas exorbitantes a los dueños privados de los mismos aunque durante todo el día el vehículo esté parqueado en el campamento, ya que le reconocen una cantidad base de kilometraje. Los propietarios lógicamente son quienes contratan a los choferes; haciéndolo en condiciones asfixiantes, sin el pago de horas extras aunque en ocasiones tengan que laborar hasta horas de la madrugada. Estos trabajadores no son reconocidos como parte del ICE por lo que no se les da el derecho a viáticos o servicio de soda sin tener que pagarlo de su salario. El servicio de alimentación, para el grueso de la masa obrera es considerado un "beneficio", y no un derecho, dejando así al deseo de la patronal el acceso de los obreros y las obreras a él.
En general la inocente condición laboral de “trabajadores privados” genera una serie de cadenas de explotación sobre el conjunto de trabajadores: obreros no calificados, profesionales, choferes, y otros; aprovechándose de esto únicamente la jerarquía patronal. Por eso una medida básica para mejorar la vida cotidiana diaria de varios miles de trabajadores, consiste en que sean contratados directamente y en plaza por el ICE; con todos los derechos económicos y políticos que de esta condición se derivan. El ICE, debe comprar sus propios autos, construir grandes comedores para sus obreros y la comunidad; y debe equipar a sus trabajadores de los equipos necesarios para proteger su vida y su salud.
Ante esta realidad, debemos comprender lo más claramente posible las condiciones en las que se debe dar la lucha de la clase obrera del ICE. La medida mínima de contratación directa y construcción y compra de infraestructura, será sostenible solo si se complementa con la medida de un ICE bajo control obrero y de sus usuarios. Por supuesto en la perspectiva de acabar con la subordinación y explotación por parte de la burguesía; asegurándonos una institución de los trabajadores y del pueblo pobre.
¡Por un ICE bajo control obrero y de usuarios!
¡Por la contratación directa y permanente por parte del ICE de los trabajadores y trabajadoras de proyectos! ¡Que la alimentación, hospedaje y transporte sean convertidos en derechos inviolables de los trabajadores y las trabajadoras!
[1] Estos ataques se pueden analizar en detalle a través de toda la ofensiva contra el ICE, lanzada por la burguesía y el gobierno después de los apagones nacionales que comenzaron el pasado 19 de abril. Ver: “Sí a la Participación Privada en la Generación Eléctrica (Extracto del Discurso Presidencial, 1 de mayo de 2007”, La Nación, Domingo 6 de mayo de 2007, P 9 A; “Entrevista a Óscar Arias, La Nación, Domingo 29 de abril de 2007, P 4-5 A.” Entre otros artículos. Nota Editorial.
En Clave Revolucionaria N°3 (LRS), julio de 2007.
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