Por Irina Conti
El pasado lunes 26 de marzo, se realizó un aumento desproporcionado en las tarifas de los buses de la ruta Alajuela-UCR, pasando de trescientos veinticinco a cuatrocientos veinte colones, de modo que se aumentó en casi cien colones el pasaje.
Este aumento en los servicios de transporte, también ha afectado a otros compañeros provenientes de Heredia, y de Pavas.
Esta medida se realizó según los intereses empresariales, sin tomar en consideración la situación económica y las necesidades del conjunto de los estudiantes, los cuales se ven afectados directamente, mientras que un sólo empresario adquiere grandes beneficios.
Sin embargo, los buses no poseen las condiciones adecuadas, o mínimas para el transporte. Ya que se trata de vehículos muy antiguos con poco espacio, y en mal estado (en muchos de los casos tienen goteras). Y además las personas encargadas de realizar este servicio exceden la cantidad de pasajeros, de manera que las personas deben ir de pie, en las gradas e incluso en la ventana del chofer, sólo por mencionar algunos ejemplos. Con lo cual se pone en peligro la integridad física de los estudiantes y funcionarios que viajan todos los días.
Es evidente que este aumento constituye una medida perjudicial para todos los estudiantes, ya que significa un esfuerzo económico mucho mayor por parte de los estudiantes y de las familias mismas. Resultando al mismo tiempo, en una situación excluyente para muchos compañeros que no tienen las posibilidades de asistir a la Universidad. En ese sentido, se obstaculiza el acceso mismo a la Universidad. El cual ya ha estado limitándose en otros aspectos tales como; la disminución del apoyo económico de los estudiantes becados, así como la alimentación y las residencias estudiantiles, sumado a un incremento del valor de los créditos que se presenta año con año.
De modo, que el aumento en las tarifas del transporte, agrava aún más la situación de los estudiantes, y repercute en el acceso a los estudios universitarios, y por ende violenta el derecho a la educación.
Ante esta situación es importante cuestionar el tipo de acciones que se han llevado a cabo para solucionar este problema.
Primeramente, ante el descontento manifestado por los estudiantes, se realizaron dos asambleas, una el viernes 30 de marzo, y la otra el día lunes 9 de abril, en las afueras de la Federación de Estudiantes, en donde se acordó la formación de comisiones para trabajar al respecto (comisión de divulgación, jurídica, entre otros), y a la vez se dispuso una reunión con el empresario Cruz Campos.
A pesar de la realización de dichas asambleas y la formación de una serie de comisiones, el descontento por parte de los estudiantes continúa, y la situación desfavorable no ha presentado aún ningún cambio.
Esto quizá porque no se ha propiciado un movimiento de estudiantes, que tenga peso y que signifique realmente una medida de presión, para los empresarios. Asimismo, se ha dado un acaparamiento de la lucha, por parte de ciertos grupos, lo cual no ha permitido incorporar verdaderamente en la toma de decisiones al los estudiantes afectados, ni se ha fomentado la participación de los mismos, la cual es fundamental.
En ese sentido, las medidas que se han tomado hasta el momento, no han dado lugar a propuestas claras y a soluciones prontas, sino que se han traducido en una prolongación de trámites para resolver el problema (burocratización), así como en dependencia del resto de los estudiantes hacia las personas que oficialmente se encargan de dirigir y a la vez en una pérdida de interés o desmotivación por parte de los estudiantes afectados, debilitando la lucha. Así, ha pasado ya un mes y aún no se ha logrado avanzar, de ahí la necesidad de una verdadera integración de los compañeros, y a la vez plantear objetivos y medidas claras, propiciando un diálogo abierto, y un compromiso con las necesidades de los estudiantes.
En Clave Revolucionaria N°2, mayo de 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario