sábado, 1 de octubre de 2011

Bolivia: El paro nacional de la COB nacionaliza el conflicto y abre importante crisis política


por Javo Ferreira
www.ft-ci.org

El domingo 25/9, luego de la brutal represión del MAS contra la VIII marcha indígena, se abrió una importante crisis política. Renunciaron la Ministra de Defensa, el Ministro de Gobierno y dos vice ministros, y al distanciamiento de varios cuadros medios del aparato de gobierno. Televisada por algunos canales, se vio detener a cientos de indígenas, golpeados, enmanillados y amordazados, separando en forma criminal a los niños de sus familias. Inmediatamente, en las principales ciudades del país se generalizaron y robustecieron las vigilias en apoyo al TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure, donde viven tres pueblos originarios, Chimanes, Yuracares y Moseten), se produjo un bloqueo movilizado en San Borja que obligó a la policía a retroceder con cientos de detenidos luego reconducidos a Rurrenabaque donde aviones de la fuerza aérea los trasladarían a Trinidad. Sin embargo, se produjo una revuelta popular que terminó con la huida de la policía y la liberación de casi 300 indígenas que fueron atendidos por la población en la plaza principal del pueblo. El pueblo de Rurrenabaque, impidió la salida de aviones o la llegada de otros con una impresionante alfombra humana en las pistas del aeropuerto local.

¿Qué defienden los indígenas del TIPNIS?

La demanda indígena, cuestiona los planes imperialistas de las trasnacionales para la región, el programa IIRSA, (elaborado a fines de los 90’ por los gobiernos neoliberales de la región que busca la integración en infraestructura para desarrollar el comercio entre los dos océanos) así como también las intenciones de petroleras de explotar hidrocarburos y de madereras que ven una fuente de millonaria en el TIPNIS. No es solo una cuestión ecológica, ni romanticismo indígena, sino la resistencia de importantes sectores populares contra la voracidad imperialista y el consentimiento gubernamental. Atrás quedó la retórica descolonizadora, democrática y popular, dando paso a las viejas prácticas pro imperialistas y colonizadoras como las del MNR luego del ‘52, de avanzar destruyendo pueblos, culturas, derechos y ecología al servicio de las petroleras, de los traficantes de maderas y especies y de un plan de desarrollo regional que tiene a Bolivia solo como lugar de tránsito y como proveedor de materias primas. Las acusaciones sostenidas por el gobierno y la complicidad del PCB y PCML (maoísta) de que la marcha estaría manipulada por EEUU y la derecha para deslegitimarla, no se sostienen por ningún lado, ya que el IIRSA no solo beneficia a las trasnacionales y burguesías locales que comercian entre los dos océanos, sino que está financiado por los gobiernos locales y la CAF, BID y BM.

¿Por qué reprimió Evo Morales?

Fue el resultado de la preocupación gubernamental frente a la proximidad de las elecciones judiciales del 16/10, y el intento de evitar que la marcha llegue a La Paz mediante un golpe de fuerza. Estas elecciones que el gobierno presentó como un paso en la democracia nacional, sin embargo tienen la particularidad de que un grupo de trabajadores no puede presentar sus candidatos, sino que todos deben ser elegidos en el parlamento y donde la totalidad de los candidatos han sido elegidos por el MAS. Ante este escenario un arco iris de sectores sociales, sindicales y políticos llaman a votar nulo. La llegada de la marcha indígena a La Paz, que día a día iba conquistando más y más solidaridad, iba a cuestionar las elecciones, y para evitar este resultado es que el MAS se jugó a la intervención. Viendo los resultados hoy, hay que decir que la represión y la posterior respuesta del movimiento de masas, han abierto una de las más profundas crisis políticas del MAS, y ponen un cono de sombra sobre lo que pueda suceder de aquí al 16/10.

La huelga de la COB y el mensaje de Evo: una carrera contra reloj

El miércoles 28/9 y luego de una escalada de movilizaciones espontáneas en todo el país, la burocracia sindical oficialista de la COB se vio obligada a convocar a un paro nacional movilizado, no solo contra la brutal represión a los indígenas, sino también exigiendo el cumplimiento de los acuerdos salariales de mayo que no fueron cumplidos por el MAS. El paro si bien parcial, ha sido uno de los más importantes convocados por la central en los últimos años: salud con atención de emergencias, mineros en paro, escuelas y colegios cerrados, transporte y comercio irregular, universidades de paro y movilizadas. Según diversas fuentes, la cantidad de movilizados en La Paz llegó a 50.000 personas. Este paro movilizado puso el conflicto de TIPNIS en un ámbito nacional, y profundiza la crisis política abierta ante la conminatoria de la COB de llamar el viernes 30/9 a un ampliado de organizaciones donde se plantearía la posibilidad de ir hacia la huelga general indefinida con bloqueo de caminos. Asimismo, sectores sindicales de la confederación campesina han afirmado que marcharán este viernes para respaldar el gobierno. Ante este escenario, luego de finalizada la marcha, Evo Morales se disculpó por la represión a los indígenas, afirmó no haber dado la orden de hacer eso y se manifestó “consternado” por lo sucedido ya que jamás pensaron que en su gobierno se podría tratar de esa forma a “los hermanos indígenas”. Con estas disculpas y planteando que hay que corregir los errores, el gobierno invitó a las dirigencias de las organizaciones indígenas a dialogar y encontrar un salida a la carretera del TIPNIS. Sin embargo, la marcha anunció su rearticulación e inicio nuevamente, además de exigir que se declare la suspensión definitiva de la construcción de esa carretera. El llamado de Evo Morales a dialogar, cuando ya han fracasado 8 intentos de diálogo, sin ofrecer nada concreto a las 18 demandas de los pueblos indígenas y reafirmando su política de llevar adelante un referéndum que diluirá los votos indígenas en cientos de miles de votos urbanos y colonizadores, puede convertirse en un nuevo fracaso. La prolongación de la crisis, el aumento de movilizaciones y bloqueos pueden no solo provocar el fracaso de las elecciones judiciales sino profundizar la debilidad de un gobierno que viene perdiendo apoyo popular en forma acelerada.

Hace falta un plan de lucha nacional elaborado democráticamente

Sin embargo, en esta escalada de conflictos vemos a viejos figurones de partidos burgueses intentar limitar las demandas de la movilización. Intentar reducir esta lucha a la ecología, pero devaluando la lucha contra las trasnacionales, por los derechos a la autodeterminación de los pueblos indígenas. Estos mismos sectores que limitan el programa también buscan limitar los métodos de lucha y de acción y tienen miedo de que la movilización indígena se suelde con trabajadores mineros y fabriles, con las barriadas obreras y populares como sucedió el pasado miércoles. Desde la LOR-CI, consideramos sin embargo que solo se puede vencer si la marcha indígena se une y se fortalece con la acción común de trabajadores, campesinos y el pueblo pobre. Solo en una lucha clara contra los que pretenden saquear el TIPNIS como son las trasnacionales petroleras y madereras se puede pensar en un plan de desarrollo al servicio de las grandes mayorías nacionales. El paro de la COB debe convertirse en el primer paso de una escalada de movilizaciones que debe estar orientada por un verdadero plan de lucha para efectivizar las demandas del TIPNIS y de todos los trabajadores y el pueblo. Este plan de lucha debemos elaborarlo democráticamente y para tal fin consideramos urgente la puesta en pie de una coordinadora nacional de organizaciones obreras campesinas e indígenas en lucha. Esta coordinadora debería estar compuesta por delegados de fábricas y empresas y de las comunidades, única forma de que refleje genuinamente la voluntad de los trabajadores en lucha. Solo así se puede garantizar una dirección al servicio de la movilización combatiendo a la burocracia sindical y separando de un solo golpe a los arribistas y oportunistas que pretenden montarse nuevamente sobre las espaldas del movimiento indígena.